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Campaña
del Lazo Blanco
Luis
Bonino . Discurso de apertura de la Campaña en las comunidades de Cataluña y
Cantabria:
·
Santander (Cantabria),
con firma previa del Presidente del Parlamento de un manifiesto de compromiso en la lucha de la
violencia contra las mujeres (noviembre de 2000)
·
Vilanova i Geltrú
(Cataluña), con posterior firma del Alcalde, miembros del Ayuntamiento y
hombres representativos del lugar, de un manifiesto de compromiso en la lucha de
la violencia contra las mujeres (noviembre de 2000) La Campaña del Lazo blanco que hoy nos convoca tiene su historia.
Historia que comienza en Canadá. En dicho pais, a fines de los 80,
un hecho -como en España el caso de Ana Orantes-, había conmocionado a
todos: el 6 de diciembre de 1989 habían sido asesinadas 14 adolescentes por el
solo hecho de cursar una carrera destinada a hombres: el asesino, al grito de
"feministas", se introdujo en la facultad y las mató. A partir de esa
fecha un grupo de varones pensaron que tenían la responsabilidad de implicarse
e implicar a otros hombres en hacer algo para que cosas así no sucedieran más,
y lo primero era dejar de permanecer en silencio. En 1991 inauguraron
la primera campaña del lazo blanco, símbolo de la paz, coincidiendo con
la semana del 6 de diciembre . La campaña se ha seguido realizando todos los años
en esa semana, también alrededor
de otras fechas , tales como el día del padre, el día de la mujer o el día
contra la violencia contra las mujeres. La campaña se ha transformado
actualmente en una ONG que ofrece sus propuestas a quienes lo soliciten,
dirigidas especialmente contra la
violencia contra las mujeres, pero también contra la violencia masculina sobre
otros varones y los niños y niñas. En 1999, varias asociaciones de mujeres y varones en Europa se
propusieron, a través del programa Daphne desarrollar esta campaña en 8 paises
de la UE, y lo que aquí hoy, sucede,
es parte de ello. Esta campaña del Lazo Blanco que aquí inauguramos a través de la
firma de un manifiesto y de diversas actuaciones informativas por los medios de
difusión, es una campaña dirigida a varones, con varios objetivos: . implicarlos en la lucha contra la violencia contra las mujeres . contribuir a romper el silencio masculino sobre el tema, y que los
varones se pronuncien públicamente en el rechazo a la violencia . invitarlos a cambiar los modelos machistas y los comportamientos
personales machistas, que están en la base de la violencia de género. Llevar el lazo blanco no significa un acto de culpabilización hacia los
varones, ni un certificado de calidad que presentara al que lo lleva como un
gran tipo. Ni se lleva para salir en la foto. Llevarlo significa aceptar el
compromiso personal de no cometer permitir, ni silenciar la violencia contra las
mujeres. También llevarlo ES UNA INVITACIÓN de hombre a hombre que significa:
Si eres
hombre, comprométete.
Tú también
dí ¡basta!
a la violencia y al maltrato contra las mujeres .El compromiso
de los varoness que portan el lazo se ha ido
realizando en muchos países de muchas formas, tales como jornadas de
sensibilización, desarrollo de programas escolares de prevención, ayudas a
programas para mujeres maltratadas , y la firma de manifiestos por numerosos
varones que se comprometen a luchar desde su lugar y con el poder social que
tengan, a la erradicación del problema .Los varones no podemos ni debemos ignorar que la violencia y el maltrato
hacia las mujeres, es un problema social de gran amplitud que atenta gravemente
contra la salud, la vida y la dignidad femenina, y que es incompatible con una
cultura de la igualdad y el respeto. Específicamente en el hogar, sus graves
consecuencias son cada vez más de dominio público ( en España muere una mujer
cada cinco días asesinada por su pareja, novio o expareja) .Esta violencia contra las mujeres probablemente no existiría si todas
las personas integrantes de nuestra sociedad la rechazáramos claramente y
participáramos activamente en su erradicación . Pero en esto a los varones nos
falta mucho por andar: muchos aun creen que dicha violencia es un problema poco
frecuente o que no les concierne, y
por ello aun no se han comprometido en esta lucha. .Sin embargo, la violencia se ejerce cerca nuestro, y muy frecuentemente
Muchos de nosotros tenemos una vecina, una amiga, una parienta, una empleada,
una alumna, una pareja que han sido víctimas de la violencia. Y quienes la
ejercen no son generalmente desconocidos, sino casi siempre conocidos de ellas y
de nosotros, y casi siempre varones: un vecino, un amigo, un pariente, un profesor, un médico, un compañero de
trabajo, y a veces... uno mismo. .Aunque resulte obvio decirlo, el
problema de la violencia contra las mujeres no es un problema femenino, es casi
exclusivamente un problema masculino que las mujeres padecen. En todos los
paises, tanto en Canadá origen de esta campaña, aquí en España,
como en el resto del mundo desarrollado y subdesarrollado somos los
varones quienes mayoritariamente ejercemos
dicha violencia . Y somos en
general los varones quienes tendemos a minimizar, silenciar o negar la
importancia del problema. Y además tendemos a creer que es un problema de
mujeres que ellas solas deben enfrentar y resolver .Porque la violencia es un problema de varones, esta campaña esta
dirigida a varones, porque así como somos parte del problema debemos ser parte
de la solución, que sin un cambio nuestro será imposible de producir. .Es cierto que muchos varones no han pegado ni violado a una mujer en su
vida, pero muchos de todos los sectores sociales, propinan otras formas de golpes, no ya físicos sino
psicológicos. Golpes a la autoestima, la autonomía y la dignidad, tales como intimidaciones, insultos, desprecios
, descalificaciones, forzamiento sexual, control del dinero o la libertad de la
mujer, abuso de la disponibilidad de la mujer en el hogar,
..., y muchísimas veces todo ello a mujeres conocidas a las que dicen
amar. Algunos regularmente, otros ocasionalmente y otros excepcionalmente son
ejecutores de todos estos maltratos.
Existen también
muchos varones a los que les parece natural que otros hagan algo de esto,
o que lo tomen a risa. Muchos que les parece natural aprovecharse de las
mujeres, ya sea en lo doméstico o lo sexual. Existen otros que ignoran o les
resulta indiferente el maltrato hacia las mujeres, o que no usan su poder social
para oponerse, Todos ellos se convierten,
aun sin quererlo, en cómplices tolerantes de la situación .Quienes promovemos la campaña
del lazo lo hacemos porque sabemos que muchos
varones esperan una iniciativa que los aliente a comprometerse en
combatir la violencia . Y porque también sabemos que los varones pueden dejar
de ejercer maltrato y cambiar, ya que la violencia no es algo
inmodificable o irremediable, que pertenezca a la naturaleza masculina. Asumir este compromiso es estar convencido de que la paz y el respeto
igualitario con las mujeres debe prevalecer. Pero no en la teoría sino en la práctica,
redefiniendo lo que significa para cada uno ser hombre, y cambiando nuestra
relación con las mujeres .La violencia, el maltrato y el abuso que ejercemos los varones son
comportamientos asentados en la
desigualdad cultural entre nosotros y mujeres, y es producto del aprendizaje
social que nos inculca dos creencias –erróneas, machistas , patriarcales y
desigualitarias- sobre que es “ser hombre” La primera creencia es que ser
hombre es ser importante y tener autoridad sobre las mujeres que son menos
importantes . Y la otra que lo es quien hace valer la propia
razón sin equivocarse nunca. Desde esas creencias, fuertemente insertadas en la mente masculina, la
violencia y el maltrato en sus diversas formas se transforman en un eventual
recurso válido que los varones creemos tener el derecho a
emplear con las mujeres ( y con otros varones) para mantener el dominio y
el control, para reafirmar la autoridad, o para recuperarla si se la siente
desafiada o amenazada. La utilización de la violencia también es producto de las creencias
sociales de que es una vía valida para solucionar conflictos y acallar al
adversario, y que los varones pueden usarla a discreción. Por ello, los varones
no sólo son violentos contra las mujeres, sino contra otros de su género, y
también niños y niñas, .Para erradicar la violencia estas creencias deben ser modificadas porque
lo cierto es que ser hombre no da ningún derecho especial a ejercer control, ni
poder, ni violencia hacia las mujeres. Y por ello, nada puede ser motivo para el
uso de esa violencia. Alcohol, drogas, celos, estrés, descontrol, niñez traumática,
no son excusas. Las supuestas “provocaciones” o “desobediencias” de la
mujer no son justificaciones., ni tampoco aquella –muy de moda actualmente- de
que "las mujeres también son agresivas". Cada hombre tiene la
capacidad de ejercer maltrato o no ejercerlo, de restringir su violencia o de
practicarla. Por eso, cada varón es el responsable de su propia violencia, así como es el
responsable de evitarla.
.Si partimos de una visión solidaria e igualitaria de la relación entre
mujeres y varones, ejercer el control y la violencia contra las mujeres, es
decir, ser un machista- no puede ser más una actitud que defina al “hombre de verdad”, ni puede ser algo que
se deba aplaudir o consentir en otros varones.
.Todavía hoy muchos varones siguen creyendo que ser hombre es: .ser importante y tener autoridad sobre las mujeres. .tener más derechos que ellas a tener la razón, el poder, disponer de
tiempo libre y ser atendido en casa .no expresar emociones, excepto las necesarias para controlar lo que se
escapa de las manos, entre ellas la agresividad .procurar ser autosuficiente, estando siempre algo a la defensiva, y poco
atento a las necesidades ajenas .tener que mostrar siempre que se
puede, y usar la violencia contra
otras personas como modo de demostrar la masculinidad Pero esto no es ser hombre de verdad sino solo un obediente cumplidor de las enseñanzas sociales machistas retrógradas, que desconocen el valor del respeto y la cooperación . Esta obediencia todos y todas la pagamos cara: las mujeres con su salud y la vida, y nosotros mutilando nuestra humanidad sensible y solidaria. Las ideas machistas no pueden seguir gobernando nuestras vidas. Es necesario que nos animemos y rompamos con ellas si creemos sinceramente en el respeto y la igualdad. El compromiso en la lucha contra la violencia doméstica puede ser un buen comienzo. Sería muy bueno, además, que los varones pudieran tomarse esta tarea con la misma seriedad con la que muchos de ellos toman la lucha contra otras violencias como la xenofobia o el terrorismo.
.Qué podemos hacer para comprometernos en esta lucha? Qué podemos hacer
para que llevar el lazo tenga un sentido?
Todos los caminos están
abiertos, y cada uno en su lugar puede desarrollarlos. Hace 9 años, los
creadores de la campaña propusieron una serie de sugerencias que pueden ser un
buen inicio para este compromiso, y que son aun vigentes: .Escuchemos a las mujeres, entendamos por qué sufren y cuánto tenemos
nosotros que ver en ello .Entendamos por qué los hombres tendemos
a ser violentos, abusadores o dominantes con las mujeres, y qué es lo que
caracteriza a quienes no lo son .Estemos atentos a todas las formas de violencia y aprendamos a
identificarla y oponernos a ella en la familia, el trabajo, la escuela y la
calle. .Examinemos cuántos de nuestros propios comportamientos son dominantes,
abusadores violentos, o antiigualitarios, y propongámonos cambiarlos .Apoyemos a los programas para mujeres maltratadas .Desafiemos el uso del lenguaje sexista y los chistes que degradan a las
mujeres .Reunámonos con otros hombres para reflexionar sobre nuestros
comportamientos machistas, y para ver qué podemos hacer en nuestra ciudad,
escuela, trabajo, sindicato, asociación o familia para erradicar la violencia
contra las mujeres Santander, 7 de noviembre de 2000 / Vilanova, 17 de noviembre de 2000 |
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