Grupo Abierto de Estudios Sexológicos

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Grupo Abierto de Estudios Sexológicos

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From: jme = Jose Maria Espada Calpe (Txema)

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Construccion de la Masculinidad: identidad de genero y sujetividad  
Publicado en "Actas. V Congreso Internacional de estudiantes de Antropología. Universidad de Santiago de Compostela. 1997
Hombres en el feminismo Imelda Whelehan. "Modern feminist thought:
From the second wave to 'Post-feminism'". Edimburgh University Press. 1995

Grupo Abierto de Estudios Sexológicos
CUESTIONARIO CHICOS - GREM 1998 Grupo Abierto de Estudios Sexológicos (GAES)
GRUPO DE REFLEXION Y CRITICA FEMINISTA Grupo Abierto de Estudios Sexológicos (GAES)
HOMBRE! SI ESTAS HARTO DE QUE PRIVADO SER HOMBRE SEA, "TENER QUE"
2º DIA DE LA FALDA - GREM (Grupo de Reflexión y Estudio sobre Masculinidad)
PROGRAMA: 2º DIA DE LA FALDA Chavalote vente con falda a la facultad!
PROYECTO "GRUPO DE HOMBRES -SOMOSAGUAS
BIBLIOGRAFIA CASTELLANO

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CONSTRUCCION DE LA MASCULINIDAD:
IDENTIDAD DE GÉNERO Y SUBJETIVIDAD

(Publicado en "Actas. V Congreso Internacional de estudiantes de Antropología.
Universidad de Santiago de Compostela. 1997 )
jme1@@@ukc.ac.uk

Las polémicas feministas teóricas que suelen permanecer dentro del reducido ámbito del movimiento feminista o de los Departamentos de Estudios de la Mujer, abordan explícitamente los fundamentos filosóficos y políticos de nuestra cultura. La antropología al margen de su origen vinculado al servicio del colonialismo es básicamente una interrogación sobre la naturaleza humana y no está desligado como materia "científica" de estos fundamentos.

Las polémicas feministas teóricas que suelen permanecer dentro del reducido ámbito del movimiento feminista o de los Departamentos de Estudios de la Mujer, abordan explícitamente los fundamentos filosóficos y políticos de nuestra cultura. La antropología al margen de su origen vinculado al servicio del colonialismo es básicamente una interrogación sobre la naturaleza humana y no está desligado como materia "científica" de estos fundamentos.

"El movimiento feminista se ha visto obligado a encarar nuevos debates en las últimas décadas: igualdad y diferencia, identidad y diversidad, modernidad y posmodernidad, han sido y son algunos de los más relevantes." (Uría, 1993, pg 15) Los 'men's studies', los estudios de masculinidad, dado su situación embrionaria en España no pueden dejar de tener como referencia el pensamiento feminista.

En un principio los términos identidad femenina, género y subjetividad son términos intercambiables. El término "subjetividad" tiene, sin embargo, unas connotaciones negativas al ser relacionado con el subjetivismo, que es algo poco científico, algo femenino. Es un antónimo de objetividad, algo no conmensurable, es un término que define poco, que no da idea de algo cerrado, homogeneo o definitivo en contraste al término "identidad femenina", que sin embargo crea confusión precisamente por lo homogeneo, por no contemplar la diversidad.

Las connotaciones negativas del término están relacionadas con el espíritu cientifista de la modernidad. La corriente del cientifismo materialista decimonónico trato de explicar los comportamientos a partir de la materia, y se aplicó a explicar la feminidad a partir de la fisiología con el objetivo de justificar el status quo y la posición subordinada de las mujeres. El concepto de identidad tiene su origen en la psicología clásica que consideraba que existía una naturaleza sexual de hombres y mujeres diferenciada que respondía a un impulso instintivo de naturaleza sexual e inmodificable. En los años 60, el nuevo movimiento de las mujeres planteará el dilema 'nacimiento vs naturaleza'. Los escritos de Simón de Beauvoir plantearán el género como una construcción social, que es, por tanto, susceptible de cambio mediante la acción política.

El alcance y la profundidad de esta comunicación es muy humilde dada la complejidad de los debates, pero sería importante recordar algunos puntos para introducirse en la diversidad de las construcciones sobre la masculinidad: "Desde el campo feminista se ha combatido este determinismo biológico a través de dos posiciones. Una reivindica la diferencia femenina para afirmarla, con una perspectiva liberadora, valorando positivamente la feminidad. La otra, recurriendo a la universalidad de la razón, defiende la igualdad intrínseca del ser humano y afirma que los atributos femeninos son construcciones artificiales. Plantea la desaparición de la diferencia hombre/mujer, o al menos la abolición de la proyección social de dicha diferencia, tendiendo a un modelo con la "persona" -como ser humano no sexuado- como horizonte. Este feminismo de raíz ilustrada, al tiempo que combate las falacias cientifistas que justifican el mito de la feminidad, ataca también el determinismo de las llamadas feministas de la diferencia, rechazando las teorías que pretenden establecer una naturaleza femenina específica, cualquiera que sea su base" (Uría 1996, pg 10)

Se critica del feminismo de la "diferencia" el maniqueísmo de algunas posiciones, la visión tan negativa y sin fisuras de lo masculino, un elitismo y desconsideración de la situación real de las mujeres, el esencialismo de algunas teorías, el determinismo de otras, el separatismo que llevado a sus últimas consecuencias impedía cualquier acción social compartida con los hombres. Pero del campo ilustrado se criticó que una gran parte había sido proclive al esencialismo al haber partido de una visión de la opresión de las mujeres excesivamente general y ahistórica y que esta generalidad había desconsiderado la diversidad de situaciones de las mujeres y la complejidad de las relaciones sociales y de las distintas opresiones y marginaciones que se entrecruzan. La complejidad del debate y los elementos positivos y autocríticos de las diversas corrientes quizá queden aquí excesivamente simplificados.

Cabe señalar que ambas corrientes dan un contenido fuerte al término mujer. Las teorías de la diferencia reivindican una identidad colectiva en sentido fuerte defendiendo y afirmando la diferencia femenina. La corriente ilustrada se basa también en una identidad colectiva fuerte dando al término "mujer" un carácter universalizador y transcultural en los análisis del patriarcado o del sistema sexo-género.

Ambas tratan de crear una teoría de capacidad explicatoria global, que comprenda todas las situaciones de las mujeres desde los inicios de la Historia y a través de todas las culturas. Buscan una base que pueda universalizarse (en la biología, la psicología o factores de tipo material o económico) y crean estrategias que incluyan una definición de un sujeto colectivo: las mujeres. Este sujeto colectivo es portador de unos intereses de género de los que se ha deducido una ética, una sexualidad "correcta", un comportamiento feminista, unos deseos, una manera de ser mujer, de relacionarse con los hombres y la sociedad "correcta"; desconsiderando la diversidad de situaciones.

"En el análisis de la realidad concreta es inevitable apreciar que las mujeres, lo mismo que los hombres, se sitúan en complejas relaciones personales y sociales. Sus identificaciones son múltiples y tienen que ver con el hecho de ser hombre o mujer, pero también con el color de su piel, su nacionalidad, nivel económico, cultura; con sus creencias, su opción sexual, con la situación política de su país..." (Uría, 1993, pg 16) El interrogante posmoderno será: ¿es posible hablar de una identidad de las mujeres que trascienda todas esas diversidades o diferencias?

La respuesta de Cristina Garaizabal o de Paloma Uría será muy matizada y problematizada. Teniendo en cuenta los aspectos positivos de la crítica posmoderna (actitud desmitificadora de ideas como sujeto, razón, conocimiento y sus pretensiones de universalidad, desconfianza de los grandes proyectos, los grandes relatos y la visión totalizadora de la teoría que busca un origen y un fin a la Historia) y los peligros de la misma (relativismo moral, el "politeísmo de los valores", el eclecticismo, la incertidumbre sobre los fundamentos y métodos para interpretar la experiencia humana, etc); plantean la necesidad de construir una identidad a la que se dote de los rasgos que en cada momento parezcan adecuados a unos objetivos. Enfatizan el término "objetivos" frente a "proyecto global de liberación" y proponen una lucha más modesta, contingente, sin renuncia del pensamiento crítico, la justicia, la igualdad y la dignidad. A partir de aquí tiene interés plantear el término de "subjetividad" frente a "identidad" e intentar delimitar cuáles son los rasgos -contingentes, históricos, diversos, concretos- diferenciales que podrían incluirse en la definición de la subjetividad femenina y masculina.

Para Garaizabal podríamos encontrar rasgos diferenciales para definir la "subjetividad femenina" en los campos de las relaciones personales y afectivas, de las vivencias de la maternidad y de la sexualidad (apasionante tema que no puedo aquí desarrollar). Son rasgos muy desmitificadores y matizados. Qué campos entran dentro de la definición de la subjetividad masculina es una cuestión compleja. Algunos autores (Villadangos, 1994; Marqués, 1980) han recogido listados con retratos negativos de "lo masculino tradicional" que pueden ser valiosos como aproximación pero resultan algo simplistas a nivel teórico.

Ortega habla de la "flotante identidad sexual". Cada persona está coexistiendo con múltiples y contradictorias imágenes acerca de lo que es. La crisis de la identidad masculina sería consecuencia de los cambios sociales que se han producido en España en las dos últimas décadas en relación a los procesos de individualización de nuestra era moderna occidental. Al y ¿tú de quién eres? le sucedió ¿Qué eres/qué haces? y hoy el ¿de qué vas?. El cuerpo sexuado y la proyección social del mismo parecían una dimensión capaz de generar una personalidad con una entidad ordenada, previsible y autónoma. Pero (este bastión) "está sometido en la actualidad a una crisis profunda, de la que el síntoma más claro es la quiebra de la identidad masculina". La identidad masculina está sometida a fuertes tensiones debido a la contradicción entre las representaciones sociales del género muy tradicionales que se le siguen ofreciendo (mass media) frente al igualitarismo al que se le induce en situaciones como la escolar o la de las relaciones de amistad. No existen modelos claros, la definición de la masculinidad es relacional y negativa: se es aquello que la mujer todavía no es. "(...) el joven varón ha de asumir su masculinidad, si bien no con los ropajes de la tradición conservadora. Son éstos, sin embargo, los que siguen ofreciéndoseles como propios, al tiempo que se les caricaturiza. De ahí la inseguridad que afecta hoy a tantos jóvenes varones" (Ortega, pg 13). Badinter dirá: "(...) Pero esta tarea de deconstrucción no surge al azar. Sólo es posible cuando el modelo dominante ha demostrado sus límites. Tal es el caso del modelo masculino tradicional, desfasado en relación a la evolución de las mujeres y fuente de una verdadera mutilación de la que los hombres empiezan a tomar conciencia" (pg 14), "Los años 70, que ven el nacimiento de los primeros estudios científicos sobre la masculinidad, se caracterizan por la pasión propia de cualquier denuncia. Una especie de alegría furiosa emana de la puesta en duda de la norma y de la demostración de todas las contradiciones que este nuevo planteamiento hace recaer sobre el macho humano. Pero al placer de la denuncia y de la destrución del modelo le ha sucedido, en los años 80, un período de incertidumbres cargado de angustia." (Pg 19).

En esta encrucijada estamos un grupo de estudiantes, que con la idea de la necesidad de los "Men's studies" y con muchas ideas más en el tintero, pretendemos poner en marcha un "Grupo de reflexión y estudio sobre masculinidad (GREM)" en la Universidad Complutense de Madrid. Muchos interrogantes quedan abiertos, deseo poder seguir profundizando y discutiendo con tod@s vosotr@s a l@s que os doy las gracias por prestarme atención.

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"Hombres en el feminismo"

Imelda Whelehan. "Modern feminist thought:
From the second wave to 'Post-feminism'".
Edimburgh University Press. 1995.

(Traductor: Txema Espada, jme@ukc.ac.uk y txemacp@mixmail.com) Bueno, compañeros del GREM, el texto se las traía pero creo que ha valido la pena, puede ser un buen texto para entrar en discusiones fructíferas. Un beso amigos.

TALON DE AQUILES.

Me mantengo en pie frente al huracán guardo el equilibrio en medio del terremoto veo claro durante el eclipse pero un gesto tuyo me ciega y me derriba.
Ferrán Fernández. Lógica Sentimental, Barna, El Bardo, 1997.

Los hombres en el feminismo.

Siendo hombres, hemos respondido al movimiento de las mujeres de formas muy diferentes. Algunos lo ignoraron, pensando que desaparecería. Otros consideraron que era una peligrosa distracción del tema central de las políticas de clase. Otros estaban simplemente entusiasmados por el movimiento de mujeres, pero todos nosotros, de una manera u otra, estabamos aterrados y confundidos por éste, tan pronto como trastoco la realidad cotidiana de nuestras relaciones personales. (Seidler 1991:64). (Seidler 1991:64)

Uno de los primeros y más significativos debates del movimiento de liberación de las mujeres fueron qué lugar ocuparían los hombres en las organizaciones. Ya en las primeras conferencias y protestas tanto en Estados Unidos como en el Reino Unido, los hombres asistieron y se les dio voz, pero muchas mujeres señalaron que la presencia de los hombres alteraba la naturaleza y calidad de los debates, y que ellos solían dominar las discusiones. Los debates iniciales se centraron necesariamente sobre la cuestión de si los hombres podían ser excluidos y si se aceptaba que 'la creación de la nueva mujer pasaba necesariamente por la creación del nuevo hombre' (Rowbotham, en Wandor 1972:3). La mayoría del neofeminismo de la segunda ola, que se concentró en el constructivismo social frente al esencialismo, defendía, y aún más, señalaba a los hombres como el 'enemigo', lo que fue tácitamente aceptado como un posicionamiento temporal y socio-histórico de los sujetos, que sería abierto a transformación posterior. Quizás, incluso la mayoría de las feministas no preveía el separatismo total como una solución de trabajo a largo plazo. Ellas deseaban la autonomía para construir un movimiento para las mujeres: 'Ellas querían su movimiento, no tanto expulsar a los varones como ser independientes de ellos' (Coote y Campbell 1987:27) . Además era evidente que en el período fundacional del movimiento de la 'Segunda ola', las feministas estaban decididas a crear un forum político que señalase sólo a la mujer como el sujeto colectivo. Esto significó, necesariamente, que el término feminista fuera susceptible de aplicación sólo a las mujeres: esto es, que las políticas feministas crearon una espacio segregado sexualmente para compensar las prácticas recalcitrantemente excluyentes del núcleo duro de las políticas parlamentarias. Pero el separatismo ha llegado a ser desde entonces una de las tácticas feministas más incomprendidas –considerando esta como una infantil intentona de ignorar el problema de los hombres y de construir una utopía que sólo funcionaría en la ausencia de éstos -.

Las feministas radicales habían caracterizado el patriarcado bastante desafortunadamente como una expresión del poder de los hombres sobre las mujeres. Las socialistas y las liberales, así mismo, volvieron sus miradas hacia las vidas privadas de las mujeres y sus experiencias personales, lo que parecía afirmar que el problema de las mujeres era, a grandes rasgos, los hombres -no sólo aquellos que sustentaban los mecanismos de poder en el gobierno, sino también los padres, los compañeros y coetáneos -. La observación de que la opresión del patriarcado parecía que se mantenía, con quiebras mínimas, a través de la historia y de las culturas, reforzó la idea de que este sistema de opresión operaba con máxima efectividad en la esfera privada. La idea de 'Lo personal es político' ganó empuje entre las feministas, y el escrutinio de las propias historias de vida fue visto como posibilitador y potencialmente liberador, acompañado, como estaba, por esfuerzos de cambio en la dinámica de las relaciones entre hombres y mujeres. 'Política sexual', en primera instancia, se refiere al sexo y a una conciencia de que las relaciones de poder existen y se perpetúan en los más íntimos rincones de la vida de las mujeres:

'Políticas sexuales' afirmó al mismo tiempo la idea de las mujeres como un grupo social oprimido por los hombres como un grupo social (dominación de los hombres/ opresión de las mujeres), al mismo tiempo que volvía al tema de las mujeres como sexo al margen de las ataduras de la reproducción. Lanzó al centro del debate político las más íntimas transacciones de cama: esta vino a ser una de las interpretaciones de 'lo personal es político'. (Delmar en Mitchell y Oakley 1986:26-7) (Delmar en Mitchell y Oakley 1986:26-7)

Si bien las mujeres heterosexuales no podían concebir el separatismo extremo como una alternativa feminista viable para su orden social cotidiano, las críticas de las formas en que las normas hegemónicas en las prácticas heterosexuales reafirman la subordinación de las mujeres, demandó que las relaciones heterosexuales fueran inspeccionadas y revisadas. No importaba lo bien intencionado que los hombres pro-feministas pudieran parecer ser, al nivel de la sexualidad y la afectividad estaban todos implicados como poseedores de un profundo interés en el status quo. Uno de los panfletos más importantes en circulación durante el final de la década de los sesenta fue el 'El mito del orgasmo vaginal' de Anne Koedt, que citaba los descubrimientos de Kinsey y de Masters y Johnson, sobre el clítoris frente a la vagina como el órgano del placer orgásmico femenino. Si el intercurso coital fue entendido como el símbolo central de la unión heterosexual, ahora era concebido como una práctica sexual definida en términos exclusivos del deseo masculino -una aproximación que no había manifestado ningún cambio a pesar de la emergencia de la tan traída 'era permisiva'. La conclusión lógica de la observación de Koedt de que la penetración era de importancia secundaria para las mujeres, fue que los hombres, por lo menos teóricamente, fueran prescindibles; pero más que esto, que las definiciones de la heterosexualidad fueran abiertas a la negociación:

Muchos han descrito el impacto del ensayo de Koedt como 'revolucionario'. No concordaba con las experiencias cotidianas de las mujeres, ni llevó al abandono a gran escala de la heterosexualidad. Pero posibilitó a las mujeres hablar sobre su sexualidad en sus propios términos, escapar de las definiciones masculinas de la 'normalidad' y la 'frigidez', sentir que tenían el derecho de hacer reivindicaciones, y percibir que lo que anteriormente había parecido ser sus meros problemas personales eran ahora parte de un patrón que era esencialmente político. (Coote y Campbell 1987:11)

Las feministas radicales enfatizaron las repercusiones del sexismo en las vidas domésticas y sexuales de las mujeres, e incluso forzaron concretamente a los hombres a confrontar los mecanismos a través de los que se beneficiaban directamente de la aceptación de su hegemonía social/sexual. Desde que la institución de la familia fue puesta en el punto de mira como el lugar fundamental de la opresión de las mujeres, como una ideología de la familia que naturalizaba muchas de las formas de vida familiar -que se sostenían eran opresivas-, la familia cayó bajo una estrecha vigilancia. Las radicales percibían incuestionable el trabajo de redefinir los límites biologicistas de los proteccionismos del poder masculino; y así desterrar los efectos de la cultura e ideología lejos de cada mujer, y fue considerado como ‘la tarea’ de las mujeres. El separatismo en la esfera del debate político fue, entonces, un requerimiento fundamental.

El movimiento de hombres: Las políticas sexuales y la redefinición de la masculinidad.

No existe ningún novedoso ni extraño 'movimiento de hombres' o 'movimientos' (que pueda corresponder de forma directa al denominado 'Movimiento de las mujeres') encaminado a cuestionar o socavar ciertos preceptos feministas. Sin embargo, el movimiento de hombres de comienzo de los 70, en la forma de grupos de toma de conciencia y de grupos de discusión, se desarrolló como respuesta directa al feminismo de la segunda ola. En concreto, sirvió como marco útil para las feministas que creían que el feminismo transformaría las vidas de los hombres, pero que necesitaban mantener el separatismo al nivel de los grupos de toma de conciencia, la prospectiva y la acción política. También supuso que las mujeres podrían continuar investigando sus vidas y experiencias como mujeres y las relaciones con el patriarcado, mientras que los grupos de hombres podrían analizar la forma en que una ideología patriarcal configuraba sus vidas y cómo el machismo en particular, podía ser especialmente sofocado. Tales grupos y organizaciones no se encontraron siempre con un apoyo incondicional del movimiento de las mujeres, ya que las feministas percibieron que tales investigaciones podrían degenerar en una cierta forma de 'efecto yo-también''. Estas sospechas no eran descabelladas cuando un@ puede ver la forma en que este 'efecto yo-también' es traído a la conciencia popular muy evidentemente en libros actuales como el 'No más guerra de los sexos' de Neil Lyndon's (1992) o el 'No soy culpable' de David Thomas (1993). Cuando los medios de comunicación recogen casos de maltrato a las mujeres, o de violencia doméstica de mujeres contra sus compañeros, no lo hacen para subrayar el problema del abuso y la violencia en general, sino para intentar disminuir la claridad del hecho de que la mayoría de los abusos, de los maltratos y de la violencia doméstica están perpetrados por hombres contra mujeres.

Algunos hombres británicos que formaron grupos de toma de conciencia, decidieron crear un periódico, y el 'Achilles Heel' (Talón de Aquiles) salió a la circulación en 1978. Tiene en común con gran parte del pensamiento feminista británico las vinculaciones con el socialismo y como la crítica del patriarcado y de la división sexual es al mismo tiempo una crítica a las divisiones raciales y el capitalismo. Este periódico, producido de forma colectiva y disponible hoy en día, está comprometido hasta la médula con la construcción social de la masculinidad, y como esta construcción se perpetua en la vida, pública y privada, cotidiana de la gente. Los colaboradores parecen estar claramente al corriente de que sus intentos de deconstruir los medios por los que promulgan sus propios dramas masculinos, están destinados a enfrentarse con la burla tanto de las mujeres como de 'hombres no-reconstruídos': pueden parecer imbéciles frustrados por los propios medios con los que ganan acceso al poder y la superioridad social.

El conocimiento de las colusiones 'propias' como represiones -como las feministas se pudieron sentir tentadas de apuntar- no detiene la perpetuación de las formas de opresión sobre las mujeres, ni deja de señalar a los hombres como privilegiados individualmente, que tienen el derecho de manejar las vidas de sus compañeras e hij@s. Esta es la clásica doble trampa para los hombres implicados en grupos de hombres pro-feministas. Como Victor Seidler subrayó:

"Parece como si los hombres en solitario no pueden escapar de un esencialismo que durante generaciones había sido usado para legitimar la opresión de las mujeres, gays y lesbianas. La masculinidad no pudo ser deconstruída, pudo únicamente ser rechazada" (Seidler, 1991, xi). (Seidler, 1991, xi).

El movimiento de hombres alcanza este impás con deprimente regularidad, donde la masculinidad parece ser la más persistente herencia, quizá porque es en gran medida definida por su desviado anverso, la feminidad; al mismo tiempo que está asociada con un transparente totalidad. El problema con el rechazo de la masculinidad, de la que el propio rechazo de la implicación en las redes de poder es una parte, es que le crea a un@ una vacuna analítica. Últimamente, cierto movimiento de hombres, ha entendido la necesidad de comprometerse con la masculinidad con el objetivo de investigar sus diversas formas culturalmente heredadas, y distinguir las experiencias personales e individuales de la construcción patriarcal aparentemente monolítica.

Aquí, los grupos de 'toma de conciencia' se convirtieron en cruciales como lugar donde hombres individuales podían intentar un grado mayor de honestidad sobre sus experiencias personales y sus ambivalencias frente al empuje de la masculinidad. El 'Talón de Aquiles' se especializó en tales grupos de sensibilización, recogiendo temas tan diversos como el cuidado de l@s hij@s o la disputa contra el sexismo de los hombres en el lugar de trabajo.

El trabajo del movimiento de liberación gay es conocido por dar comienzo a los desafíos contra las construcciones patriarcales y heterosexistas de la masculinidad. Lo que nos recuerda que hoy en día el mayor problema para el movimiento de hombres separado de las políticas gays es encontrar un medio para definirse en sus propios términos sin parecer parásito del movimiento gay o del feminismo, y así encontrar un papel que le sea propio:

'En este colectivo (Talón de Aquiles), no estamos de acuerdo con los hombres que dicen que el movimiento de hombres, como el nuestro, no tiene derecho a existir, excepto quizás en un papel auxiliar de servicio al movimiento de las mujeres. Vemos esta actitud parcializada, como otro aspecto más de la culpabilización y auto-negación que hemos arrastrado desde nuestro nacimiento. También refleja el menosprecio por otros hombres diferentes. Y, en su forma extrema, llega a convertirse en otra forma de dependencia de las mujeres, haciendo que éstas hagan todo el trabajo para producir los cambios que necesitamos. Los hombres pueden colocar al feminismo en un pedestal igual que en general hacen con las mujeres'. (Seidler, 1991, 31). (Seidler, 1991, 31)

Este importante párrafo nos señala como los hombres pueden ver el sexismo como el 'problema de las mujeres' si es que no lo ven como un problema en absoluto. Y lo que es más, emplaza el problema de que la respuesta fundamental de los hombres al envite del feminismo es la culpabilización, una posición que connota más una inercia política que un potencial transformador. Pero la cuestión de dónde situar los grupos de hombres en el feminismo continua siendo un problema espinoso, e incluso aquellos hombres que intentan escribir honestamente sobre la masculinidad y sus problemas, exhiben demasiado frecuentemente un atrofiante sentido de culpabilidad y auto-desprecio, como el reseñado por Vic Seidler en el párrafo anterior, hasta el punto de que los análisis de las relaciones personales y de la respuesta sexual están casi siempre "desaparecidos".

En "Recreating sexual politics", Victor Seidler reconoce que la corriente central de las políticas sexuales nunca ha ubicado certeramente el problema de como pueden responder los hombres a la opresión de las mujeres y cual es su propia implicación en ello, y 'no ha surgido ninguna crítica sistemática de las tradiciones que dominan la izquierda' (Seidler, 1991b, 16). Como sugiere el autor, la toma de conciencia para los hombres se convirtió en una respuesta al desarrollo de las posiciones feministas: así mismo el feminismo facilitó esta forma de discusiones basadas en la propia experiencia a través de las lecciones aprendidas por su propia política personal, y que requerían una respuesta. En contraste, la tradición socialista permaneció en silencio, tendiendo a asentar la división público/privado, evadiendo la amplia cuestión de la opresión de las mujeres dentro de la cuestión de la opresión de clase. A pesar de las dificultades aquí expuestas entorno a los grupos masculinos de sensibilización, los grupos de hombres se presentaron 'naturalmente' a las mujeres como una respuesta política porque estaban acostumbradas a realizar trabajo colectivo informal como parte de una subclase o subcultura del cuidado -las mujeres estaban acostumbradas a cooperar, mientras que los hombres fueron impulsados a competir entre sí en todos los frentes-. Por esto, "en los comienzos de la toma de conciencia, los hombres pudieron admitir con frecuencia que no les gustaban realmente los otros hombres y que sus relaciones más íntimas fueron con mujeres" (Seidler, 1991b, 15): y por supuesto, sus más íntimas relaciones afectivas con mujeres tendían a ser con amantes que les proveían frecuentemente de soporte emocional y que no eran correspondidas. De hecho, Seidler, defiende fuertemente que la toma de conciencia es vital en la machista izquierda, y que el reconocimiento de su validez política ayudaría a desestabilizar la firme convicción en la izquierda de que solo contribuyen a discutir sobre las propias experiencias personales sin tener ningún tipo de resonancia en la vida pública política general.

Seidler también defiende que la tendencia feminista a asociar a los hombres y el comportamiento masculino con la construcción y significado dominante de masculinidad, convierte en 'casi imposible poder explorar la tensión entre el poder que los hombres detentan en la sociedad y las formas en que se experimentan a sí mismos como individuos sin poder'.(Seidler, 1991b, 18). Nos muestra que la izquierda se ha construido a sí, incuestionablemente, sobre las nociones burguesas de culpa y sacrificio personal, enfatizando el deber y la obligación del propio sacrifico en el nombre de nuestra carrera, el Estado u otras cosas. Necesariamente perpetua el refrán popular de que el hombre debe ser un ganapanes y el protector de la familia; y no es esto lo único que hace perpetuarse al patriarcado, que funciona en interés del capitalismo, sino que es además un modelo incuestionablemente heterosexista. Los hombres gays en el movimiento gay de liberación se han acostumbrado a las prácticas de sensibilización y toma de conciencia, y al desarrollo de redes de apoyo mutuo entre varones.

El apoyo del feminismo y de las estrategias políticas feministas tiende a emerger, además, desde una comprensión íntima de la necesidad de tales prácticas en una sociedad profundamente atrincherada en el desprecio de lo personal mientras positivan un modelo de vida personal que está lejos de la realidad de las vidas de la mayoría de los individuos. Algo que Seidler evoca muy claramente es la doble trampa en que los hombres antisexistas pueden encontrarse:

"Creo que esta experiencia de retraerse de definir nuestros deseos y necesidades ocurrió a muchos hombres en los primeros años del movimiento de mujeres. Nos vimos abandonados sintiéndonos culpables, casi porque existíamos y éramos hombres. No queríamos que nos creyeran sexistas, por lo que nos escudriñamos muy cuidadosamente" (Seidler, 1991b, 36). (Seidler, 1991b, 36).

Es claro que los hombres pro-feministas, simplemente, no aceptarían su culpabilidad como opresores y no actuarían en un papel puramente de servicio en relación al movimiento de mujeres. Podría proponer no sólo un papel para los hombres indulgente, paternalista y agudamente apolítico, sino que además serviría para negar la posibilidad de una formación social futura donde los cambios afrontados por las feministas pudieran llevarse a cabo. En concreto, no permitiría definir a las futuras visiones y redefiniciones feministas de la masculinidad y de la feminidad sobre la aceptación de que la posición social/económica de los hombres es siempre más privilegiada. Permitir a la masculinidad que se mantenga en un estado de quasi-esencialismo, mientras se invoca la construcción social de la feminidad en todo nivel, es encerrar a los hombres en un "estado de no existencia, un tipo de silencio que vigila nuestra masculinidad" (Seidler, 1991b, 40). Un@ podría argüir que los grupos de toma de conciencia, dan a los hombres la oportunidad de situarse como seres privados frente a la faz pública del "hombre" -una experiencia que podría hacer a muchos intentar retirar sus inversiones en la corriente hegemónica del capitalismo patriarcal-.

En donde las mujeres fueron capaces de encontrar un foco para su rabia y una dirección en su determinación de transformar el status quo, el movimiento de hombres parece faltarle una dirección clara, y tan sólo se mantiene un vínculo parcial entre el anti-sexismo y el socialismo. Vic Seidler apunta certeramente que es contraproducente la culpabilización como respuesta a la conciencia de que los hombres poseen los medios para oprimir a las mujeres. Repudiar la masculinidad es claramente una forma de aplazar la responsabilización y de negarse la posibilidad de participar en la voluntad general de cambio. Una de las fuerzas de la creación de grupos de hombres ha sido su función de crecimiento y concienciación, posibilitando un espacio para que los hombres exploren sus sentimientos y emociones, ya que han sido socializados para negarlas. Tales grupos desarrollaron también una plataforma desde la que el movimiento de hombres tiene un papel más significativo que el servicio al movimiento de mujeres, pero un papel que facilita el desarrollo de ideas feministas, en contraste con la atmósfera competitiva que se ha desarrollado entre los hombres en el feminismo en el mundo académico.

Los hombres en el feminismo: Conflictos en el ámbito académico.

A mediados de la década de los 80, se retornó a un argumento que fue furiosamente debatido a finales de los 60, sobre el lugar que los hombres ocupan en el debate feminista. Como ya he subrayado, la mayoría de las feministas estaban de acuerdo en que las mujeres necesitaban un espacio y tiempo para desarrollar sus propios argumentos y perspectivas teóricas, porque los hombres -desestimando la benignidad de sus intenciones- representaban los mecanismos por los que el discurso femenino podría ser/ había sido absorbido y neutralizado en un golpe de mano patriarcal. Pero en la institución académica, en el momento de la rápida expansión feminista y quizás en virtud del progresivo compromiso del feminismo con la teoría crítica, algunos hombres sintieron que tenían una contribución que ofrecer, como si la implicación del feminismo en los nuevos departamentos de teoría significase una perpetración de alianzas entre los hombres. Así como las feministas habían expuesto previamente, la exclusividad de los hombres sobre los discursos radicales, como el marxismo, era la base para que sintieran justificado cuestionar la exclusividad de las mujeres en el feminismo. Algunos hombres tomaron con gusto el feminismo como punto de partida para explorar la construcción social de la masculinidad; otros quisieron apuntarse más directamente a los vividos y agitados debates que caracterizaron el feminismo de los 80 y los 90. Estos segundos querían primordialmente demostrar que ellos también habían sido afectados profundamente por la forma en que el feminismo socavó los fundamentos epistemológicos del pensamiento socio-filosófico contemporáneo. Desde un punto de vista más cínico, es importante observar que -en términos académicos- el feminismo había llegado a la mayoría de edad y los estudios de la mujer, como disciplina y como proyecto de emancipación-acción, buscaban nuevas vías entre las disciplinas existentes para la teoría en un área cada vez más competitiva, lo que iluminó al feminismo como otra forma de pensamiento abstracto que podía ser campo de nuevas posibilidades. La antología "Los hombres en el feminismo", publicada en 1987, es un ejemplo de este tipo de intervención masculina: en este volumen, un número igual de aportaciones de hombres y mujeres, se desafían, toman postura, llegan a acuerdos o se denigran. La formula fue claramente exitosa, y diversos aspectos del diálogo han sido desarrollados con extensión en dos libros posteriores de Linda Kauffman, "Género y Teoría" (1989) y "Feminismo e Instituciones" (1989).

Como el formato de "diálogo" sugiere, las contribuciones masculinas fueron enmarcadas y moderadas por las respuestas feministas; posteriormente los "hombres feministas" se sintieron capacitados para seguir en solitario, como ilustró la colección "Engendering men" (1990), íntegramente realizada por hombres. Joseph A. Boone, uno de los editores de esta colección, reimprimió su ensayo en ésta, ya que apareció en primer lugar en "Género y teoría", acompañado por una respuesta de Toril Moi. Sin embargo, no refiere a esta en el preámbulo de la reedición de su artículo, relegando toda mención de Moi a una nota a pie de página, que lleva en sí mismo mucho más que una cierta revancha. La nota a pie termina en este paréntesis:

"(Una confesión íntima: durante mucho tiempo he fantaseado que publicaba una respuesta a la respuesta de Moi, titulada -haciendo un juego de palabras con mi propio título- "De Moi y el feminismo: la aterrorizante Toril"- una respuesta en la que analizaría la serie de ataques bien agresivos que Moi ha formulado contra ciertas feministas americanas, particularmente contra aquellas que su trabajo rompe la oposición americano/continental que ella construye en su Sexual/Textual Politics...)" (Boone y Calden, 1990, 292).

Es como si Boone sólo pudiera reconciliarse con la respuesta de Moi caracterizándola por un rasgo de incapacidad para encajar el desacuerdo; incluso más, sugiere la falta de sororidad de Moi en la práctica académica como intento para desvirtuar sus más amplias intenciones feministas. Escondiendo estos comentarios en un pie de página del texto, evade nada ingenuamente la confrontación, y lo que es más, la crítica feminista es desplazada a "suplemento" del texto principal del "feminist-o", lo que convierte el texto en una forma dramatizada de apropiación.

Sobretodo los hombres que contribuyeron al volumen mencionado comparten ciertas tendencias en sus escritos que merecen un comentario. Hay dos estrategias textuales principales utilizadas corrientemente por estos ensayistas para apuntar una defensa retórica que sienten claramente necesaria. La primera es centrarse en el derecho de sus propios trabajos para existir dentro de esa diversidad; la segunda es sugerir que todo exclusionismo de parte feminista es una muestra de la cada vez mayor tiranía del discurso feminista, cuyos líderes se reservan el derecho de prohibir el desacuerdo incluso contra l@s de su propia "cuerda". El problema con muchos de estos ensayos es que, tales defensas se desvían del tema, la relación con el debate feminista es frecuente y estrictamente periférico; cualquiera se podría perder al asumir que uno de los objetivos principales de este trabajo es realizar una reclamación de la identidad "feminista". Joseph Boone es uno de estos autores que se ve a sí mismo como feminista, una reclamación que engendra la absurda conjunción "mujeres feministas" (en adición a "hombres feministas"), a través de todo el curso de sus ensayos. Es interesante dilucidar por qué estos hombres no están contentos de ser 'pro-feministas', o 'anti-patriarcales', y por qué, además, tiene que estar en juego la cuestión del derecho a una identidad feminista. Durante el desarrollo de esta discusión asumiré, como de hecho lo hago a lo largo de todo el libro, que las feministas son mujeres, y nombraré 'hombres feministas' entre paréntesis para indicar su naturaleza problemática.

Muchos 'hombres feministas' usan además la doctrina del primer feminismo contra las teóricas actuales: suelen adoptar el modo de expresión en "confesión" tan favorecido por las radicales, estudiando las identidades personales que señalan la inadecuación de la homogeneizadora significación del término "hombre". Por ejemplo, Terry Eagleton, en respuesta a un artículo de Elaine Showalter, en "Los hombres en el feminismo", enfrenta su estatus social de joven como audaz marxista de clase obrera en Cambridge: describe su orgullo de clase trabajadora al enfrentarse a la 'chapucera y bien intencionada Alisidairs', y todo nos recuerda su propia 'otreidad' cultural. (Eagleton en Jardine y Smith, 1987; 133-5). Podría parecer que el motivo al que achacar esta homogeneización del término 'hombre, sería el estilo tan agresivo sostenido por las mujeres de comienzo de la segunda ola, pero la mayoría de las feministas estarían de acuerdo en que la masculinidad/virilidad como categorías cultural/biológica están listas para una reinterpretación; además, es justo recordar que esta técnica se demostró impugnadora para las feministas, allí donde una identidad pudiera ser establecida para garantizar la autoridad, y para evitar la disidencia. Se necesita reiterar que la categoría 'hombre' no es el reverso simple de 'mujer'. 'Hombre', la homogeneizadora identidad para la mitad de la población humana, cuando menos garantiza la visibilidad cultural/social/económica para los hombres blancos heterosexuales; el genérico 'hombre' el sujeto existente de la epistemología occidental, negó los privilegios materiales e ideológicos a todas las mujeres durante siglos. La cuestión central es si el feminismo debe mantener una política así como una polémica, una estrategia de oposición así como una exitosa historia académica en términos de su explosión discursiva académica. Entonces, ¿Cuáles son las consecuencias del "feminismo de hombres"? Esta pregunta es ética y va desde el tema de si la voz de las mujeres será de nuevo suprimida en favor de la voz autorizada de los hombres, o si en la institución académica (el último bastión del crecimiento del feminismo), las pertenencias de las mujeres -incluso dentro del 'guetto' de los "Estudios de la mujer"- encararán las renovadas amenazas.

Tania Modleski ve la amenaza no sólo en la 'cooptación', sino también en la trivialización de las agendas feministas: 'Estos libros están haciendo retornar a los hombres al centro del escenario y distrayendo a las feministas de desafíos mucho más apremiantes que el decidir sobre la conveniencia de la etiqueta 'feminista' para los hombres' (Modleski, 1991, 6). Unido a esto, recalca el heterosexista calzador de la noción de 'diálogo' entre hombres y mujeres, acompañado de una tácita asunción de que este 'diálogo' puede proclamar una igualdad formal entre mujeres y hombres (incluyendo el equilibrio de autores/as de artículos en el citado volumen), que obviamente no existe ni en la arena académica ni en el mundo en general. Modleski, señala que Lee Edelman, un autor de "Género y teoría" desarrolla esto. Del título de la obra, Edelman comenta:

" el 'y' identifica el diálogo en sí mismo como un tipo de unión o matrimonio, además lo inscribe dentro del amplio marco de la discusión: la heterosexualidad esencial del proyecto -un proyecto que debe siempre suplir los idealizados emparejamientos del 'y' con una reproducción de la sublime confrontación que opera el 'entre'"(Kauffman, 1989a, 215).(Kauffman, 1989a, 215).

El problema con los textos de "los feministas" podría ser, después de todo, más pragmático. Lo que puede hacerlos tan sumamente irritantes para las autoras feministas es precisamente el grado de desviación del espacio textual, y que se esfuerzan en dedicarse a cuestionar los términos mediante los que pueden entrar en el feminismo, mientras bloquean efectivamente cualquier respuesta al identificar como tiránicas las formas mediante las que las feministas les niegan el libre acceso a la teoría feminista. Además construyen fronteras artificiales alrededor del feminismo que son contraproducentes.

La mayoría de las investigaciones académicas feministas han estado más en la línea de romper las barreras del discurso masculino que en crear un tipo de discurso que sea, para los propósitos políticos y académicos, específico de las mujeres. No puedo apoyar pero si sospechar que algunos de los actuales 'hombres feministas' están intentando hacer lo contrario -dado que, por supuesto, una inversión de los roles presupone por lo menos que aquellas posiciones son diferentes pero de igual valor-. Para muchos hombres parece ser una cuestión de a quién pertenece el feminismo (un tema contestado subliminalmente entre los grupos rivales de feministas), si bien el resultado principal ha sido alejarse de la retórica de la pertenencia de todos -dentro de una posición de celebración y aceptación de la heterogeneidad-. Esta heterogeneidad parece ser el tema más difícil para los 'hombres feministas', y el lugar del feminismo que implica un conocimiento de la diversidad de feminismos mucho más allá de la teorización postestructuralista. De acuerdo con Paul Smith, 'el desafío intelectual de comprender la teoría feminista no es problema desde que la teoría feminista está situada dentro del abanico de discursos postestructuralistas con los que muchos de nosotros estamos más que familiarizados' (Smith en Smith y Jardine, 1987, 35). Para muchas feministas esta observación tiene dos puntos de discusión inmediatos: (a) que la teoría feminista reside dentro del postestructuralismo, una tendencia dominada por "popes" varones; (b) que, siendo este el caso, y estando los autores más que familiarizados con esta metodología, el problema de los hombres en el feminismo no es seguramente de comprensión. En realidad, la construcción de Smith sitúa la teoría feminista en los hombres, y proscribe o repudia otras líneas de feminismo, por lo que podríamos olvidar cuestionar si este interés masculino en el feminismo tan reciente, no está engendrado primariamente por su aparente 'matrimonio' con el post-estructuralismo.

Sin embargo, 'los hombres tienen una necesaria relación con el feminismo' (Heath en Jardine y Smith, 1987, 1), si se supone que los hombres son igualmente modificados por sus postulados. Como Judith Mayne observa, '"Los hombres en el feminismo" no es más que una nueva formulación' (Jardine y Smith, 1987, 62); las feministas han asumido ampliamente como parte de sus desafíos la necesidad del crecimiento y la toma de conciencia de hombres y mujeres al mismo tiempo. Lo que lo distingue como 'diálogo' es entonces su dimensión teórica y los autores bien podrían estar repitiendo uno de los errores de los pioneros de la segunda ola al asumir que pueden hablar por todos los hombres. Esto implica que el principal problema del feminismo es 'otras feministas' -no las mujeres ni los hombres (como si autorepresentasen en estos debates como sumamente dispuestos a, en exclusividad, aprender y admirar)-. Joseph Boone admite el punto de vista de los hombres que hablan de los hombres en el feminismo''Género y teoría': "De los citados autores, Jacques Derrida, Robert Scholes, Denis Donoghue (en letra pequeña) y Terry Eagleton (en una réplica a Showalter), critican que su relación con el feminismo no ha sido nunca, con riesgo de quedarse corto, no-problemática" (Boone en Kauffman 1989a, 168). Sugiere que la importación de grandes nombres en la teoría combate contra la consideración seria de los 'hombres feministas' como él, cuyas intenciones/intervenciones son absolutamente honestas. Alfilerea extrañamente el heterosexismo que ha acompañado tales proyectos, afirmando que 'un reconocimiento de la presencia e influencia de los gays trabajando en y alrededor del feminismo, tiene el potencial de reescribir los miedos feministas en 'Los hombres en el feminismo' como un gesto de apropiación estrictamente heterosexual' (Boone en Kauffman, 1989a, 174). Esta observación podría ser loable al identificar a los gays como portadores de una posible clave para resolver el problema del posible mal recibimiento de la atención de los hombres al feminismo, pero Boone implícitamente identifica el problema como subayecente en los temores feministas de la penetración simbólica de sus discursos. De otro golpe de mano ignora la realidad de que las lesbianas han estado durante mucho tiempo exponiendo muy efectivamente, en debates cara a cara, el heterosexismo de la corriente principal del feminismo. En su ensayo Boone ha relegado con un audaz 'molinete' (golpe de esgrima) el término 'feminista' a un estatus neutral de género. Toril Moi en su respuesta a este ensayo no trata esta cuestión con el deseo de usar 'feminista' como una adscripción para su propio trabajo, sino con la intención de sugerir que las feministas necesitan forzosamente de los hombres una clara convección de que están trabajando contra los intereses del patriarcado, y que no están luchando entre ellos -una sensación que permea de entre los ensayos de Boone (ver Moi en Kauffman, 1989a, 181-90).

Gran parte del antagonismo de las feministas a ciertos aspectos del debate de "Los hombres en el feminismo" resultan del contenido de los ensayos, y del deseo de apropiarse del término 'feminista', más que de la sola idea de los hombres en el feminismo -que después de todo no es particularmente chocante-. Pocas feministas desearían trabar el progreso de los trabajos de éstos, o negarles el derecho al acceso al pensamiento feminista; pero su insistencia en el 'derecho' al 'acceso' a ser 'armados caballeros feministas', más que a ser 'pro-feministas' o algun otro término que podría indicar su interés en el género, sigue siendo problemático. Reservar 'feminista' para las mujeres reconocería que las mujeres retuvieran el más importante impacto del término feminismo -que ha venido a significar una presencia femenina después de siglos de invisibilidad en términos materiales como ideológicos. El feminismo es, después de todo, construído como un trabajo progresivo, un debate destinado a acabar con la subordinacion de las mujeres y realmente es la única identidad no patriarcal que las mujeres pueden reclamar. Al deconstruir el binarismo occidental, estos hombres parecen creer que los hombres pueden escribir el "femenino"; como las feministas francesas reclaman, es cierto que si bien, escribir no está "marcado por el género" en un sentido directo, las feministas lo han encontrado políticamente conveniente para caer en la cuenta de la identidad del autor, como hacen l@s teóric@s gays, lesbianas y negr@s. Mientras los hombres perciban el centro del debate entorno a las relaciones de autoridad/subordinación, las mujeres resistirán sus intervenciones: los términos están preparados en si mismos para su deconstrucción.

El hombre nuevo, el hombre salvaje y el hombre anti-feminista.

Si bien, como he discutido anteriormente, hay cierta incidencia de grupos de hombres que identifican sus intereses directamente como anti-sexistas, y que frecuentemente construyen sus consecuentes posiciones políticas desde la izquierda, no hay un único significado asociado al término 'grupos de hombres'. Un ejemplo de grupo de hombres que adopta una perspectiva bien diferente a los grupos anti-sexistas, podría ser los grupos "Iron John" creados por Robert Bly en los Estados Unidos, y también en el Reino Unido. La concepción de Robert Bly de la necesidad para el hombre moderno de volver a tomar contacto con su fondo 'salvaje' refleja la creciente inquietud en las respuestas populares al fenómeno del 'hombre nuevo' en los medios de masas. El feminismo, directa o indirectamente, es hecho responsable de el temido amaneramiento del hombre contemporaneo. El hombre, desnudo de su corteza machista, es concebido como sufriendo una crisis de identidad, de hecho en el imaginario popular, el cuestionamiento de las formas de comportamiento asociadas con la masculinidad acapara el repudio de la virilidad per se.

En junio de 1990, el períodico "The Guardian" dedicó dos días de su sección "Mujeres" al fenómeno del "hombre nuevo", contribuyendo enormemente a sostener la perspectiva de que ser un hombre nuevo era evitar la reclamación de la emancipación (autonomía). Kimberley Leston, redactora del "The Guardian" también señaló que la imágen del 'hombre nuevo' había sido utilizada principalmente en la publicidad para sugerir que si los hombres tomaban obligaciones femeninas, actuarían inevitablemente mejor:

En un anuncio en la televisión, un paciente y compasivo padre vuelve apresuradamente a casa durante las horas de trabajo en la Oficina, en el salón de alto-standing intenta disuadir a su hijo de cuatro años para que no abandone la casa. La situación pasa por creible, cuando no por improbable, pero el mensaje esencial permanece camuflado bajo el subtexto aportado por el personaje secundario de la madre del niño. 'No quiere escuchar', admite ella con bovina cara de resignación, implicando que el cuidado compartido de los niños -el tema clave de la nueva masculinidad- trae algo más deseable que la recompensa emocional, trae un incremento de la base de poder masculina. (The Guardian, Jueves, 21 de junio de 1990). (The Guardian, Jueves, 21 de junio de 1990).

Como Leston señaló, la representación de un 'nuevo hombre' es utilizada primariamente como una forma nueva de castigar a las mujeres, al crear una ilusión de cambio cultural pero que no se encamina a iniciarlo realmente en una esfera política más amplia. Parece como que el 'nuevo hombre' existe feacientemente en los portafolios de los creativos de las compañias de publicidad y que es otra forma de reafirmar el poder de los hombres. (Ver también Christian, 1994, 3); es más corriente la parodia de los requerimientos feministas que la respuesta a éstos. Como Harry Christian señala, las aproximaciones de los hombres al feminismo tienden a ser activas si están orientadas hacia el futuro, y se necesita hacer una distinción entre las reacciones antisexistas y no-sexistas: "Ser anti-sexista significa tener una posición activa opuesta al sexismo, mientras que el término no-sexista indica una forma ideal de relación con las mujeres, a la que los hombres anti-sexistas aspiran, que no es por completo ni necesariamente alcanzable" (Christian, 1994, 3). Creo que en Christian el término no-sexista puede también implicar una ausencia de conciencia pro-feminista, o cuando menos una inercia política en la que el comportamiento personal propio es el único indicador.

El movimiento "Iron John" de Robert Bly representa el ala de los grupos de hombres que tienen poca o ninguna conexión con el movimiento de liberación de las mujeres. Si bien no atacan, precavidos, al feminismo directamente, Bly infiere que 'el feminismo de los 70 'suavizó' al hombre moderno en contra de la integridad masculina'-'ellas son preservadoras de la vida pero no exactamente dadoras de la vida' (Bly, 1991, 3). El movimiento mítico-poético de hombres de Bly, está originado en el cuento 'Iron John' recogido por los hermanos Grimm. Es la historia de un hombre salvaje, capturado y hecho prisionero por un rey, que más tarde será liberado por el hijo del Rey. Bly utiliza esta historia como una metáfora para sugerir que los hombres contemporaneos tienen un 'hombre salvaje' encerrado dentro de ellos y que necesita ser liberado para que los hombres puedan experimentar el auténtico sentido de su propia masculinidad. Toma prestado claramente un modelo esencialista de los impulsos masculinos sugiriendo un retorno a la 'prehistoria' patriarcal más que un futuro en el que la virilidad y la masculinidad sean renegociadas. Como Christian observa:

Mientras que Bly no reclama hostilidad hacia el feminismo, su movimiento no pone énfasis en ayudar a la batalla contra la opresión de las mujeres, y parece formar parte de una serie de actividades de introspección de liberación masculina que pueden quizás ser beneficiosas para algunos hombres pero que apenas parecen beneficiar a las mujeres, y pueden incluso ser parte del movimiento anti-feminista de retroceso. (Christian, 1994, 11). (Christian, 1994, 11).

Las feministas tienden a ver la prospectiva del movimiento de hombres con sentimientos contradictorios, a la luz de las tendencias como aquellas demostradas por Bly y sus adhesores. Así como con el movimiento de mujeres no puede haber garantía de que todos los individuos y grupos bajo tal denominación, estén de acuerdo sobre la perspectiva política entre sí, así el término 'movimiento de hombres' podría comprender desde un grupo de toma de conciencia manifiestamente pro-feminista, a un taller del 'hombre salvaje' de Robert Bly, que en su identificación con la figura del guerrero, podría ser visto como celebrando lo masculino en una forma no-reconstruída (ver Eisler, Adair en Hagan, 1992, 43-53, 55-66).

No es sorprendente que esfuerzos como el de Bly sean mirados con escepticismo por muchas feministas como un "efecto yo-también" cultural, que no se compromete necesariamente en el debate crítico sobre las polaridades de género en la sociedad, o sobre los continuos beneficios que los hombres reciben desde sus privilegios masculinos.

Necesitamos un movimiento de hombres que sea parte de un movimiento feminista revolucionario. Si las masas de hombres en nuestra sociedad no han desaprendido su sexismo, no han abdicado de sus privilegios masculinos, entonces sería obvio que un movimiento de hombres dirigido sólo por hombres, con sólo hombres participando en tal, se corre el riesgo de que siga modelos diferentes pero que sigan siendo opresivos dentro de la cultura patriarcal. (Hagan, 1992, 117). (Hagan, 1992, 117).

No sólo es que algunos grupos trabajen directamente en contra de las bases filosóficas del feminismo, sino que ciertos hombres periodistas se han granjeado reputación públicamente como detractores del feminismo. Neil Lyndon es una de estas figuras, pero el libro más sólido de David Thomas "No soy culpable" (1993), proporciona un ejemplo aún más reciente de retroceso en la contra del feminismo, y que se apoya en estadísticas amañadas para probar que la suerte del hombre es más dura que la de la mujer y que la "sociedad occidental está obsesionada con las mujeres hasta el punto de la neurosis de masas" (Thomas, 1994, 2). El libro de Thomas está a la defensiva, concebido para afirmar que los hombres son las víctimas en nuestro orden social actual. Predeciblemente cita los casos en los que los hombres son sujetos de violencia psíquica o sexual como si este hecho aislado contrarrestase las horripilantes imágenes acumuladas por las feministas que muestran que las mujeres han sufrido la violencia y la muerte a manos de hombres durante siglos hasta el genocidio. Thomas concibe un mundo donde mujeres y hombres están en competición directa por el acceso a cuidados de salud y de apoyo personal, y donde los hombres están oprimidos por la carga de su deseo de poder (Thomas pregunta al lector: ¿Desearías realmente ser George Bush?; Thomas, 1993, 8; un ejemplo primario del non sequiturs utilizado para dar a sus argumentos una impresión de dirección). Identifica lo que percibe cruciales diferencias entre los hombres y las mujeres, y en común con los patriarcalistas más actuales, busca sus justificaciones en la "evolución":

Los hombres son capaces de analizar objetos tridimensionales moviéndose en el espacio porque es lo que los cazadores tienen que hacer con su diana. Las mujeres son capaces de recordar el orden de los objetos porque esto es lo que recogen, buscando en el suelo plantas comestibles, necesitan poder recordar entre un viaje de recolección y otro. Para el hombre moderno resulta más fácil que para la mujer conducir el coche en una vía estrecha, pero a diferencia de las mujeres, ellos nunca pueden recordar dónde está nada dentro de casa. (Thomas, 1993, 48). (Thomas, 1993, 48).

Thomas pretende revisar los hechos bajo una luz de progreso y objetividad, pero sus conclusiones reflejan el profundo conservadurismo de los hombres que se siente aterrados por el movimiento de las mujeres, más que desafiados por éste, y únicamente pueden responder presentándolo como si les acusara personalmente.

Muchas feministas se siente preocupadas de que mientras un movimiento autónomo de hombres pudiera ser justificado mediante un ‘juego limpio’ (ya que ha llegado el momento para que los hombres tomen su espacio con el objetivo de avanzar con concepciones de cambio de los roles de género ofrecidos por las feministas), continuase la supremacía masculina -ya sea huyendo o escondiéndose como miembros de un movimiento de hombres o no- desplegando una profundamente atrincherada falta de juego limpio en todos los influyentes sistemas sociales y económicos de nuestro mundo. La presencia continuada de "Achilles Heel" en el Reino Unido y de NOMAS (the National Organization of Men Against Sexism -organización nacional de hombres contra el sexismo) en los EEUU, nos muestra que hay bastantes hombres preparados para traducir su anti-sexismo en un activismo político y en un cuestionamiento de los presupuestos y comportamientos asociados con la masculinidad. Todavía necesitamos recordar que la corriente hegemónica en la política y los media, observa el feminismo con el interés de caracterizarlo como una amenaza a los estimados y vividos derechos del hombre. Thomas, entre otros, regresa a la retórica del primer liberalismo para mostrar las políticas sexuales como un campo de batalla, donde la "naturaleza" está bajo asedio. Vic Seidler nos proporciona una razón de por qué los hombres como Thomas pueden estar embistiendo a la defensiva:

Creo que una de las razones por las que muchos hombres se han sentido al mismo tiempo profundamente celosos y desenmascarados ante el feminismo y las políticas de lo personal, es que ha habido una sensación de que el instrumentalismo de la vida ha sido roto, de alguna forma, por las mujeres; y se ha tenido la sensación de que había sido redescubierto lo que es importante en la vida a través del cuestionamiento realizado por el movimiento de las mujeres. (Seidler, 1991b, 46-7). (Seidler, 1991b, 46-7).

Y está forzando a que escritores como Bly, Lyndon y Thomas estén de hecho enfrentándose contra la aplastante experiencia de alienación de los hombres en un sistema de capitalismo avanzado, creado a imagen de éstos y concebido para funcionar en función de sus intereses exclusivamente.

 

Imelda Whelehan es catedrática en Literatura Inglesa y Estudios de la Mujer en la Monfort University en ¿Manchester? ¿Leicester?.

Victor Seidler es catedrático de sociología en el Goldsmiths College de la Universidad de Londres y está especializado en diversos temas relacionados con el socialismo y la masculinidad, v.seidler@gold.ac.uk (es bien majo, ya contacté con él).

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CUESTIONARIO CHICOS
GREM 1998

Grupo Abierto de Estudios Sexológicos (GAES)
Fac. CC. Políticas y Sociología.
UCM. Dpcho 2600. Tlf.- 394 28 28 Fax.- 394 28 41.
jme1@@@ukc.ac.uk

1. ¿Qué significa para ti "ser hombre"?

2. Describe los aspectos positivos de ser hombre.

3. Describe los aspectos negativos de ser hombre?

4. ¿En qué cosas crees que los chicos deberían cambiar?

5. Describe al hombre ideal o al que te gustaría ser si fueras otra persona.

6. ¿Qué harías para mejorar tus relaciones con las chicas?

7. ¿Qué harías para mejorar tus relaciones con los chicos?

8. ¿Qué diferencias consideras que existen entre chicos y chicas en cuanto a los sentimientos y la sexualidad?

9. Nombra tres personajes de actualidad masculinos y tres femeninos a los que admires y di por qué.

10. ¿Participarías en un grupo de reflexión sobre masculinidad?

CUESTIONARIO CHICAS.

1. ¿Qué significa para ti "ser hombre"?

2. ¿En qué piensas que los chicos deberían cambiar?

3. ¿Cómo sería para ti tu "hombre ideal"?

4. ¿Qué aspectos positivos le ves al hecho de ser hombre?

5. ¿Qué aspectos negativos le ves al hecho de ser hombre?

6. Concretamente: ¿De qué manera o por qué medios podrían los chicos cambiar?

7. ¿Cómo te gustaría que fuesen los chicos en los diferentes ámbitos de la vida cotidiana (trabajo, familia, amistad...)?

8. Describe un ejemplo de actitud sexista:

9. Nombra tres personajes de actualidad masculinos y tres femeninos a los que admires y di por qué.

10. ¿Crees que tiene utilidad un grupo de toma de conciencia sobre la masculinidad?

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A la atención de nuestras compañeras del
GRUPO DE REFLEXION Y CRITICA FEMINISTA.

Grupo Abierto de Estudios Sexológicos (GAES)
Fac. CC. Políticas y Sociología.
UCM. Dpcho 2600. Tlf.- 394 28 28 Fax.- 394 28 41
jme1@ukc.ac.uk

En la última reunión del GREM estuvimos comentando la cuestión de tener reuniones conjuntas. La idea nos pareció buena. Nuestra postura es que sería muy interesante tener reuniones periódicas, que estén bien preparadas (objetivos, tema concreto -aunque un tema concreto sea simplemente conocernos, o poner en común nuestras vivencias, biografía...- etc

En la última reunión del GREM estuvimos comentando la cuestión de tener reuniones conjuntas. La idea nos pareció buena. Nuestra postura es que sería muy interesante tener reuniones periódicas, que estén bien preparadas (objetivos, tema concreto -aunque un tema concreto sea simplemente conocernos, o poner en común nuestras vivencias, biografía...- etc).

Nuestras posibilidades son un poco reducidas. Nos habían comentado que teníais idea de hacer una reunión mensual con los chavales del GREM. Nos parece una buena periodicidad. Tenemos dificultades con los horarios incluso para organizar nuestras propias reuniones. Por diversas razones optamos en su momento por hacer las reuniones en fin de semana. Podemos intentar encontrar una fecha. También estuvimos pensando que vamos a hacer una serie de actividades 'hacia afuera'(2ºDía de la Falda, Charla sobre el anteproyecto del PP de Reforma del Código Penal, Manifiesto contra las agresiones sexistas a las mujeres), a las que por supuesto estais invitadas. Estamos muy interesados en que asistais, y bueno... la cuestión es que apenas nos quedan dos meses de este año para trabajar y creo que no podremos tener muchas reuniones pero si pudieramos llegar a hacer tres o cuatro asambleas ya estaría muy bien.

Os pedimos también vuestra colaboración en una especie de estudio que hemos querido hacer mediante unos cuestionarios con preguntas abiertas. Sería de gran ayuda si contestais el cuestionario (individualmente) ya que nos daría una imagen más amplia de las expectativas recíprocas que existen hoy en nuestro entorno sobre cómo son los chicos, cómo deberían ser, las relaciones (amistad, pareja)...etc. (Incluso podría ser base para algún debate).

A un nivel más personal (debe ser discutido dentro del GREM), y a expensas de poder evaluar la futurible coordinación entre ambos grupos o comisiones de Alternativa Universitaria; quería proponer dar un nombre a estas reuniones, que no significa crear una nueva organización pero que nos puede servir como forma de identificación (El nombre podría ser algo así como: La Plataforma Antisexista) de una experiencia, creo que es bastante pionera, de trabajo mixto.

Os podría adelantar algunos de los temas que nos han surgido con más insistencia para ver si teneis especial interés en alguno en concreto:

-Las relaciones de pareja, el sexo, la afectividad (partiendo de una identificación básicamente heterosexual de la gente del grupo).

-(Unido a lo anterior) Las experiencias y ambivalencias con respecto a la homosexualidad.

-Los hombres en el feminismo. Los encuentros y desencuentros. El papel de los hombres en la lucha anti-sexista o feminista.

-La comunicación entre los chicos. La falta de intimidad en ésta. La competitividad, la autosuficiencia, etc.

-(Muy unido al anterior y tema bien complejo) La violencia y la relación con la masculinidad.

Hemos tratado, en nuestra experiencia de unos meses, de trabajar desde las propias experiencias y vivencias, y no solo hacer una discusión teórica (tendencia que hemos sufrido) sino tratando de crear unas nuevas relaciones entre nosotros, trabajando nuestras actitudes e intentando 'desnudarnos'. Puede ser un buen momento para comenzar una coordinación ya que nuestro grupo por diversas vicisitudes está en un momento embrionario.

Salud. Txema.
(Esperamos vuestra contestación).

MIEMBROS GREM: Dany (AU-EI), Miguel (ALP), Juancho (AU-EI), Felipe (AU-EI), Pablo (AU-EI), Javi (Aupate), Txema (AU-EI, RQTR), Santi (AU-EI) y Manu (Físicas, Ex-Soberano). Coordinador actual: Txema.

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HOMBRE! SI ESTAS HARTO DE QUE PRIVADO
SER HOMBRE SEA, "TENER QUE":

Grupo Abierto de Estudios Sexológicos (GAES)
Fac. CC. Políticas y Sociología.
UCM. Dpcho 2600. Tlf.- 394 28 28 Fax.- 394 28 41.
jme1@ukc.ac.uk

Os hacemos un llamamiento para participar en el "Primer día de la falda" que se celebrará el martes 14 de mayo a las 16:30h en la "Moqueta" (Facul tad de Sociología y Ciencias Políticas. Campus de Somosaguas). Os invitamos al debate, a la acción, y a poneros la falda. Tendremos cuentacuentos, debates, un aperitivo, y lo que surja. phoenix Normal Normal Police par défaut Police par défaut

Ser serio y no jugar, ser siempre realista y "tener los pies en la tierra", ser responsable de tu vida y de la de los que te rodean, ser fuerte, no ceder nunca, no ser gallina, ser autosuficiente, no necesitar a nadie, destacar y ser el primero, ser competitivo, ser agresivo, trabajar fuera de casa, ser racional, no tener fantasías ni fiarse de intuiciones, no mostrar lo que piensas, no expresar tus sentimientos (negativos o positivos), desconfiar de los demás, ser sexuales en sentido genital-penetrativo-orgásmico, saberlo todo en sexo, tener erecciones y dar placer a tu pareja, ser heterosexual y no usar el ano más que para cagar, desear a las mujeres, tener un pene grande, estar siempre dispuesto sexualmente, actuar, no ser pasivo, ser joven, tener un cuerpo atlético, triunfar, ganar, ser "cabeza de familia", tener todas las soluciones y saber tomar las decisiones, no caer enfermo, no llorar bajo ningún concepto...

Y si no lo consigues tener que aparentarlo...

Y hartos además de no poder ponernos la falda. Ya es hora de que terminemos con lamentables frases como: "Aquí soy yo quien lleva los pantalones" porque sino serás un "calzonazos" (o un "mariconazo").

Con este gesto pretendemos llamar la atención y provocar un profundo debate que lleve al cuestionamiento real por parte de todos los hombres sobre nuestra identidad, sobre los elementos que la asignación de género y la homofobia imponen y la alienación que ésto supone para todas las personas, hombres y mujeres, provocando una diferenciación irreal que nos crea problemas de comunicación, relación, existencia (sobretodo a las mujeres) y más a los que no se ajustan al modelo, sufriendo una injusta y dolorosa margina ción.

Os hacemos un llamamiento para participar en el "Primer día de la falda" que se celebrará el martes 14 de mayo a las 16:30h en la "Moqueta" (Facul tad de Sociología y Ciencias Políticas. Campus de Somosaguas). Os invitamos al debate, a la acción, y a poneros la falda. Tendremos cuentacuentos, debates, un aperitivo, y lo que surja. phoenix Normal Normal Police par défaut Police par défaut Texto de nota al final Texto de nota al final Appel de note de fin Appel de note de fin Texto de nota al pie Texto de nota al pie Appel note de bas de p. Appel note de bas de p. Index 1 Index 1 Index 2 Index 2 Encabezado de tda Encabezado de tda _Equation Caption _Equation Caption Corps de texte Corps de texte Txema Espada Calpe)

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2º DIA DE LA FALDA.

GREM (Grupo de Reflexión y Estudio sobre Masculinidad)

Grupo Abierto de Estudios Sexológicos (GAES)
Fac. CC. Políticas y Sociología.
UCM. Dpcho 2600. Tlf.- 394 28 28 Fax.- 394 28 41
jme1@ukc.ac.uk

El GREM os invita a todos y a todas a participar en el ‘2º Día de la Falda’ que tendrá lugar el miércoles 29 de abril en la Facultad de Políticas y Sociología de la Universidad Complutense.

Las actividades se prolongarán desde las 11:30 de la mañana hasta bien entradita la tarde, y os adelantamos que el plato fuerte de la jornada será una mesa-coloquio que tratará el tema de "Los hombres en el feminismo" y en la que participarán algunos miembros del GREM y militantes feministas (no sabemos sí podremos contar con Cristina Garaizabal). Además proyectaremos algunos videos y pelis, realizando un video-forum con el tema ‘Romper los lazos entre violencia y masculinidad’. Tendremos una exposición fotográfica sobre masculinidad y actividades del grupo y tendréis la oportunidad de degustar platos cocinados exclusivamente por hombres (vosotros asumiréis vuestro propio riesgo), habrá música, bailoteo, risas, priva... .

El lugar será ‘La moqueta’ y las aulas de la misma, pero sería fantástico que entre todos y todas contagiáramos a toda la complu con el espíritu de la jornada.

El objetivo de esta actividad, en consonancia con lo que nos propusimos al crear el grupo de hombres, es el de crear un espacio en el que cuestionar la asignación de género y avanzar en la promoción del necesario cambio social no sexista e igualitario, removiendo las trabas que impiden un acercamiento positivo y enriquecedor de hombres y mujeres, creando las condiciones necesarias para un desarrollo personal libre de prejuicios y puñeterías que sólo sirven para limitar la potencialidad creativa e imaginativa de las personas.

Así manifestamos abiertamente nuestra oposición a sentencias tales como: "Aquí quien lleva los pantalones soy yo". Invitamos a todos los hombres de la facultad, estudiantes y profesores, a venir a clase vistiendo una falda, simbolizando que, al menos durante unas horas se sueña con la posibilidad de construir un espacio libre de las limitaciones impuestas por la asignación de género, donde hombres y mujeres puedan relacionarse privilegiando la comunicación afectiva y cuidándose de los cánones que les han sido enseñados desde la infancia.

Sin más esperamos que participéis activamente en este "2º Día de la Falda" y que gracias a las aportaciones de todos y todas podamos encaminarnos despacio pero sin pausa hacia el cambio social que nosotros consideramos fundamental: antisexista, igualitario e integrador.

¡Y que disfrutéis con faldas y a lo loco!

ALTERNATIVA UNIVERSITARIA ESTUDIANTES DE IZQUIERDAS

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2º DIA DE LA FALDA.

GREM (Grupo de Reflexión y Estudio sobre Masculinidad)

¡Chavalote vente con falda a la facultad!

PROGRAMA.

11:30 Apertura exposición fotográfica.

12:00 Charla-coloquio: Los hombres en el feminismo. Intervendrán: miembros del GREM y militantes feministas.

16:00 Video-forum: Romper los lazos entre violencia y masculinidad. Vídeo: "Entra Aquiles". Grupo de danza contemporánea DV8.

17:00 Fiesta. Con degustación de comidas preparadas por los miembros del grupo. Bailes, risas y priva.

Programación continua de videos y pelis.

MIERCOLES 29 DE ABRIL DE 1998. MOQUETA.

Facultad de Políticas y Sociología. Universidad Complutense de Madrid. Campus de Somosaguas. Buses A(Moncloa), H(Aluche), I(Ciudad Universitaria), B(Aravaca).

Alternativa Universitaria « Estudiantes de Izquierdas 91 394 28 34 / Fax 91 394 28 41 Correo electrónico: sodecz4@sis.ucm.es (GREM) y iurl@sis.ucm.es (AU-EI)

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PROYECTO "GRUPO DE HOMBRES -SOMOSAGUAS

Grupo Abierto de Estudios Sexológicos (GAES)
Fac. CC. Políticas y Sociología.
UCM. Dpcho 2600. Tlf.- 394 28 28 Fax.- 394 28 41
jme1@ukc.ac.uk

OBJETIVOS: -
General:
Crear un espacio de estudio, investigación y comunicación entre hombres para analizar la subcultura masculina en que hemos sido socializados. -Concretos: Crear un espacio protegido donde un grupo de hombres podramos expresarnos con libertad sobre nuestras emociones, experiencias y deseos, fuera de la presión de la subcultura masculina patriarcal.

Analizar nuestras experiencias y aprendizajes para:
*Analizar las formas en que hemos sido socializados (¿Cómo nos han construído como hombres?
*Ver qué cuestiones nos producen sufrimiento o niegan aspectos positivos como persona por el hecho de ser hombres.
Trabajar una mejor comunicación entre hombres, incluyendo lo afectivo-emocional. (Mejorando y trabajando: la culpa y la vergüenza).
Analizar los estudios y textos que sobre sexualidad y género masculino tenemos a nuestro alcance.
Ayudar a reconocernos, aceptarnos y apoyarnos en el cambio y búsqueda de una identidad masculina o no, personal liberadora y liberante (este parrafo es para explicarlo un poquitín más).

PLANTEAMIENTO:

-Grupo no permanente. -Grupo de auto-apoyo --Promoción del cambio personal-social. -Grupo de conocimiento y auto-conocimiento --investigación. -Posibilidad de realizar un trabajo posterior con el resultado de nuestras reuniones (uso de video, recolección de materiales de nuestras discusiones). -Existe un pequeño nucleo-iniciativa (Dany, Txema, Santi, y otro chaval de RQTR). Hacer una primera reunión para hablar el planteamiento inicial del grupo. Posibilidad de asistencia de alguna persona del Grupo de Hombres de Vallekas. -Lanzar la iniciativa: Carteles, folletos, acto de presentación. -Con un calendario prefijado y las cuatro primeras sesiones planificadas. -Ocho sesiones (1 por mes. De un día entero. De Noviembre a Junio 1995/96) -Las cuatro sesiones a planificar según desarrollo del grupo.

METODOLOGIA. -Vivencial, participativa, introducir elementos lúdicos.

COSTE. -Aulas se pueden conseguir en la Fac. de Políticas o en la E. U. Trabajo Social. -Fotocopias y otros materiales -- cuota de inscripción para cubrir costes y asegurar asistencia.

DIA CALENDARIO. - Día viernes (es una propuesta)..

BIBLIOGRAFIA. -Curso elemental para varones sensibles y machistas recuperables. Josep Vicent Marqués. Ed. Papagayo. Madrid. 1991. -Ponencia de J. V. Marqués. Crisis del modelo sexual masculino. II Semana de Estudios Sexológicos de Euskadi. Ed. Hordago. San Sebastian. -Psicoerotismo femenino y masculino. Fina Sanz. Ed. Kairós. -Materiales "Grupos de Hombres". Fernando Villadangos. V Congreso Nacional de Sexología. Sept 1994. -L. Gindin. La nueva sexualidad del varón. Ed. Paidós. BBAA, 1987. -Enrique Gonzalez Duro. Represión sexual, dominación social. Ed Akal. Madrid 1987. -Hite: Informe sobre la sexualidad masculina. Plaza y Janés. Kelen, J: El nuevo padre. Un modelo distinto de paternidad. Ed. Grijalbo. Barna. 1988.

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BIBLIOGRAFIA CASTELLANO (ESPAÑOL).

Grupo Abierto de Estudios Sexológicos (GAES)
Fac. CC. Políticas y Sociología.
UCM. Dpcho 2600. Tlf.- 394 28 28 Fax.- 394 28 41
jme1@ukc.ac.uk

BADINTER, Elisabeth.

(1992) XY. La identidad masculina. Alianza editorial. Madrid.

BONINO MÉNDEZ, Luis.

(1994) Varones y comportamientos temerarios. Revista Actualidad Psicológica, Junio, p. 24-26.

(1996) La condición masculina a debate. Teorías y prácticas sobre el malestar de los varones. Revista Area 3 -Cuadernos de temas grupales e institucionales-, nº4, invierno, p.16-19.

(1997) Los varones y el cambio de las mujeres. Madrid, Cuadernos de Trabajo Infancia y Familia, Ministerio de Asuntos Sociales, nº27, Reparto de responsabilidades entre hombres y mujeres en el cuidado y la educación de los más pequeños.

(1997) Micromachismos: la violencia invisible en la pareja. Resúmen de ponencia en la Universidad Autónoma de Madrid. (No recuerdo la fecha exacta).

ESPADA CALPE, Txema.

(1996) Grupo de hombres, Madrid, Fanzine La Mantis, nº1.

(1997) Construcción de la masculinidad: identidad de género y subjetividad. En "Actas. V Congreso Internacional de Estudiantes de Antropología". Universidad de Santiago de Compostela. Santiago de Compostela.

GARAIZABAL, Cristina.

(1996) Materiales seminario sobre "subjetividad femenina". Inéditos.

MARQUÉS, J.V.

(1980) Modelos sexuales y dominación masculina. En "2ª Semana de estudios sexológicos de Euskadi: Modelos sexuales en nuestra cultura y alternativas". San Sebastian. Editorial Hordago.

(1991) Curso elemental para varones sensibles y machistas recuperables. Madrid. Ediciones Temas de Hoy.

ORTEGA, Félix.

(1993) "Masculino y femenino en la identidad personal de la juventud española" en Ortega, F.:(Comp) "La flotante identidad sexual: La construcción del género en la vida cotidiana de la juventud". Madrid. Instituto de Investigaciones Feministas (UCM), Dirección General de la Mujer, Comunidad Autónoma de Madrid.

TABOADA, L., DE VILLENA, L.A., MARQUÉS, J.V., BADINTER, E.

(1993) La identidad masculina. Diario El Mundo, suplemento 'La esfera', 27 de febrero.

VILLADANGOS, Fernando.

(1994) Documentación "Grupos de hombres". Inédito. V Congreso de Sexología del Estado Español.

VILCHEZ CAMBRONERO, Joan.

(1991) Desde el corazón: el camino de los Grupos de Hombres. En "Ayer, hoy y mañana: IV Congreso Estatal de Sexología". Valencia. Generalitat Valenciana. Conselleria de sanitat i consum.

URIA, Paloma.

(1993) El pensamiento feminista, en la encrucijada. Revista Página Abierta, octubre. Pg 15-16.

(1996) Debates feministas contemporaneos. Revista Página Abierta, enero. Pg 10-12.

 

ANEXO 1. BIBLIOGRAFIA. (Ampliada con textos en portugués e inglés).

 

Badinter, Elisabeth.

(1992) XY. La identidad masculina. Alianza editorial. Madrid.

 

Bly, Robert.

(1991) Iron John: A book about Men, Shafetsbury, Dorset: Element Books.

 

Boissevain, J.

(1974) Friends of friends: networks, manipulators and coalitions. Oxford, Blackwell.

 

Bonino Méndez, Luis.

(1994) Varones y comportamientos temerarios. Revista Actualidad Psicológica, Junio, p. 24-26.

(1996) La condición masculina a debate. Teorías y prácticas sobre el malestar de los varones. Revista Area 3 -Cuadernos de temas grupales e institucionales-, nº4, invierno, p.16-19.

(1997) Los varones y el cambio de las mujeres. Madrid, Cuadernos de Trabajo Infancia y Familia, Ministerio de Asuntos Sociales, nº27, Reparto de responsabilidades entre hombres y mujeres en el cuidado y la educación de los más pequeños.

(1997) Micromachismos: la violencia invisible en la pareja. Resúmen de ponencia en la Universidad Autónoma de Madrid.

 

Boone, J.A. y M. Calden, (eds.)

(1990) Engendering men: The question of male feminist criticism. London, Routledge.

 

Bourdieu, Pierre..

(1991) El sentido práctico. Madrid (1991). Editorial Taurus Humanidades.

(1991) La distinción. Taurus, Madrid.

 

Brandes, Stanley.

(1979) Drinking patterns and Alcohol Control in Castilian Mountain Village. Anthropology 3: 1-16.

(1980) Metáforas de la masculinidad: Sexo y estatus en el folklore andaluz. Madrid. Taurus.

 

Burin, M.

(1987) Estudios sobre la subjetividad femenina. Buenos Aires. GEL.

 

Connell, Robert.

(1995) Políticas da masculinidade. Educaçâo e realidade, nº20, 2, 1995, p.189.

 

Delgado, Manuel.

(1993) Las palabras de otro hombre. Muchnik, Barcelona.

 

Douglas, M.

(1987) Constructive drinking. Cambridge: Cambridge University Press.

 

Elias, Norbert.

(1982) La sociedad cortesana. Fondo de Cultura Económica, Madrid.

(1987) El proceso de civilización. Fondo de Cultura Económica. Madrid.

(1994) El cambiante equilibrio de poder entre los sexos. Estudio sociológico de un proceso: El caso del Antiguo Estado Romano. En Julia Varela. Conocimiento y poder, La Piqueta, Madrid, pp. 121-167.

 

Enguix Grau, Begoña.

(1996) Poder y deseo: La homosexualidad masculina en Valencia. Valencia. Edicions Alfons el Magnanim. Generalitat Valenciana.

 

Espada Calpe, Txema.

(1996) Grupo de hombres, Madrid, Fanzine La Mantis, nº2.

(1997) Construcción de la masculinidad: identidad de género y subjetividad. Actas V Congreso Internacional de Estudiantes de Antropoloxía. Universidad de Santiago de Compostela.

 

Garaizabal, Cristina.

(1995) Las identidades sexuales. Revista Página Abierta, nº51, Madrid, Junio, p.14-17.

(1997) Seminario sobre subjetividad femenina. (No publicado). UCM, Madrid.

 

Giddens, Anthony.

(1988) El capitalismo y la moderna teoría social. Labor, Barcelona.

(1991) Modernidad e identidad del yo. El yo y la sociedad en la época contemporanea. Península, Barcelona.

(1992) Las transformaciones de la intimidad. Sexualidad, amor y erotismo en las sociedades modernas. Cátedra, Madrid.

 

Guasch, Oscar.

(1991) La sociedad rosa. Barcelona. Editorial Anagrama. Colección argumentos (nº122).

 

Hagan, K.L. (de.)

(1992) Women respond to the men's movement, San Francisco, Pandora.

 

Herdt, Gilbert H. (Ed)

(1992) Homosexualidad ritual en Melanesia. Madrid. Fundación Universidad-Empresa.

 

Hernández Morales, G. Y Parrón Mate, N.

(1993) Talleres de técnicas para la intervención con grupos de jovenes desde el tiempo libre. Taller nº9. Coeducación en el tiempo libre. Escuela de Animación y educación juvenil. CAM. Curso 1993.

Herrero Pérez, Nieves.

(1994) "De la antropología de la mujer a la antropología del género". Revista Página Abierta nº36. Febrero 1994. Madrid.

 

Jardine, A y Smith, P.

(1987) Men in feminism, London, Methuen.

 

Kauffman, L. (de.)

(1989) Gender and Theory: Dialogues on Feminist Criticism, Oxford, Basil Blackwell.

(1989) Feminism and institutions: Dialogues on Feminist Theory, Oxford, Basil Blackwell.

 

Koedt, A., Levine and A.Rapone (Eds).

(1973) Radical feminism, New York, Quadrangle books.

Marqués, Josep Vicent.

(1980) Ponencia "Modelos sexuales y dominación masculina" en "2ª Semana de Estudios Sexológicos de Euskadi. Modelos sexuales en nuestra cultura y alternativas" Ed. Hordago. San Sebastian.

(1988) Cuentos de amor con humor. Madrid, Editorial Popular, colección Letra Grande.

(1991) Curso elemental para varones sensibles y machistas recuperables. Madrid, Ediciones Temas de Hoy.

 

Ministerio de Educación.

(1989) Guía didáctica para una educación no-sexista. Plan para la igualdad de las oportunidades. Reedición 1989.

 

Modleski, T.

(1991) Feminism without women: culture and criticism in a 'postfeminist' age. London, Routledge.

 

Ortega, Félix.

(1993) "Masculino y femenino en la identidad personal de la juventud española" en Ortega, F.:(Comp) "La flotante identidad sexual: La construcción del género en la vida cotidiana de la juventud". Madrid. Instituto de Investigaciones Feministas (UCM), Dirección General de la Mujer, Comunidad Autónoma de Madrid.

 

Seidler, Victor J.

(1991) The Achilles Heel Reader, London, Routledge.

(1991) Recreating sexual politics: Men, feminism and politics, London, Routledge.

 

Taboada, L., De Villena L.A., Marqués, J.V., Badinter, E.

(1993) La identidad masculina. Diario El Mundo, suplemento 'La esfera', 27 de febrero.

 

Thomas, D.

(1993) Not guilty: in defence of modern man. London, Weidenfeld & Nicholson.

 

Uría, Paloma.

(1993) Artículo "El pensamiento feminista en la encrucijada". Revista Mensual Página Abierta. Madrid. Octubre.

(1996) Artículo "Debates feministas contemporaneos". Revista Mensual Página Abierta. Madrid. Enero.

 

Vale de Almeida, Miguel.

(1995) Senhores de si. Uma interpretaçâo antropológica da masculinidade. Fim de século. Margens. Lisboa.

 

Villadangos, Fernando.

(1994) Documentación "Grupos de hombres". V Congreso de Sexología del Estado Español. Federación Española de Sociedades de sexología.

 

Whelehan, Imelda.

(1995) Modern feminist thought: From the second wave to 'Post-feminism'. Edimburgh, Edimburgh University Press.

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NOTA DE PRENSA.

Grupo Abierto de Estudios Sexológicos (GAES)
Fac. CC. Políticas y Sociología.
UCM. Dpcho 2600. Tlf.- 394 28 28 Fax.- 394 28 41
jme1@@@ukc.ac.uk

El Grupo Abierto de Estudios Sexológicos os invitamos a participar en el "Primer día de la Falda", que se celebrará el día 14 de mayo de 1996, en el aula "Moqueta" de la Facultad de Sociología y CC. Políticas, a las 16:30h. La actividad consistirá en una celebración donde todos los hombres están invitados a vestir falda. Se harán debates y otras actividades (cuentacuentos, concurso, etc).

Con esta actividad queremos llamar la atención sobre los aspectos que la asignación de género impone a los hombres y que limitan su desarrollo como persona y provocan múltiples problemas de comunicación; así mismo pretendemos impulsar con esta actividad un futuro "grupo de hombres" que trabaje los aspectos de género desde una perspectiva feminista.

Estamos abiertos a diversos tipos de colaboración. Os agradecemos vuestra atención, y os esperamos en el "Primer día de la falda".

Le saluda atentamente. José María Espada Calpe.

(Campus de Somosaguas. Buses A -Moncloa-, H -Aluche-, I -Ciudad Universitaria-, B -Aravaca-.)

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G.E.G.M.

Grupo de Estudio de Género y Masculinidades

Presentación

Bienvenidos al primer sitio web sobre masculinidad editado en lengua castellana.

Esta página nace con el propósito de centralizar la información en torno al estudio de las Masculinidades y la expresión de la identidad masculina.

El Grupo de Estudio de Género y Masculinidades (G.E.G.M.) surge de la necesidad de un lugar de encuentro para profesionales de habla hispana que trabajan en este ámbito. Nuestra página no es más que la expresión de este encuentro para el intercambio que da lugar a una gran RED.

Nuestros objetivos son:

  •  
  • Promover la información en torno al estudio del género y las masculinidades a través de un página Web insertada en Internet y de una revista semestral que resume sus contenidos.
  • Crear nuevas vías de intercambio de información y documentos para profesionales que trabajen en el ámbito del género y la masculinidad.
  • Posibilitar un espacio en forma de RED para la difusión rápida de información: Intercambio de publicaciones e investigaciones conjuntas.
  • Generar un punto de encuentro para el debate en torno a esta temática, con la celebración bianual de encuentros internacionales (similares al ya realizado en Toledo.html) y la página abierta de Debate.html.
  • Participantes en la red serán todos aquell@s profesionales interesad@s en esta temática y que deseen extender su conocimiento y contactos internacionales.

           Funcionamiento en red del GEGM

    El mecanismo básico de funcionamiento, por su gran rapidez, bajo coste y efectividad, sería la generación y mantenimiento (con revisiones quincenales) de esta página web. También, en un primer periodo de 2 años, se podrá acceder a las bases de datos a través del correo ordinario, hasta la pronta incorporación a la red de aquellas personas que no dispongan en la actualidad de correo electrónico. Y por último, una revista resumen que se editada y enviada semestralmente.

    Tanto la página como la revistas disponende los siguientes apartados:

    • Presentación / Editorial
    • G.E.G.M.
    • Manifiestos
    • Congresos y eventos
    • Notas y noticias.Tablón de anuncios.
    • Asociad@s
    • Publicaciones en linea
    • Listado de profesionales
    • Foro abierto de debate
    • Bibliografía clasificada y comentada
    • Red alternativa de estudios de género y sexología

    Con la finalidad de crear un espacio común nuevo, y debido también al propio origen de la iniciativa, en la red se utilizará la lengua castellana, siendo ésta la primera página en este idioma que aborda la temática del género y las masculinidades.

    Cómo pertenecer a la RED

    Para participar de la RED basta con consultar periódicamente nuestra página. También puede adquirir el grado de asociad@s  con los siguientes beneficios:

    • Código de acceso para bajar documentos de la página web.
    • Contacto directo con profesionales de otros países a través del foro abierto de la página web.
    • Inclusión en el listado general de asociad@s y en el de profesionales.
    • Dos revistas por año con un resumen de la información aparecida en la página web en los seis meses anteriores a su publicación y algunos artículos inéditos.
    • Envío de información solicitada por correo electrónico u ordinario.
    • Cumplidad información personalizada de todas las actividades del GEGM.

    Puede rellenar sus datos y enviar su solicitud ahora mismo pulsando

    - G.E.G.M. -

       Estamos abiertos a todo tipo de iniciativas.
      Nuestro buzón de correo es erick@@@facilnet.es 
      12450 Jérica - Castellón (España) 

    Congresos y eventos  

     

    MEMORIA

    Primer Encuentro Hispano-Latinoamericano sobre Género y Masculinidad:

    Nuevas vías de investigación e intervención desde la masculinidad.

    Del 16 al 18 de Mayo 1997

    Resumen de la actividad

    Este Encuentro surge de la necesidad de generar un espacio para el debate y el cambio social también desde la perspectiva de la masculinidad y también dentro del ámbito hispano-latinoamericano.

    Con propósito de continuidad, el GAES (Grupo Abierto de Estudios Sexológicos) con la colaboración de gran número de entidades y profesionales, planteó un encuentro en habla hispana con la participación de más de 5 países y una duración total de 12 horas, con sesiones de trabajo repartidas a lo largo tres días. El marco sería la ciudad de Toledo y las fechas 16, 17 y 18 de Mayo.

    La idea surgió de la delegación española en el Proyecto de la Unión Europea Arianne (sobre masculinidad y educación), un proyecto con ocho países de la Unión, con alto presupuesto en euros, y con un propósito similar al que aquí exponemos: Generar nuevos horizontes para la investigación y la promoción educativa de los estudios sobre igualdad y género, también desde la perspectiva de la masculinidad.

    De algún modo, el encuentro, también suponía una plataforma internacional ante la inminencia del 13er Congreso Mundial de Sexología en Valencia (del 25 al 29 de Junio de 1997), en el cual participará el GAES como entidad perteneciente a la FESS (Federación Española de Sociedades Sexológicas).

    El tema es sin duda de candente actualidad y ha significado un importante paso el primer encuentro de profesionales hispanos que trabajan en masculinidad en España, de ahí su importancia y beneficios en el campo de la investigación, como intercambio intercultural y como espacio para generar conocimiento en las Ciencias Sociales.

    Datos Técnicos del Encuentro:

    Entidades organizadoras:

    • Asociación Cultural GAES Grupo Abierto de Estudios Sexológicos. Universidad Complutense de Madrid.

    • Sociedad Sexológica de Madrid / Fundación Sexpol.

    • Instituto de Terapia de Reencuentro. Valencia.

    • Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública. Madrid.

    • Centro de Estudios sobre Género Ítaka. Universidad de La Laguna. Tenerife.

     

    1. Rosario Mora. Licenciada en Psicología. Master en Terapia Sexual y de Pareja. Secretaria de la Sociedad Sexológica de Madrid. Integrante del equipo docente.

    2. Josep-Vicent Marqués. Doctor en Sociología, Profesor del Máster en Sexualidad Humana de la UNED y de la Fac. de Económicas de Valencia. Especialista en Masculinidad y análisis sociosexológico de la pareja. Miembro de la Red de Reflexión de los Modelos Masculinos (R.R.M.M.).

    3. Fina Sanz. Psicóloga. Doctora en Pedagogía. Terapeuta Sexual, fundadora del Instituto de Terapia de Reencuentro en Valencia. Especialista en mujer y género

    4. José Angel Lozoya. Especialista en sexualidad y masculinidad. Director del Centro de Información Sexual de la Junta de Andalucia. Sevilla. Coordinador de grupos de hombres. Especialista en temas de género y masculinidad. Miembro de la R.R.M.M.

    5. Julian Fernández. Licenciado en Psicología. Terapeuta Sexual y de Pareja (más de 20 años de ejercicio). Presidente de la Sociedad Sexológica de Madrid y fundador de la F.E.S.S. y de la Federación de Planificación Familiar. Autor de "Guía Práctica de la Sexualidad Masculina".

    6. Jorge Corsi. Doctor en Psicología. Especialista en Violencia Doméstica, director de un curso de postgrado con esta temática en la Universidad de Buenos Aires. Argentina.

    7. Fernando Villadangos. Licenciado en Psicología. Presidente de la Asociación Al-Garaia. Especialista en temas de género. Coordinador de Grupos de Hombres en el País Vasco y Granada.

    8. Franches Belenguer. Coordinador de grupos de hombres en Granada.

    9. Luis Netto. Profesor de Psicología, Universidad de Lisboa. Especialista en temas de Género y Masculinidad.

    10. Jean Lescouflair. Médico psiquiatra. Terapeuta especializado en masculinidad. Haiti/Valencia.

    11. Luis Bonino. Psicólogo. Director del Centro de Estudios de la Condición Masculina. Argentina/Madrid. Especialista en género y masculinidad. Coordinador de grupos de hombres. Médico psicoterapeuta de varones. Miembro de la R.R.M.M.

    12. Teresa Segarra. Especialista y coordinadora en grupos de mujeres. Casa de Acogida Mujeres Maltratadas. Castellón.

    13. Peter Szil Psicólogo. Especialista en temas de género y masculinidad. Coordinador de grupos de hombres. Miembro de la R.R.M.M. Hungría/Suecia/Alicante.

    14. Ana Navarro. Especialista en género y sexualidad. Educadora de Secundaria. Córdoba.

    15. Iñaki Iriondo. Coordinador de grupos de hombres. Bilbao.

    16. Xabier Odriozola. Coordinador de grupos de hombres. Bilbao.

    17. Consuelo Ruiz. ATS Hospital de la Princesa. Especialista en Género y Sanidad. Miembro fundador de la Asociación en Defensa de la Sanidad Pública.

    18. Clara Moratalla. Psicóloga y Educadora preescolar. Especialista en temas de género e infancia (aprendizaje precoz). Terapeuta Sexual y de Pareja.

    19. Asunción Coronado. Sociologa y Sexologa. Especialista en género y grupos de hombres. Granada.

    20. Rosa López. Psicóloga, Master en Terapia Sexual y de Pareja. Madrid.

    No asistentes. Asistentes vía internet:

    1. Federico Goyarts. Sexólogo. Cosejero conyugal y familiar. Motril, Granada.

    2. Cristina Garaizabal. Licenciada en Psicología. Miembro de la Federación Asociaciones de mujeres.

    3. Fernando Barragán. Doctor en Filosofía y CC. de la Educación. Profesor titular de didáctica y organización escolar. Director del Curso de Experto en Educación Sexual. Coordinador del Programa de Educación Sexual: Itaca (1985/96). Universidad de la Laguna. Investigador principal Arianne (masculinidad/educación).

    4. Patricia San Martín San Martín. Licenciada en Psicología. Master en Terapia Sexual y de Pareja. Vocal de la Sociedad Sexológica de Madrid y miembro de su equipo docente.

    5. Carmela Sanz Rueda: Doctora en Sociología. Profesora titular del Dep. de Psicología Social. Fac. de CC. Políticas y Sociología. Especialista en temas de género. Universidad Complutense de Madrid.

    6. José Antonio Nieto. Doctor en Antropología. Director del Master en Sexualidad Humana de la UNED. Especialista en Antropología de la Sexualidad y temas de género.

    7. Patricia García Ojeda. Licenciada en Sociología y en CC. Políticas. Becaria del Colegio de Sociólogas/os. Especialista en temas de género.

    8. Amparo Tomé. Doctora en Pedagogía. Directora del Proyecto Arianne sobre masculinidad y miembro del ICE (Institut d´Ciencies de la Educacio).

    9. Marina Subirat. Catedrática de Sociología. Ex-directora del Instituto de la Mujer. Miembro del equipo investigador del Proyecto Ariane sobre masculinidad y del ICE.

    10. Bernabé Sarabia. Catedrático en Psicología. Dep. de Psicología Social. Fac. de CC. Políticas y Sociología (ahora trasladado a la Universidad Popular de Navarra). Especialista en transexualidad y temas de género. Universidad Complutense de Madrid.

    Grupos de Hombres:

    Joan Vilchez Valencia
    Juan Luis García Valencia
    Carles Ávila Barcelona
    José Antonio Soria Valladolid
    Carlos Nieto Lleida
    Luis Barriga Valladolid
    Eneko Landanburu Bilbao
    Edwin Cruz Puerto Rico *
    Juan Luis Álvarez-Gayou México *
    Jose Manuel González Colombia *
    Patricio Welsh Nicaragua *

     


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