Abuso Sexual  

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Abuso Sexual  

 

 

UNIVERSIDAD NACIONAL FEDERICO VILLARREAL

FACULTAD DE PSICOLOGIA

MONOGRAFIA FINAL PARA OPTAR

EL TITULO DE LICENCIADO EN PSICOLOGIA:

ABUSO SEXUAL

LENIN WALTER CARDENAS ANGULO 

1996

 

CAPITULO I

LA "PROBLEMATICA " DEL ABUSO SEXUAL Y LA VIOLACION: UN ANALISIS CONCEPTUAL

 

Es de suma importancia hacer explícito el uso de las categorías conceptuales - valorativas que definen un hecho psicológico o social como "problema". El "maltrato", el "abuso" sexual y la "violación" son definidos como "problemas" psicológicos y/o sociales, o estos "problemas" tienen una dimensión psicológica y/o social. Partimos de que extrictu sensu no existen "problemas" psicológicos o sociales. Existen hechos o eventos sociales, psicológicos, biológicos, químicos que ocurren en la "realidad". Estos eventos o hechos en sí mismos son neutros valorativamente hablando, pues será el contexto social, cultural e ideológico que valorará un hecho social o psicológico como "problema". Por ejemplo, Dwight Ordoñez, afirma que: No hay problemas sociales, sino una problematización de hechos sociales (1990) . (El subrayado es mío). Con respecto a la psicología nos dice Ribes:

Lo normal o anormal de un comportamiento es una atribución o un juicio de valor respecto a él. Si se mata en la guerra es normal; si se hace en la calle no portando uniforme es anormal. Si se es rico y vanguardista social, el consumo de drogas es una frivolidad o excentricidad; si se es pobre e indigente, es una enfermedad. Lo mismo puede aplicarse a la diversidad de comportamientos: desnudarse, beber, fumar, las relaciones sexuales, etc. (pp. 91)

Esto no significa negar una realidad social y/o psicológica. Este análisis histórico y conceptual nos permitirá hacer explícito los modelos de explicación, la funcionalidad o no de estos; los valores subyacentes al definir un problema, tener un mayor criterio para poder evaluar en su "real" dimensión la importancia o no de determinados "problemas" psicosociales. Cuando hablamos de un problema social o psicosocial ¿cuáles son nuestros criterios para definirlos como tal?; será desde las ciencias sociales o la psicología como disciplinas científicas que definan y por tanto determinen lo que es un problema, o se dará desde la opinión pública (manejada desde los medios masivos de comunicación). Qué o quién determina que cosa es un problema psicológico y/o social, ¿será la frecuencia de ocurrencia de determinados actos: violencia sexual, pandillas, secuestros, robos,etc?.

 

A lo largo de la historia cultural e ideológica de los países, estas prácticas, interacciones de "abuso", "maltrato", violación", no han sido valoradas de la misma manera, no siempre han sido un "problema" para determinadas culturas, y al contrario, eran una práctica cotidiana esperada. El problema es aceptar que existe un solo criterio de carácter universal de valoración social y cultural de interacciones entre los individuos.

 

La conducta como tal ni es anormal ni es patológica; tampoco es correcta y buena o incorrecta y mala. Es susceptible de dicha adjetivación en la medida en que su ocurrencia se da como parte de un sistema de relaciones sociales cuya valoración representa en lo esencial, la expresión ideológico moral de un complejo proceso social de regulaciones de las relaciones de poder. (Ribes, 1990, pp. 116).

 

Otra consecuencia de definir un "problema" en base a su contexto social y cultural, es la cierta ambiguedad al tratar de describirla o abordarla. Ya que estos hechos sociales y/o psicológicos son definidos como problemas para una sociedad, para una cultura y su posterior represión (jurídica y médica), son vistos como una "desadaptación" social o "enfermedades mentales" (parafilias, por ejemplo). Para este abordaje represivo, jurídico y médico, se hace necesario una definición más "exacta" del problema.

 

Los Códigos Penales de diversos países consideran ciertas conductas sexuales como socialmente inaceptables, aunque hay diversas definiciones de los delitos sexuales y diferentes castigos a través de las culturas y las épocas, la mayoría considera, hoy, como delictivas la violación, el estupro, el abuso de menores, el incesto, el exhibicionismo y el voyerismo (Coleman, 1994; véase María Raguz, 1996, pp.2).

 

Esta relatividad socio-cultural explica las ambiguedades y falta de criterios claros para poder definir el maltrato, el abuso sexual y la violación.

 

1.1 ABUSO SEXUAL.

 

El concepto de abuso sexual es utilizado en la mayoría de investigaciones cuando se hace referencia al abuso sexual en niños/as o adolescentes (Ponce, 1995; Milner y Herce, 1995; Castro, 1995) y como una "forma" de "maltrato infantil" (CEDRO, 1993; ADOC, 1992; Gonzales, Azaola, Duarte y Lemus, 1993; Cirillo y Di, 1991; Raguz, 1996).

 

El abuso sexual hacia los menores es definido como

... todo acto ejecutado por un adulto o adolescente que se vale de un menor para estimularse o gratificarse sexualmente. (...) Se le denomina "abuso" en la medida en que, pudiendo realizarse tales actos con o sin consentimiento del menor, se trataría de actos para los cuales carece de la madurez y el desarrollo cognitivo necesario para evaluar su contenido y consecuencias. (Gonzales et al., 1993).

Para el Movimiento Manuela Ramos:

 

El abuso sexual es toda actividad sexual que un adulto o adulta impone, ya sea con engaños, chantaje o fuerza, a una persona que no tiene madurez mental o física para entender de lo que se trata. (Mov. Manuela Ramos, 1995)

Esta actividad sexual no sólo la vamos a entender como "penetración", sino que involucra ciertas conductas como "caricias", "masturbaciones", etc.

 

Según el Ministerio de Educación de nuestro país, el abuso sexual es un "acto impuesto en forma violenta" y abarca desde gestos groseros, asedio, exhibicionismo, tocamiento y hasta la violación misma. (1996 a, pp. 69)

 

1.2 VIOLACION.

 

Es considerada como una forma de abuso, de maltrato, de violencia contra la mujer (Campos, 1993; Raguz, 1996; Francia-Martínez, 1991); el concepto de violación se define por su uso en el contexto social y jurídico.

En términos legales, la misma ha sido generalmente definida como un acto sexual forzado que debe incluir tres aspectos fundamentales: penetración, fuerza o amenaza de fuerza y no consentimiento de la víctima (Katz y Mazur, 1979, véase en Francia - Martínez, 1991).

Es por esto que María Raguz se pregunta, violación: ¿delito contra el pudor, el honor o la libertad sexual? (1996). Burgess y Holmstrom (1974) definieron la violación como:

 

... el conocimiento carnal de una mujer realizado por la fuerza y contra su deseo. (Véase en Campos, 1993)

 

Es cuando nuestra pareja o cualquier hombre nos obliga a tener relaciones sexuales contra nuestra voluntad o deseo, por medio de agresiones, maltratos, amenazas o chantajes, vulnerando nuestro derecho a decidir sobre nuestros cuerpos y nuestros actos. (Asociación Perú- Mujer, 1992).

 

Estos términos, conceptos, como abuso sexual, maltrato, violación, tendrán en nuestra cultura, en nuestra sociedad, una connotación negativa. Encontraremos estos conceptos en contextos jurídicos y moralistas; y también como parte del lenguaje cotidiano y común.

 

 

CAPITULO IV

ABUSO SEXUAL EN NIÑOS

ABUSO SEXUAL INTRAFAMILIAR: TEORIA,

INVESTIGACION Y TRATAMIENTO

 

 

Aunque la atención de los trabajadores sociales y terapeutas por el abuso sexual infantil ha experimentado un fuerte incremento durante los últimos años, existe una falta de acuerdo en relación a cómo debería ser éste definido. En España, desde el punto de vista legal o judicial, no se dispone de una clara definición de abuso sexual infantil. Así, podría considerarse que esta queda incluida en la genética definición legal de maltrato infantil: Situación que se produce de hecho a causa del incumplimiento o del imposible o del inadecuado ejercicio de los deberes de protección establecidos por las leyes para la guarda de los menores, cuando éstos quedan privados de la necesaria asistencia moral o material, o bien puede estimarse que queda recogida mediante la introducción de particularidades en el Código Penal y Legislación Complementaria (1993) dentro del apartado que regula los delitos contra la libertad sexual. En esta línea, el Art. 429 sobre violación especifica que en los casos en los que haya acceso carnal por vía vaginal, anal o bucal con un menor de 12 años, no se precisan los requisitos de utilización de la fuerza o intimidación y/o privación de sentido o enajenación en la víctima (requeridos en los adultos) para establecer la ocurrencia de la violación. Asimismo, recoge la categoría de estupro; los delitos de exhibicionismo y provocación sexual a menores de 16 años o deficientes mentales condenando tanto la ejecución como el hacer ejecutar; la distribución o venta de material pornográfico; la promoción, favorecimiento, inducción o ayuda al ejercicio de la prostitución a menores de 18 años y establece penas para las personas que, teniendo la potestad o estando temporalmente a cargo de los menores, conozcan la situación de corrupción o prostitución del menor y no impidan su continuación en tal estado (Art. 452).

 

En las publicaciones especializadas españolas, sobre maltrato infantil, existen definiciones más específicas de abuso sexual infantil, por ejemplo, Arrubarrena y De Paúl (1994) han definido el abuso sexual infantil como:

 

Cualquier clase de contacto sexual con una persona menor de 18 años por parte de un adulto, desde una situación de poder sobre el niño.

Otras citas varían la edad del niño, mientras que algunas definiciones también incluyen ofensores adolescentes, siempre y cuando haya una diferencia de edad entre cuatro y cinco años, entre éste y la víctima.

 

Dentro de los comportamientos sexualmente abusivos, frecuentemente se distingue entre abuso sexual con contacto o sin contacto físico. Los abusos sexuales sin contacto comprenden el uso de los niños en la pornografía y prostitución, así como actividades sin contacto por parte del perpetrador ta- les como exhibicionismo. El abuso sexual con contacto abarca contacto no-genital, contacto genital y penetración. Debe señalarse, sin embargo, que el abuso sexual con penetración ocurre únicamente en una pequeña minoría de los casos detectados de abuso sexual infantil intrafamiliar habiéndose cons- tatado en muchos estudios que su frecuencia es menor de 10%. El compor- tamiento sexual, además puede ser heterosexual u homosexual en naturaleza, y el abuso sexual infantil puede ser situacional o crónico. Si el abuso sexual es crónico, suele describirse en función del tipo de niño elegido (edad, sexo, apariencia), la violencia física puede o no acompañarla al comportamiento sexual, aunque en los casos de abuso sexual infantil intrafamiliar la agresión física ocurre únicamente en una minoría de los casos detectados. Es también cierto, que el abuso físico infantil, como forma de maltrato, separada del abuso sexual se encuentra con mayor probabilidad en familias en las que ha habido abuso sexual infantil.

 

Una cuestión primordial, es si el abuso sexual infantil alcanza dimensiones similares en las diferentes culturas. En una reciente revisión de estudios que investigaba los porcentajes de abuso sexual infantil detectados en muestras de diferentes países incluido España, Filkelhor (1994) concluyó que las cifras generales de abuso sexual infantil ofrecidas por los distintos países eran comparables. Sin embargo, las comparaciones deben realizarse con cuidado. Por ejemplo, en un estudio sobre abuso sexual infantil realizado en España, López (1992) encuentra porcentajes de abuso sexual infantil de un 22,5% para las mujeres y un 15,3% para los hombres. Asimismo, en un reciente estudio llevado a cabo con estudiantes de la Facultad de Psicología de la Universidad de Pais Vasco por De Paúl, Mugica y Milner (1994), se han obtenido porcentajes de abuso sexual en la infancia de un 14,8% para las mujeres y un 9,7% para los hombres. Estos datos, aunque ligeramente inferiores, son similares a los realizados por Filkelhor.

 

Hotaling, Lewis y Smith (1996) en un estudio realizado en EE.UU. que sitúan los porcentajes en un 27% para las mujeres y en un 16% para los hombres. No obstante, un examen detallado de las cifras de abuso sexual intrafamiliar y extrafamiliar proporcionadas por estos tres estudios, revela la existencia de diferencias significativas entre ambos países. Así, mientras que el abuso sexual extrafamiliar parece tener mayor prevalencia en España, las cifras de abuso sexual intrafamiliar detectadas en este país son menores a las señaladas para la población norteamericana: López (3,6% para las mujeres; 0,7% para los hombres); De Paúl y cols. (5,6% para las mujeres; 0,0% para los hombres) y Filkelhor y cols. (8,1% para las mujeres y 1,6% para los hombres). Finalmente, puede rescatarse el hecho de que los dos estudios realizados en España muestran una tendencia similar en relación al abuso sexual intrafamiliar, aunque los porcentajes obtenidos son ligeramente superiores en la muestra de estudiantes femeninas.

 

 

4.1 MODELOS TEORICOS DEL ABUSO SEXUAL INFANTIL.

 

Para guiar nuestro conocimiento, valoración, tratamiento y prevención del abuso infantil, es necesario desarrollar modelos explicativos.

Los primeros modelos explicativos del abuso sexual a menores adoptaban perspectivas teóricas ya existentes para explicar el abuso. Estos esfuerzos tuvieron como resultado la aparición de numerosos modelos que eran esencialmente explicaciones unifactoriales. Dichos modelos estaban basados en perspectivas biológicas, psiquiátricas, feministas, cognitivas y conductuales. Aparecen los modelos organizacionales, que intentan tomar en consideración múltiples factores procedentes de diferentes perspectivas teóricas. Tales modelos organizacionales incluyen el modelo de Múltiples Sistemas (Trepper y Barrett, 1989), el modelo de Cuatro Factores(Finkelhor, 1884) y el Modelo Cuadripartido (Hall y Hirschman, 1992).

 

 

4.1.1 Modelos biológicos:

El modelo biológico más habitual es el modelo fisiológico que propone que la principal causa del abuso sexual es la excitación sexual desviada. Este modelo está basado, en parte, en el descubrimiento de que muchos abusadores sexuales de menores muestran igual o mayor excitación genital ante estímulos relacionados con niños/as que ante los relacionados con adultos. Uno de los problemas que presenta este modelo es que algunos hombres que no son abusadores sexuales de menores especialmente hombres jóvenes, responden a estímulos relacionados con menores, mientras que algunos abusadores no presentan la respuesta esperada.

Otros investigadores con una orientación biológica han discutido el posible rol de la testosterona en el abuso sexual infantil.

 

Estos niveles sugieren que los niveles anormales de testosterona están relacionados con la probabilidad de agresiones sexuales, pero no explican como estos anormales niveles de testosterona repercutirán en la elección de los menores como objeto del abuso. Por el momento, la literatura empírica no clarifica suficientemente la naturaleza y/o extensión de la relación existente entre los niveles de testosterona y el abuso sexual infantil.

 

 

4.1.2 Modelos psiquiátricos:

Los modelos psiquiátricos que describen la etiología de las interacciones sexuales padre-hijo/a datan de la teoría de la seducción de Freud que relaciona la seducción sexual de un menor por parte de un adulto, generalmente el padre, con la histeria en la etapa adulta. En parte porque esta teoría sugería una alta prevalencia de abuso sexual infantil intrafamiliar, la teoría de la seducción fue reformulada por Freud como fantasías reprimidas y no satisfechas relacionadas con la sexualidad del menor más que con acontecimientos reales. Esta reformulación tuvo varias consecuencias importantes. Con el desarrollo de la idea de la sexualidad infantil, los menores fueron vistos como deseosos de contacto sexual, como adultos más que como víctimas inocentes. Como parte de esta conceptualización se atribuyeron cualidades seductoras a los menores. Además esta teoría desplazó del comportamiento adulto a las actividades intrapsíquicas del niño el foco de la discusión sobre posibles abusos sexuales infantiles.

 

Aunque el efecto de la atribución Freudiana de cualidades seductoras al niño es todavía evidente hoy en día, los modelos psiquiátricos más actuales tienden a focalizarse en las características del perpetrador, incluyendo psicopatología del ofensor, como la causa del abuso sexual infantil. Por ejemplo, muchos de los actuales defensores de la teoría psicoanalítica sugieren que las causas del abuso sexual infantil están relacionadas con conflictos o traumas no resueltos de la infancia del ofensor. En un intento de explicar el comportamiento del ofensor, el foco se sitúa en la fijación o en la regresión a la fase fálica del desarrollo psicosexual. Como resultado de esta fijación o regresión, hay una lucha inconsciente cargada de ansiedad sobre la adecuación sexual y un miedo relacionado de castración. Los conflictos Edípicos no resueltos son vistos como la causa del abuso sexual infantil.

Por tanto, los abusadores sexuales de menores pueden ser de dos tipos: "Fijados" (preferencia sexual de larga permanencia y generalmente desarrollada a una temprana edad) o "regresivos" (comportamiento sexual no representativo de las preferencias sexuales generales del individuo). Desde esta perspectiva, tanto la fijación como la regresión pueden derivar en la selección por parte de los abusadores de un objeto sexual inmaduro, que es el menor. Desafortunadamente, los esfuerzos por demostrar la existencia de estos dos tipos de abusadores han tenido un éxito limitado. Otro problema radica en que la teoría psicoanalítica no explica adecuadamente el hecho de que la mayoría de los abusadores sean hombres y la mayoría de las víctimas mujeres. Por qué los conflictos inconscientes se manifiestan a través de conductas abusivas en los hombres y no en las mujeres, especialmente si tenemos en cuenta que son las niñas las principales víctimas del abuso sexual.

 

 

4.1.3 Modelos feministas:

En este modelo, el abuso sexual es redefinido. El abuso sexual infantil no es visto como un acto sexual; por el contrario, el abuso sexual infantil, de acuerdo con la perspectiva feminista, está causado por el desequilibrio de poder existente en la familia patriarcal tradi- cional. Se piensa que este desequilibrio de poder en el que el padre domina a la esposa y a los niños, lleva al padre a percibir a los miem- bros familiares como posesiones que puede usar según sus deseos. Además, el abuso sexual infantil es visto como un proceso por el cual el sexo se convierte en un acto de agresión utilizado por los hombres para mantener su masculinidad y poder. Las feministas afirman explícitamente que el patriarcado, entendido como la dominación masculina en el plano social, está causalmente relacionado con el desarrollo del comportamiento abusivo. Por ejemplo, Adams Trachtenberg y Fisher (1992) concluyen que El patriarcado es la causa del abuso sexual de las mujeres y niños (pp.392). Birns y Meyer (1993) afirman que El incesto obviamente ocurre en familias disfuncionales. Sin embargo, la causa del incesto no puede ser las familias difuncionales. Más bien, el abuso sexual debe ser visto como algo que ocurre en el contexto de la dominación masculina y la desigualdad de poder que ... son reproducidas dentro del hogar. (pp.132)

 

La conceptualización feminista del abuso sexual infantil aporta una explicación para el hecho de que la mayoría de los ofensores se- xuales sean hombres. Sin embargo, no explica adecuadamente porque algunos hombres abusan sexualmente de los menores y otros no. El modelo feminista tampoco explica por qué las mujeres podrían ser abusadoras sexuales. Más importante aún, algunas feministas atribu- yen la única causa del abuso sexual a un único factor, el patriarcado, excluyendo otros factores que han mostrado estar asociados con el abuso sexual infantil. Por ejemplo, como se ha indicado anterior- mente, Birns y Meyer (1993) concluyen que el abuso sexual no puede ser atribuido a otros factores como la familia disfuncional sin aportar ningún dato experimental que avale su afirmación.

 

4.1.4 Modelos Cognitivo/Conductuales:

Existen muchos modelos cognitivo/conductuales del abuso sexual infantil. Inicialmente, los terapeutas conductuales lo conceptualizaron en términos de motivación sexual. Se pensaba que el abuso sexual infantil estaba causado y mantenido por preferencias sexuales inapropiadas (desviadas). Se pensaba que el abuso sexual infantil estaba causado y mantenido por preferencias sexuales impropiadas (desviadas). Sin embargo las conceptualizaciones más recientes se han ampliado e incluyen diversos factores, como consideraciones acerca del procesamiento de la información social y las habilidades sociales. Algunos investigadores cognitivo/ conductuales han adoptado la perspectiva del aprendizaje social para explicar el abuso sexual infantil. Dichos investigadores enfatizan la importancia del modelamiento y experiencias tempranas de condicionamiento. Por ejemplo, se ha especulado que el ofensor frecuentemente recuerda sus experiencias sexuales iniciales durante la excitación sexual. El frecuente emparejamiento de la fantasía de abuso sexual con el orgasmo resultaría en que la fantasía adquiriría propiedades sexuales excitatorias.

 

 

4.1.5 Modelos de Sistemas Familiares:

Los modelos de sistemas familiares consideran que el abuso sexual infantil está causado por un sistema familiar disfuncional. Puesto que el abuso sexual infantil es visto como producto de un sistema familiar problemático, cada uno de los miembros de la familia potencialmente ha contribuido al abuso sexual del menor. Asimismo, cada miembro de la familia, incluido el abusador puede ser visto como una víctima del sistema familiar disfuncional. Aunque la investigación indica que los factores familiares contribuyen al riesgo del abuso infantil , hay muchos problemas con la estricta explicación de los sistemas familiares. Una preocupación frecuentemente mencionada es la posibilidad de que la víctima y/u otros miembros familiares, como la esposa, pueden ser culpabilizados por el abuso sexual infantil.

 

 

4.1.6 Modelos Organizacionales:

Se han propuesto diversos modelos organizacionales como guías para explicar diversos tipos de abuso sexual infantil. En contraste con los modelos unifactoriales, los modelos organizacionales adoptan un punto de vista más amplio de los factores causales putativos y a menudo abarcan factores del perpretador, familiares y sociales. Desde la perspectiva organizacional, los padres pueden volverse sexualemente abusivos como resultado de sus propias experiencias de maltrato en la infancia así como de sus inadecuadas habilidades interpersonales y paternales. También puede ser enfatizado el rol jugado por otros miembros de la familia y por factores de tipo cultural.

 

 

4.1.7 Modelo Multisistémico:

El modelo Multisistémico fue diseñado para englobar las características más salientes de otros modelos ya existentes (Trepper y Barrett, 1989). Este modelo identifica cuatro sistemas que parecen tener un impacto en la probabilidad de ocurrencia del abuso sexual infantil. Estos sistemas abarcan : factores socio - ambientales, factores de la familia de origen, factores psicológicos individuales y factores del sistema familiar. Los factores socio-ambientales aluden a variables culturales que pueden contribuir al abuso sexual. Los factores de la familia de origen se refieren, por ejemplo, a las experiencias de la infancia del abusador entre las que pueden encontrarse modelos inapropiados, comportamiento abusivo, y ausencia de un ambiente de cuidado y afecto. Los factores individuales psicológicos incluyen un amplio rango de características de los ofensores (ej. excitación sexual desviada, baja auto-estima, depresió, habilidades sociales inadecuadas) que han sido identificadas en la literatura. Los sistemas del sistema familiar se refieren a los posibles roles que pueden jugar otros miembros de la familia en el abuso. En el modelo multisistémico no se propone cuál de los posibles sistemas intervinientes tiene mayor peso específico en la ocurrencia del abuso. De hecho, el modelo sugiere que puede ser contraproducente sopesar los diferentes sistemas ya que esta atribución de pesos podría provocar que se ignorasen importantes contribuciones de algunos de los sistemas.

 

 

4.1.8 Modelo de Cuatro - Factores:

En una revisión de la literatura, Finkelhor (1984) desarrolló el modelo organizacional de cuatro - factores. Como indica Finkelhor, en este modelo no se adoptan nuevas explicaciones. Más bien, el modelo proporciona un método para organizar las diversas, y a veces opuestas, teorías y resultados encontrados en la literatura.

El modelo de cuatro factores incluye los siguientes factores: congruencia emocional, excitación sexual, bloqueo y deshibición. El factor de congruencia emocional trata de explicar por qué para un abusador es emocionalmente más congruente relacionarse con un niño que con un adulto. El factor de excitación sexual intenta aclarar por qué el ofensor encuentra a un niño sexualmente excitante. El bloqueo aporta explicaciones acerca de las razones por las que los ofensores tienen bloqueadas sus habilidades para cubrir sus necesidades emocionales y sexuales en relaciones adultas. Por último, el factor de deshibición explica por qué el ofensor no parece mantener las inhibiciones convencionales contra el abuso sexual de los menores.

 

Aunque el modelo de cuatro factores de Finkelhor clarifica diversos resultados técnicos y de investigación, existen algunas variables que no encajan bien dentro de los cuatro factores. Asimismo, algunos teóricos sugieren que el abuso sexual infantil no entraña principalmente aspectos sexuales. Por ejemplo, algunos autores estiman que el poder y el control son los aspectos promordiales del abuso sexual infantil, mientras que el modelo de Finkelhor (1984) asume que las cuestiones sexuales son básicas.

 

 

4.1.9 Modelo Cuadripartido:

Hail y Hirschman (1992), basándose en la importancia de precursores motivacionales específicos, han intentado reorganizar elementos ya propuestos en modelos previos, incluyendo el modelo de Cuatro - Factores. El modelo resultante, el modelo Cuadripartido, sugiere que dependiendo del tipo de agresión sexual observada, son más o menos provenientes como factores motivacionales diversas combinaciones de factores fisiológicos, cognitivos, afectivos y de personalidad.

 

En el caso de la excitación fisiológica, el modelo sugiere que el abuso sexual infantil está motivado por una excitación fisiológica sexual en respuesta a niños/as (aunque este factor por si sólo no es considerado suficiente como factor motivacional). Los factores motivacionales cognitivas hacen referencia a distorciones cognitivas mantenidas por los ofensores. Por ejemplo, los abusadores sexuales de menores pueden considerar que la actividad sexual es agradable para la víctima. Otras apreciaciones cognitivas que pueden llevar al abuso sexual incluyen la valoración de la amenaza (probabilidad de ser castigado) y el beneficio (gratificación sexual). Un tercer posible factor motivacional es el descontrol afectivo que incluye ira y depresión. Aunque algunas ofensas sexuales a menores parecen estar asociadas con la agresión, Hall y Hirschman (1992) sostienen que cuando la agresión sexual hacia un niño está emocionalmente motivada, muy a menudo representa un esfuerzo por luchar contra la depresión. Esto contrasta con las agresiones sexuales dirigidas hacia los adultos que más frecuentemente parecen estar asociadas con la cólera.

 

Hall y Hirschman (1992) afirman que los tres primeros factores motivacionales (fisiológico, cognitivo y afectivo) tienden a representar condiciones de estado y situacionales. Un cuarto factor motivacional, el referido a los factores de personalidad, representa factores o rasgos más permanentes. Por ejemplo, los hombres adultos que fueron sexualmente abusados durante la infancia parecen tener mayor probabilidad de convertirse en abusadores sexuales siendo adultos. Se piensa que cuando los problemas de personalidad relacionada con el desarrollo evolutivo se combinan con determinados estados fisiológicos, cognitivos o afectivos, se incrementa la probabilidad de abuso sexual. Además, se proponen interacciones bidireccionales entre los cuatro factores motivacionales. Esto es, altos niveles en cualquiera de los factores puede afectar la intensidad de los otros factores, lo que a su vez incrementa la probabilidad del abuso sexual.

 

De la presente descripción, es obvio que una limitación del modelo Cuadripartido es que representa básicamente un modelo intrapsíquico, a pesar de que Hall y Hirschman indican que los factores ambientales pueden ser importantes a través de efectos indirectos como la no disponibilidad de niños o el miedo a sanciones criminales. Los factores ambientales actúan principalmente poniendo restricciones en el individuo, aunque en ocasiones el ambiente puede facilitar el comportamiento (asociaciones pedófilicas).

Un aspecto positivo del modelo Cuadripartido radica en que basándose en la relativa prominencia de factores fisiológicos, cognitivo, afectivos y de personalidad, el modelo permite predicción de subtipos de abusadores sexuales. En la medida en que los subtipos puedan ser comprobados, tienen potencial para guiar los programas de intervención.

 

 

 

4.2 CARACTERÍSTICAS FAMILIARES Y DE LOS ABUSADORES.

 

Revisión del Procedimiento:

Esta revisión se centra en una descripción de las características de los abusadores. Sin embargo, dado que los modelos multifactoriales e interaccionales parecen ser los que mejor describen la etilogía del abuso sexual intrafamiliar, se discutirán también otras variables que han mostrado estar asociadas con el abuso sexual intrafamiliar (ej. factores históricos, familiares y situacionales). La siguiente revisión está basada en estudios descriptivos (impresionistas) y empíricos (basados en datos), que en su mayoría fueron llevados a cabo en EE.UU. En la tabla se presenta un listado de las características de los abusadores.

 

 

4.2.1 Características del abusador:

 

HISTORIA DE CRIANZA

Abuso físico, abuso sexual y/o abandono.

Carencia de cuidados parentales.

Pobre relación con los padres.

 

PROBLEMAS INTERPERSONALES

Timidez, introversión y retraimiento.

Pasividad, dependencia e inmadurez.

Baja autoestima y fuerza del yo.

Dominancia, autoritarismo y conducta controladora.

Soledad y aislamiento.

Malestar psíquico.

Depresión y ansiedad.

Sociopatía.

 

PROBLEMAS CON EL ALCOHOL Y LAS DROGAS

 

PROBLEMAS SEXUALES

Desviación del arousal sexual (niños).

 

Otras parafilias (exhibicionismo, froteu- rismo, voyeurismo).

Actitudes morales rígidas.

Expectativas sexuales inapropiadas.

Débil identidad sexual.

Miedos en el funcionamiento sexual.

Disfunciones sexuales.

 

RELACIONES PADRE - HIJO

Percepciones inapropiadas (distorsionadas) de las relaciones padres - hijo.

Negación o distorción cognitiva del incidente del abuso.

Confusión de roles, inversión de roles.

 

RELACIONES MARITALES

Conflictos maritales.

Problemas en la comunicación.

Falta de apoyo por parte del cónyuge.

Problemas sexuales con el cónyuge.

 

Esta descripción de las características de personalidad de los abusadores sexuales infantiles intrafamiliares está basada en estudios realizadas con abusadores masculinos ya que hay pocos estudios realizados con ofensores femeninas. Como mostrará la revisión, muchas de las características descriptivas mencionadas en la literatura parecen solaparse.

No obstante, cuando ocurre este solapamiento debe ser visto como un resultado positivo ya que tal solapamiento sugiere convergencia de los resultados de los estudios.

 

Los estudios indican que los ofensores señalan frecuentemente la presencia de abusos físicos y/o sexuales en su infancia así como carencia de un ambiente familiar de cuidado y afecto. Aunque los datos que indican que existe una alta probabilidad de que los abusadores hayan sido maltratados en la infancia son relativamente uniformes, la información sobre las experiencias sexuales tempranas de los ofensores y el momento en que éstas se iniciaron son inconscientes.

 

Algunos estudios concluyen que los ofensores tienen una historia de frecuentes experiencias sexuales tempranas; mientras que otros estudios indican que los indicadores tienen pocas experiencias sexuales tempranas e informan más a menudo de falta de satisfacción con dichas experiencias.

 

En los estudios hay bastante acuerdo al señalar que los ofensores masculinos tienen una variedad de problemas interpersonales, incluyendo una falta de habilidades sociales y pobres relaciones con iguales. Los ofensores son descritos como tímidos, pasivos, introvertidos, socialmente retraídos, solitarios y aislados. Tienen baja auto-estima y débil fuerza del yo. Los estudios indican que los ofensores a menudo se sienten inadecuados, inferiores, alienados y abatidos. Tienen miedo al rechazo y frecuentemente son vistos como dependientes e inmaduros.

 

Debe mencionarse también que existen algunos resultados inconscientes en relación a la descripción de los abusadores bien como pasivos, bien como dominantes. Como se ha señalado anteriormente, muchos investigadores han descrito a los abusadores como pasivos, ineficaces, inadecuados e introvertidos. Sin embargo, ha habido trabajos que dicen que los ofensores son dominantes, autoritarios y controladores. Algunos autores han intentado explicar estos resultados divergentes sugiriendo que el ofensor es pasivo y dependiente fuera de la familia pero dominante y controlador dentro de la familia. Alternativamente, estas características divergentes pueden representar diferentes subtipos de ofensores. También es posible que algunos de los resultados de los estudios sean simplemente descripciones inadecuadas de los abusadores sexuales de menores.

 

Aunque la mayoría de los ofensores no muestran una patología severa, a menudo obtienen elevadas puntuaciones en medidas de depresión, ansiedad y suspicacia (paranoia). También son frecuentemente descritos como sociópatas. Además, aunque es característico de los ofensores masculinos no auto-informar de un mayor consumo de alcohol u otras drogas que los hombres del grupo comparación, muchos profesionales creen que los ofensores abusan del alcohol u otras drogas en mayor grado que los hombres del grupo comparación. A pesar de que el consumo de alcohol entre los ofensores es un tema de debate abierto, se han ofrecido varias hipótesis acerca de la naturaleza de la relación entre el consumo de alcohol y abuso sexual. Un punto de vista es que los abusadores consumen alcohol como parte de su justificación para el abuso sexual. Otro punto de vista es que algunos ofensores consumen alcohol para afrontar las emociones negativas asociadas con el abuso sexual.

 

Además del abuso sexual infantil se ha señalado que los ofensores tienen una variedad de problemas sexuales. De acuerdo con un gran estudio, a menudo tienen otras parafilias clínicamente identificables como exhibicionismo, froteurismo y voyeurismo. Los ofensores además, muestran rigidas actitudes morales, pobre identidad sexual, miedos en el funcionamiento sexual, expectativas sexuales inapropiadas y disfunciones sexuales.

 

Los ofensores tienen muchas percepciones inapropiadas (distorcionadas) sobre las relaciones padres-hijos. Una característica común en los ofensores es la negación y/o distorción cognitiva del incidente de abuso sexual. Mientras que algunos ofensores nunca admiten su

 

 

 

comportamiento, otros abusadores intentan justificar el acto (ej. el/la niño/a quería la relación sexual, el/la niño/a disfrutaba con el sexo, la experiencia sexual era educativa para el/la niño/a, el sexo era sólo una expresión de amor). Quizá puede estar relacionado con la confusión de roles el hecho de que los abusadores sexuales intrafamiliares digan haber empleado menos tiempo en los cuidados tempranos de los hijos (ej. vestirles, leer y enseñar a los hijos) que los hombres comparación emparejados. Es posible que la ausencia de un rol parental adecuado incremente la probabilidad de conductas inapropiadas como el abuso sexual.

 

Los abusadores sexuales intrafamiliares tienen frecuentemente una variedad de problemas maritales. Señalan tener muchos conflictos conyugales y problemas en la comunicación que parecen ser similares a las dificultades que manifiestan en sus relaciones fuera de la familia. En relación con los informes de deprivación emocional, los ofensores indican que tienen problemas sexuales con sus esposas.

 

4.2.2 CARACTERISTICAS DEL CONYUGE:

Las características asociadas con las esposas de los abusadores sexuales de menores son pobre historia familiar, historia de incesto en la familia, dependencia, depresión y baja autoestima. Tienden a tener una historia de frecuentes divorcios o separaciones. Alguna investigación ha señalado que las esposas de los abusadores tienen mayores niveles de psicopatologías que las esposas del grupo comparación, no obstante otros estudios han fracasado a la hora de confirmar estos resultados. Los investigadores también han indicado que las esposas de los abusadores eran más autoritarias y evidenciaban tener una orientación del rol sexual femenino significativamente menor que las de control. Se ha señalado también que las esposas no abusivas pueden ser pasivas en respuesta al abuso sexual. Algunos han visto esta pasividad como resultado de problemas en la interacción madre-hijo/a, incluyendo problemas en el apego madre-hijo.

 

Consecuentemente, en algunas partes de los Estados Unidos, si el ofensor masculino es convicto de abuso sexual intrafamiliar, la esposa carga automáticamente con la etiqueta de madre negligente. Debe enfatizarse fuertemente, sin embargo, que la literatura no justifica esta aproximación. No ha surgido ningún perfil único de la esposa del ofensor masculino y la contribución causal del cónyuge femenino (al abuso sexual del hijo/a) si hay alguna, está por demostrar.

 

 

 

4.2.3 CARACTERISTICAS FAMILIARES:

Las familias de abuso sexual intrafamiliar identificadas se caracterizan por un bajo estatus socioeconómico, pobres condiciones de la casa, poca historia de empleo, aislamiento social y propensión a las crisis. Otras características familiares incluyen disfunción familiar, aislamiento familiar y miedo a la separación de la familia. Como parte de la disfunción familiar, puede haber una confusión de roles o roles inversos y las relaciones progenitores-hijos/as pueden estar indiferenciadas de las relaciones progenitores-progenitoras.

 

Los problemas maritales incluyen conflictos conyugales y violencia. Los ofensores manifiestan tener problemas en la comunicación con sus esposas, dichas dificultades parecen ser similares a las que dicen tener en sus relaciones fuera de la familia.

 

Los ofensores afirman tener poco apoyo por parte de sus esposas e indican tener muchos problemas sexuales con éstas. También se cree que como resultado de la disfunción marital y de la confusión de roles, los abusadores se vuelven hacia los hijos para llenar sus necesidades no satisfechas. Finalmente se ha señalado que otros miembros familiares incluido el cónyuge no abusador están frecuentemente ausentes del hogar durante considerables períodos de tiempo, lo que aumenta las oportunidades para el abuso sexual por parte del progenitor abusivo.

 

 

 

4.3 EFECTOS DEL ABUSO SEXUAL EN LA INFANCIA.

El considerable incremento del interés experimentado durante los últimos años por el estudio de los abusos sexuales en la infancia, ha favorecido el desarrollo de la investigación orientada al conocimiento del impacto de dichos abusos en el bienestar físico y psicológico de las víctimas a corto-medio (infancia y adolescencia) y largo plazo (etapa adulta). No obstante, y a pesar de los avances alcanzados, la investigaciómn en esta área de estudio se encuentra con importantes dificultades que imposibilitan en muchos casos la obtención de un conocimiento certero sobre este fenómeno. Entre las principales dificultades pueden señalarse, en un primer lugar, problemas de tipo metodológico como son (Briere, 1992): variabilidad en las definiciones de abuso sexual empleadas, sesgos en la detección de los casos, reducido tamaño de las muestras, diseños de carácter retrospectivo vs. prospectivo, utilización de grupos control inadecuados, debilidad de las propiedades psicométricas de los instrumentos, estudio del abuso sexual como un concepto global y unívoco, etc. Todo ello ha repercutido en la heterogeneidad de los resultados mostrados por las diferentes investigaciones dificultando, de hecho, la generalización de los mismos.

 

En segundo lugar, aunque no por ello menos importante, existen limitaciones de tipo ético. Así sería cuestionable la detección de grupos de riesgo para el abuso sexual infantil y el seguimiento de los mismos sin intervenir para su prevención. Igualmente condenables sería la ausencia de intervención con los grupos comparación en espera de observar mayores deterioros a largo plazo en el desarrollo de los sujetos.

 

Aun asumiedo la importancia de todos los factores mencionados anteriormente, quizá la mayor dificultad estriba en establecer hasta qué punto los efectos observados en las víctimas de abuso sexual son directamente atribuíbles a esa experiencia en sí mismo o a ciertas variables del contexto en el que se ha desarrollado la persona. Por otra parte, podría ser incluso que precisamente esas variables hayan favorecido la existencia del abuso sexual. En este sentido, Nash, Hulsey, Sexton, Harralson y Lambert (1993) en una investigación llevada a cabo con cuatro muestras diferentes de mujeres (víctimas de abuso sexual que estaban recibiendo tratamiento, víctimas de abuso sexual que no recibían ningún tipo de tratamiento, mujeres que no habían sido sexualmente abusadas pero que estaban recibiendo tratamiento por otro tipo de problemas y un grupo comparación de mujeres que ni habían sido sexualmente abusadas ni recibían ningún tipo de tratamiento), trataron de discernir hasta qué punto los efectos observados en las víctimas de abuso sexual se asociaban a dicho abuso o a variables del contexto familiar en el que se habían criado. Dichos autores llegaron a la conclusión de que el ambiente familiar percibido era una importante variable mediadora en la determinación del nivel general de malestar psíquico en la vida adulta, siendo mínimo el efecto residual del abuso en sí mismo. Por tanto, para muchas víctimas el abuso sexual puede ser una variable señal de un ambiente familiar profundamente patogénico y el subsecuente daño psicológico experimentado durante la vida adulta podría ser producto, no sólo del abuso sino, más importante aún, del contexto en el que se desarrolló el sujeto.

 

Sin embargo, debe matizarse también, como han señalado algunos autores (Briere, 1992; Conte, 1986), que es posible que las víctimas de abuso sexual al recordar su infancia sobreestimen la disfunción existente en sus familias de origen precisamente por la existencia del abuso. En consecuencia, parece claro que mientras no se disponga de estudios longitudinales o, en su defecto, de investigaciones retrospectivas con mayor rigor metodológico, difícilmente podremos establecer resultados concluyentes a este respecto.

 

Ahondando en esta línea de trabajo, Briere (1992) marca algunos de los criterios mínimos que deberían guiar la investigación: 1) determinar el funcionamiento del niño sexualmente abusado antes del abuso y, por tanto, el grado en que dichos efectos representan, al menos parcialmente factores de riesgo o alteraciones psicológicas preexistentes; 2) precisar el rol exacto de la disfunción familiar u otras formas de maltrato coexistente; 3) valorar el impacto de factores sociales o sociodemográficos que pueden moderar o exacerbar los efectos que habitualmente son directamente atribuidos al abuso sexual.

 

Otro problema relevante que plantea el estudio de la sintomatología asociada al abuso sexual radica en su variabilidad a lo largo del tiempo. Dicha variabilidad refleja en parte el aspecto dinámico del desarrollo evolutivo. De esta manera, ciertos problemas sexuales pueden no aparecer hasta que el niño alcanza la adolescencia o la vida adulta, o los síntomas pueden fluctuar o manifestarse de forma diferente en función del estado evolutivo en el que se encuentra el sujeto. En esta línea, Kendall-Trackett, Williams y Finkelhor (1993) señalan que los miedos y síntomas somáticos son los efectos que más rápido desaparecen, mientras que la agresividad y las preocupaciones sexuales tienden a permanecer e incrementarse con el tiempo. Con el objeto de clarificar este aspecto, Briere (1992) sugiere la convenencia de que las investigaciones retrospectivas con adultos, además de preguntar por la presencia o no de un determinado síntoma en algún momento de la vida, traten de establecer en qué momento concreto surgió y desapareció dichos síntomas.

 

Además de la variabilidad temporal de los síntomas, los estudios sobre esta área de conocimiento han puesto de manifiesto la imposibilidad de hablar de un cuadro o síndrome de niño sexualmente abusado, siendo los efectos asociados al abuso sexual infantil muy heterogéneos tanto en su naturaleza como en su forma de expresión señaladas, existen distintas razones que pueden justificar este hecho. Así, Crechetti (1989) al explicar esta variabilidad individual alude a la influencia simultánea de distintas variables procedentes de diversos niveles ecológicos. Dichas variables tendrian una influencia potenciadora o compensadora en el desarrollo evolutivo de las víctimas y como resultado de ello, los efectos últimos observados podrían variar significativamente de unas personas a otras. Otra de las razones que puede explicar parcialmente esta variabilidad sintomática hace referencia a la heterogeneidad intrínseca del abuso sexual (extrafamiliar/intrafamiliar, mediante el uso de la fuerza o amenazas/seducción, frecuencia, duración, número de perpetradores, naturaleza del abuso sexual sufrido, etc.).

 

En un intento de clasificar este aspecto, Nash y cols. (1993) llevaron a cabo un estudio que perseguía, entre otros objetivos, la dirección de un posible conjunto de síntomas directamente asociados al abuso sexual en la infancia. Según estos autores cuando se controlaban las variables del ambiente familiar, los únicos efectos que presentaban las víctimas de abuso sexual en la infancia de forma sistemática y distintiva eran: la dolorosa sensación de que algo intrínseco en ellas estaba profunda e irreversiblemente dañado y la existencia de un mayor número de problemas relacionado con el cuerpo.

Teniendo presentes todas estas limitaciones se presentan a continuación los principales efectos que principalmente se vinculan a la ocurrencia de abusos sexuales en la infancia.

 

Como podráa advertirse, se va hablar del abuso sexual en general sin introducir diferencias en función de los diferentes subtipos de abuso sexual (ej. intrafamiliar vs. extrafamiliar), ello obedece a la escasez de estudios que han tenido en cuenta tales diferencias y que permitan, por tanto, extraer datos concluyentes al respecto.

 

 

4.3.1 EFECTOS INICIALES DEL ABUSO SEXUAL EN LA INFANCIA.

Tradicionalmente se han diferenciado efectos a corto plazo y efectos a largo plazo. Sin embargo, y de acuerdo con Browne y Filkelhor (1986), nos referiremos a los primeros como efectos iniciales ya que, la terminología de corto plazo parece implicar que esas reacciones no persisten en el tiempo siendo éste un aspecto no confirmado todavía en la práctica clínica e investigadora. Asimismo, conviene precisar que por iniciales entendemos aquellos que surgen en los dos años posteriores a la ocurrencia del abuso. Seguidamente se presenta una lista de los efectos que diversos trabajos (Bachaman, Moeller y Bennett, 1989; Browne y Finkelhor, 1986; Kendall - Trackett y cols., 1993) han mostrado asociados al abuso sexual infantil.

 

 

 

EFECTOS FISICOS

Laceraciones o abrasiones del himen, labios, perineo, vagina, horquilla posterior.

Heridas en el pecho y partes extragenitales como laceraciones, abrasiones esquimosis o fracturas.

Enfermedades venéreas.

Relajación del músculo esfínter en la exploración rectal.

Infecciones recurrentes del tracto urinario.

Dolor o prurito rectal o genital.

Flujo o sangrado vaginal inexplicable.

Verrugas perineales.

Fusión labial.

Infecciones orales.

Embarazo adolescente.

 

REACCIONES EMOCIONALES Y PERCEPCION DE SI MISMO

Miedo a ser dañado.

Cólera y hostilidad.

Culpa y vergüenza.

Baja autoestima.

Sentimiento de estigmación, traición e impotencia.

 

ALTERACIONES EN LA CONDUCTA Y EFECTOS EN LA SEXUALIDAD

Conductas sexuales inapropiadas (juegos sexuales con muñecas, introducción de objetos en ano o vagina, masturbación excesiva o pública, conducta seductora, re- querimientos de estimulación sexual a otros adultos o niños, conocimiento sexual inapropiado para su edad, etc.

 

EFECTOS DE FUNCIONAMIENTO SOCIAL

Conducta externalizante (conducta incontrolada, actitud abierta de desafío, comportamiento alterador dentro de la familia, peleas o luchas con hermanos o con compañeros de clase, conducta autodestruc- tiva, agresividad y comportamiento antisocial).

Conducta internalizante (control excesivo de la conducta, inhibición, retraimiento).

Problemas escolares.

Fugas de casa y/o de la escuela.

Matrimonios adolescentes.

Conductas delictivas.

Crueldad.

Delincuencia.

Intentos de suicidio.

Conductas de automutilación.

 

PROBLEMAS PSICOPATOLOGICOS

Trs. del sueño (pesadillas, dificultades para conciliar el sueño o despertarse por las mañanas).

Alteraciones en la conducta alimentaria.

Trs. por estrés post-traumático.

Trs. neuróticos.

Ansiedad y malestar psíquico.

Comportamiento regresivo (enuresis, encopresis, rabietas, gimoteos).

Depresión

Fobias.

 

 

Los efectos que han sido adecuadamente probados en los trabajos de investigación y aquellos que a pesar de ser muy mencionados en las publicaciones especializadas sobre el tema, no han sido suficientemente corroboradas. Esta falta de base científica responde fundamentalmente a las siguientes razones: algunos síntomas descritos proceden únicamente de la observación clínica; diferentes investigaciones han obtenido resultados distintos en relación a algunos de estos efectos (debido principalmente a diferencias metodológicas y del tipo de muestra estudiadas); y ciertos efectos han sido constatados o no en función de las características de los grupos comparación utilizados (clínicos vs. comunitarios).

 

Una controversia surge en relación a la extendida concepción de que los niños/as víctimas de abuso sexual muestran altos niveles de sintomatología relacionada con la experiencia traumática del abuso. Unicamente se ha podido constatar la existencia de diferencias significativas en el nivel de sintomatología presentado por la víctimas de abuso sexual cuando estas han sido comparadas con grupos comparación extraídos de la población general. Los únicos síntomas que de forma consistente presentan más frecuentemente las vítimas de abuso sexual son: comportamiento sexualizado y trastorno por estrés post-traumático. Sin embargo, se matiza la necesidad de tomar con cautela estos resultados por dos motivos. Por un lado, apuntan la posibilidad de que los grupos comparación empleados incluyan niños abusados cuyo abuso no ha sido descubierto. Por otro lado, señalan que las muestras clínicas generalmente están formadas por menores que han sido derivados por su conducta sintomática. En consecuencia, no es de extrañar que los niños detectados por alteraciones de comportamiento sean más sintomáticos que los no detectados, no por posibles problemas psicopatológicos ya existentes, sino por haberles infligido un daño, esto es, el abuso.

 

Esta situación difiere considerablemente cuando se analizan los efectos del abuso sexual utilizando como grupos de comparación muestras no clínicas de niños. Así, Kendall-Trackett (1993), concluyen que los síntomas que se asocian de forma más consistente al abuso sexual en la infancia en orden decreciente de importancia son: comportamiento sexualizado, agresividad, conducta internalizante, conducta externalizante, depresión, retraimiento y ansiedad.

 

Otra cuestión que merece ser resaltada es la referida al elevado porcentaje de víctimas asintomáticas, habiéndose estimado que entre un 21% y un 49% de las víctimas no manifiestan ningún síntoma por la experiencia de abuso sexual. Esto se puede deber a varios factores: una evaluación defectuosa de los síntomas derivada del uso de medidas poco fiables, válidas y/o sensibles, o elección equivocada de las áreas exploradas; la latencia de aparición de los síntomas puede ser más larga en las diferentes víctimas; los niños asintomáticos pueden estar realmente menos afectados, bien porque el abuso fue menos traumático, o bien por disponer de más recursos psicológicos y/o sociales para afrontar dicho abuso, en este sentido, parece que la recuperación de los niños tras los abusos sexuales está claramente relacionada con la existencia de un ambiente familiar de apoyo.

 

 

4.3.2 EFECTOS A LARGO PLAZO DEL ABUSO SEXUAL EN LA INFANCIA:

 

 

REACCIONES EMOCIONALES Y PERCEPCION DE SI MISMOS

Depresión.

Ideas y actos autodestructivos (suicidio, automutilación).

Ansiedad y tensión (ataques de pánico, pesadillas, dificultades en el sueño).

Sentimiento de aislamiento y estigmatización.

Autoconcepto negativo.

Sentimiento de desamparo.

Culpabilidad.

Miedo y desarrollo de fobias.

Estilos atribucionales internos, estables y globales de los acontecimientos negativos.

 

PROBLEMAS DE RELACION

Problemas de relación con ambos sexos.

Hostilidad (hacia el abusador, pero más frecuentemente dirigida hacia las madres

por no haberlas protegido del abuso).

Incapacidad para confiar y/o amar a otros (sentimientos de miedo, hostilidad y temor a ser rechazado).

Ansiedad ante situaciones de intimidad física.

Revictimización física y/o sexual (violación, abusos físicos y/o sexuales por parte de maridos o compañeros).

Menor cohesión y adaptabildad con las familias de origen.

Desarrollo de una visión polarizada de los sexos.

 

PROBLEMAS FAMILIARES Y MARITALES

Abandono temprano del hogar (escapándose o casándose a una edad muy temprana).

Emparejamiento con hombres violentos.

Dificultades en la relación del rol parental.

Relación en el establecimiento y/o mantenimiento de las relaciones de pareja.

 

PROBLEMAS RELACIONADOS CON LA SEXUALIDAD

Miedo a las relaciones sexuales.

Ansiedad e insatisfacción en las relaciones sexuales.

Culpa sexual.

Dificultades en el ajuste sexual.

Deseo sexual inhibido.

Incapacidad para relajarse y disfrutar de la relación sexual.

Bajos niveles de autoestima sexual.

Evitación de las relaciones sexuales o actividad sexual compulsiva.

Promiscuidad sexual.

Homosexualidad.

Frigidez.

Anorgasmia.

Dificultades en la fase de excitación.

Vaginismo.

Trs. del orgasmo.

Flash backs relacionados con la experiencia de victimización.

Tendencia a sexualizar todas las relaciones y dificultad para distinguir entre demandas afectivas y sexuales.

 

EFECTOS EN EL FUNCIONAMIENTO SOCIAL

Prostitución.

Dificultades en el ajuste social.

 

PROBLEMAS PSICOPATOLOGICOS

Trs. de la conducta alimentaria.

Trs. somatomorfos.

Historia de frecuentes intervenciones clínicas.

Síntomas disociativos.

Personalidad múltiple.

Trs. límite de la personalidad.

Trs. de estrés post-traumático cronificado.

Tr. antisocial de la personalidad.

Abuso de substancias (alco-

hol, drogas).

 

 

Las dificultades para establecer los efectos a largo plazo del abuso sexual infantil se ven incrementadas por la acción distorsionadora del recuerdo y por los acontecimientos vividos por el sujeto durante el tiempo transcurrido desde la ocurrencia del abuso hasta la medición de su sintomatología.

 

Un primer aspecto que llama la atención al observar el rango de efectos a largo plazo asociados al abuso sexual infantil es la heterogeneidad de los mismos. Por lo que se pueden plantear por lo menos dos explicaciones. Por un lado, el abuso sexual infantil podría tener un efecto global deteriorante e inespecífico en las vítimas, de tal forma que sería la interacción de dicho efecto con variables de la estructura intrapsíquica del sujeto, de su desarrollo evolutivo y de su contexto socio - familiar, así como el tipo de recursos disponibles, lo que determinaría en gran medida la forma de expresión final de ese malestar o disfunción. Por otro lado, los efectos mencionados hacen referencia al abuso sexual en general, sin introducir distinción en función de la naturaleza del mismo, siendo posible que distintos cuadros sintomatológicos se asocien a diferentes formas de abuso sexual.

 

Conviene mencionar, que el tipo de abuso sexual no es el único factor determinante del daño experimentado por la víctima. Siguiendo a Kendall - Trackett y cols. (1993), el abuso sexual que es cometido por una persona cercana a la víctima que se repite con frecuencia y durante largos períodos de tiempo y que conlleva la utilización de la fuerza física y actos sexuales con penetración oral, anal o vaginal, produce mayores deterioros en las víctimas a largo plazo. De forma similar, la falta de apoyo maternal en el momento de la revelación del abuso y una visión o estilo de afrontamiento negativo de los acontecimientos por parte de la víctima incrementan la posibilidad de que aparezcan efectos a largo plazo.

Diversos autores han manifestado que los abusos sexuales que se realizan sin utilización de la fuerza física, que no suponen una violación física muy intrusiva, y que ocurren una sola vez o de forma infrecuente, son los que menor probabilidad tienen de generar daños posteriores.

 

En relación a la ansiedad, Beitchman y cols. (1992), comentan que esta se observa frecuentemente en los casos de abuso sexual intrafamiliar, pero no así en los casos de abuso sxual extrafamiliar, en los que la conexión entre ambos efectos es ambigua. En el caso de la depresión, sin embargo, parece tener mayor importancia como variable mediadora la percepción del niño acerca de la respuesta y el poyo parental ante la revelación del abuso.

Algunos autores han señalado también el vínculo existente entre determinadas variables contextuales y la aparición de daños a largo plazo en las víctimas. Parece que ciertos tipos de experiencias judiciales así como la co-ocurrencia de otras formas de maltrato en combinación con el abuso sexual retrasan la recuperación (Kendall - Trackett y cols., 1993; Kilpatrick, 1987).

 

Se ha asociado la homosexualidad y la peostitución al abuso sexual infantil, a pesar de que existen pocos estudios anlizando esta situación a profundidad. Desde un punto de vista teórico se ha hipotetizado que la homosexualidad como resultado de abusos sexuales en la infancia podría estar relacionada con el emparejamiento de sexos entre abusador y víctima. En cuanto a la prostitución, un estudio detallado muestra el elevado porcentaje de abusos sexuales infantiles entre la población de prostitutas; este estudio ha permitido observar que las diferencias entre una y otra radica en la frecuencia con la cual fueron abusadas, la edad en que se cometió el abuso, y un dato mucho más relevante, es la persona que cometió el abuso sexual. Por lo tanto, son las variables relacionadas con la naturaleza del abuso sexual y no tanto el hecho de ser o no sexualmente abusadas lo que favorece al posterior qjercicio de la prostitución en las víctimas de abuso sexual infantil.

 

 

4.4 TRATAMIENTO DE LOS ABUSADORES.

En EE. UU., se delimitó el nivel de eficacia de los diversos modelos en torno a este "problem", llegándose a la conclusión de que los modelos tienen la siguiente estratificación: cognitivo/conduatual, psico-socio-eduativo, prevención de las recaída, psicoterapeútico, sistemas familiares, adicción sexual, conductual psicoanalítico, bio-médico. Se llevan a cabo intervenciones grupales, terapias familiares, también se pueden utilizar técnicas de tratamiento aversivo, técnicas psicofarmacológica.

 

 

4.5 TRATAMIENTO DE LOS NIÑOS SEXUALMENTE ABUSADOS.

Hay relativamente pocos resultados, y estos pocso resultados tienden a tener problemas de diseño. Se pueden llevar a cabo terapias individuales o terapias grupales, guiadas por una variedad de perspectivas teóricas (psicoanalítica, cognitiva, conductual). La eficacia de las terapias grupales es mayor que la de las terapias individuales. Se puede decir que al parecer es la terapia cognitica-conductual la que da mejores resultados, pues esta trabaja con las creencias, estados de humor y habilidades sociales de los niños.

 

 

CAPITULO II

LA LOGICA DEL MODELO MEDICO PSICOPATOLOGICO COMO EXPLICACION DEL ABUSO SEXUAL

 

 

La opinión pública y ciertos "especialistas" han tratado de explicar el problema del abuso sexual, las violaciones como trastornos mentales y personalidad psicopática, que se ... manifiesta en el sádico de impulsos de excitación sexual descontrolados y violentos, amoral y homicida(...) Esto se da en ciertos individuos con distorciones morales irreversibles. (La República, 1996, pp. 19)

 

Bajo esta lógica del modelo médico psicopatológico existiría un trastorno mental (una parafilia) que causaría ciertas conductas anormales. Para algunos, hay un gran paso "una visión más integral e interdisciplinaria en Psicología y Psiquiatría al hablar de "variaciones sexuales" y ya no de "perversiones", "aberraciones sexuales" o "desviaciones sexuales". Hablar de una sexualidad "extravagante" (parafilia)

 

que encuentra sustituciones de los "objetos" sexuales estadística y culturalmente normales, lo que lo hace socialmente inaceptables, repulsivos o incomprensibles. Son comportamientos de excitación sexual que no corresponden a los modelos normativos y que pueden interferir en mayor o menor grado con el establecimiento de relaciones sexuales e interpersonales recíprocas y cariñosas. (El subrayado es mío) (Manual de Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales, DSM -III-R, 1987; véase en Raguz, 1996).

 

El tratar de explicar el abuso sexual, las violaciones por una causalidad interna que se encuentra en algunos individuos, es psicopatologizar interacciones psicológicas con una dimensión y contexto socio cultural que los define y los explica. Bajo la lógica del modelo médico, el abuso sexual, la violación sería una de las manifestaciones de una parafilia, de un "trastorno psicosexual", y bajo esta lógica mentalista, moralista y represiva se plantearán falsos problemas, y por tanto, falsas soluciones. Por ejemplo, desde el punto del Psicoanálisis, las parafilias se pueden explicar como:

fijaciones infantiles y conductas regresivas o como el daño a otros (sustitutos de los padres) que en el fondo, es el daño a uno mismo. (Raguz, 1996, pp. 2).

 

Temas como el "mapa del amor deformado" de Malamuth, la "teoría del cortejo" hasta téorías biológicas: patología orgánica, hormonales, problemas neurológicos, alteraciones cromosómicas, tratarían de explicar las parafilias. Pero si logramos comprender que:

la conducta como tal ni es anormal ni es patológica; tampoco es correcta y buena o incorrecta y mala. (Ribes, 1990)

y el error de la gnoseología psiquiátrica es que:

 

... fundamenta su acción partiendo del supuesto de una moral universal intrínseca al comportamiento y por consiguiente, de criterios de valoración validados a priori con base en dicha moral. (Ribes, 1990)

y por tanto,

la psicoterapia tradicional excluye como premisa el supuesto de que el problema psicológico se constituye sólo como consecuencia de un juicio de valor preconstituído en el criterio de diagnóstico. (Ribes, 1990).

 

Por tanto, debemos de buscar una alternativa de explicación e inter- vención al modelo médico psicopatológico del abuso y violación sexual. De una "explicación"-valoración del comportamiento (en cuanto a su morfología) ubicada en el individuo (eventos internos) a una contextualización sociocul- tural del comportamiento de "abuso" y "violación", y por tanto también de in- tervención psicosocial-cultural; donde el objetivo es cambiar interacciones, constituida histórica y socialmente en una lógica de poder, violencia y género

 

 

CAPITULO III

EL ABUSO SEXUAL, LA VIOLACION: ¿FORMAS HISTORICAMENTE CONSTITUIDAS DE VIOLENCIA SEXUAL?: VIOLENCIA,

PODER Y GENERO.

 

 

"... su ocurrencia (de una conducta) se da como parte de un sistema de relaciones sociales, cuya valoración representa, en lo esencial, la expresión ideológicamoral de un complejo proceso social de regulación de las relaciones de poder". (Ribes, 1990, pp. 11)

 

Respecto a la virginidad, la virginidad es sagrada, es sagrada. Yo nunca he tenido a una mujer virgen, esta niña estaba húmeda la primera vez. Ella no me gustaba, no me gustaba tener relaciones con ella, lo hacía porque ella me exigía, esa es la razón por la que yo lo hacía. (...) Después de las relaciones sexuales me sentía sucio, pero en el pene no sentía nada, ¿sabe por qué señor?, porque yo no estaba a gusto con ella, porque actuaba como varón solamente. (...) (El subrayado es mío) (León y Stahr, 1995, pp. 23)

 

Creemos necesario y urgente abordar el "problema" del abuso sexual y la violación en el contexto de la violencia sexual y sus relaciones con el poder y género, históricamente constituidas. Para poder tener una real dimensión del "problema" y por tanto de las soluciones; esto pasa primero por no psicopatologizar el "problema" ni reducirlo a algunos "desadaptados".

 

El abuso y la violación son expresiones de una violencia sexual y a su vez esta violencia sexual es una expresión de una violencia históricamente constituida por relaciones complejas de género y poder.

Una cultura de la violencia construye interacciones de abuso, de poder, maltrato, en sus diversas manifestaciones (violación sexual contra las mujeres y los niños). Una sociedad patriarcal y vertical unida a una gran desigualdad socioeconómica creará estas relaciones tan cotidianas de abuso, maltrato y violación.

 

Este modo de entender la cultura de la violencia

... nunca se limitará a considerar al responsable de la violencia a los malos tratos como alguien o algo aislado, sino que, por el contrario, intentará ampliar al máximo el marco de interacción abusador - víctima; se trata de comprender y modificar este fenómeno, considerándolo en toda la complejidad de sus interacciones, contexto e historia. (Sarquis, 1995, pp. 10)

 

 

 

3.1 LO SOCIAL EN LA VIOLENCIA SEXUAL.

Coincidiendo con Huggins:

(en el área de la violencia sexual)... afirmamos que esto no es una expresión individual o colectiva de la violencia social (...), sino la entendemos como una expresión de esta violencia, no es posible comprender más alla de los estrechos marcos de la conducta individual. (pp. 34).

 

Por tanto:

La violencia sexual, entonces, no es sólo el hecho de que un sujeto -generalmente de sexo masculino- agreda a otro sujeto -generalmente de sexo femenino- para que esta violencia sea considerada como una forma de violencia sexual, la persona agredida tiene que serlo específicamente en o por su identidad de género. Es decir, que cuando hablamos de violencia sexual es necesario comprender que nos referimos a aquella que es sufrida o ejercida contra una persona o grupo, a partir de su condición de género. Esto implica discriminaciones sociales, actos de violencia psíquica y/o física ejercida contra mujeres u hombres, agrediéndoles en la identidad de género, básica para todos los seres humanos". (Huggins, 1993, pp. 34).

 

 

 

3.2 LA VIOLACIÓN COMO FORMA DE VIOLENCIA SEXUAL.

La violación es un ejemplo de violencia sexual, entendiendo por ésta, el hecho en el cual un hombre, en contra de la voluntad de una mujer, hace uso sexual de su persona utilizando la violencia física, psicológica, verbal o solamente la amenaza. En este sentido, también el padre que obliga o seduce a su hija para tener relaciones sexuales con ella, está ejerciendo violencia sexual (incesto).

El maestro, médico, profesor, abogado, es decir, cualquiera que independientemente de los vínculos obliga a una menor a tener relaciones sexuales, genitales o no, está ejerciendo violencia sexual contra ella. (Huggins, 1993, pp. 34)

 

3.3 GENERO, PODER Y VIOLENCIA SEXUAL.

Estas diferencias están basadas en la institucionalización de un poder desigual basado en el género. De la interacción de las variables poder, género y sistema social resulta la letal realidad de la violencia intrafamiliar". (Serquis, 1995, pp. 10)

 

Discriminaciones sociales por su género, es decir, existen expectativas conductuales sobre determinados roles sexuales e ideológicos e históricamente construídos que esperamos de una persona de acuerdo a su sexo y los lugares y posiciones que, a partir de este puede o no jugar en la sociedad.

La variable género se refiere a ambos sexos e implica un proceso dinámico de relaciones, más que de particularidades estáticas. Hombre y mujer no son sólo un conjunto de diferencias biológicas que nos definen (sexo); por el contrario, implican, socialmente hablando, todos aquellos rasgos que conforman roles sexuales. (Huggins, 1993, pp. 34)

 

El abuso, la violación son formas de violencia sexual indesligablemente unidos a relaciones de género y poder; y por tanto de una violencia social más general. Esto nos permite atender que la violencia sexual contra la mujer en todas sus formas no es un hecho aislado que es ejercido por algunos individuos "enfermos" (parafílicos) al margen de un contexto social y cultural de género y poder. Al contrario, es este contexto el que define y explica la violencia contra la mujer (niña o adulta). La violencia de género contra las mujeres puede ser definida como:

 

aquellos sucesos humanos, basados en el género, que ocasionn daños o sufrimientos de cualquier índole a una mujer. En otras palabras, estamos ante hechos violentos derivados de una conflictividad social cuyo origen no se halla en diferencias naturales o biológicos ante las personas, sino en elaboraciones culturales sobre el sexo, en virtud de las cuales la sociedad, mediante una multiplicidad de mecanismos institucionales, asigna roles y cualidades distintas a hombres y mujeres, reservándoles a aquellos una posición de superioridad y a estas una condición subordinada. (Siles, 1995, pp. 17)

 

Desde la violencia cotidiana en las relaciones de pareja, de amigos, de padres a hijos, de relaciones laborales, hasta la "violencia extrema" (como son la violación y la muerte) más evidente a los ojos de la opinión pública. En todas estas "formas" de relaciones sociales está presente el abuso, la discriminación, la violencia de género y poder.

 

Las relaciones de género actualmente predominantes en el país, vendrían a ser entonces, al mismo tiempo, expresiones del orden social y un medio de considerarlo y reproducirlo, convirtiéndose de ese modo en una instancia de poder. Lo mismo que el racismo y la inequidad en el acceso a recursos y riquezas, por mencionar dos ejemplos notorios, la violencia de género dirigida contra la población femenina debe ser puesta en la primera línea de la reflexión sobre los males que aquejan al país y ser considerado una forma de violencia extrena. (Siles, 1995, pp. 18)

 

Cuando la ley habla de mujer honesta vs. mujer deshonesta, del poder marital, de la disminución de la pena cuando la mujer violada es una prostituta, cuando se niega que el marido pueda violar a su esposa pues ella tiene el "debito conyugal", es decir, él tiene derecho a sostener relaciones sexuales con ella cada vez que quiera, cuando un empresario exige para contratar a una mujer que esta se realice una prueba de gravidez o simplemente la despide por estar embarazada, se está ejerciendo violencia sexual, social, de género y poder.

 

Y un contexto mayor será las relaciones de clase en el sistema de producción capitalista que reforzarán los roles sexuales establecidos a partir de una ideología patriarcal.

 

Esto no significa que el capitalismo sea el causante de la violencia en que sobrevivimos, pero si que al ser violentas las bases del sistema (explotación, competencia, discriminación), él mismo necesita de ellos para mantenerse. Para ello ha generado una ideología justificatoria que permite su reproducción. Por ello, el capitalismo ha institucionalizado la violencia como forma normal de relación. (Huggins, 1993, pp. 35).

 

Martín Baró, señala que:

... para que se realice un acto de violencia o de agresión, debe darse una situación mediata e inmediata, en la que tenga cabida ese acto. Tanto el desencadenamiento como la ejecución de la acción violenta requieren de un contexto propicio. Ahora bien, es necesario distinguir entre dos tipos de contexto: un contexto amplio, social y un contexto inmediato, situacional. (Martín Baró, 1993, pp. 373, véase en Huggins)

Sintetizando, la violencia sexual o de género, es parte constitutiva de ese contexto mayor que es lo social, económico y cultural, en el cual se la define, refuerza y legitima.

 

A la luz de lo antes propuesto, leamos algunos datos:

* En EE. UU., las cifras oficiales en 1985, muestran que 1 de 4 ó 5 niñas y 1 de 9 ó 10 niños había sido víctima de abuso sexual antes de los 18 años.

* En EE. UU., una mujer es violada cada cuatro minutos, cuatro mueren cada día por golpes (50% realizado por su pareja) y de ellas, el 25-30% estaban embarazadas.

* En España, en un estudio de 1985, reporta que la mitad de las mujeres jóvenes españolas dicen haber sido objeto de abuso o agresión sexual, como caricias indeseables, exhibicionismo, etc.

 

* En Canadá, las últimas cifras indican que una de cada diez mujeres es víctima de violencia conyugal.

* En Chile, la mitad de las mujeres ha experimentado violencia física en su matrimonio, y una cuarta parte vive diariamente en una situación de violencia doméstica severa, lo que ocasiona más muertes que los accidentes de tránsito.

* En 1990, hubo en el país, más de cuatro mil denuncias por maltrato, y en el primer trimestre de 1991, dos mil casos, calculándose que un 88% de los casos no son denunciados.

* En 1991, se reportaban en el Perú al menos 30 violaciones diarias de mujeres. Se calcula que sólo el 8% reporta la violación. A pesar de ello, las violaciones y crimenes sexuales ocupaban, ese año, el tercer lugar entre los delitos más frecuentes.

* En Lima, cada año son golpeadas en sus hogares medio millón de mujeres. (Mejía, 1992).

 

 

* Datos más recientes de nuestro país son los proporcionados por Menéndez (1996) sobre violencia doméstica, que señala que sólo en la delegación de mujeres de Lima acuden a denunciar maltrato de parte de su pareja un promedio diario de 30 mujeres cinco veces por semana.

* En 1993, se denunciaron 4500 casos por maltrato a la mujer y los hijos. (Guía de Ed. Familiar y Sexual del Ministerio de Educación).

Pero las estadísticas de las víctimas del sexo están distorcionadas, porque la frecuencia de denuncias de un abuso sexual es mínimo. Sólo una o dos de las violaciones son reportadas.

* En EE. UU. el 40-45% de las mujeres que trabajan son hostigadas sexualmente en su trabajo, de ellas, sólo un 5% levantan la denuncia.

* En EE. UU., medio millón de abusos sexuales de menores se denuncian, son muchos más los que no llegan a denunciarse.

* En España, uno de cuatro niños y niñas es víctima de paidofilia, incluyendo el incesto.

* Un promedio de cinco violaciones al día se da en el cono norte.

* Según el Módulo de Atención al Maltrato Infantil - Servicio de Salud (MAMIS) del Hospital del Niño, entre 1995 - 1996 (Julio) un 26,44% de denuncias fueron sobre abuso sexual y según esta misma fuente el 54,96% de denuncias sobre maltrato infantil fueron contra niñas.

* En el Perú se producen diariamente 360 casos de casos abuso sexual, de estos sólo se denuncian 72. La misma fuente indica que de cada 100 niñas madres, 90 son consecuencia del abuso sexual. El 60% de embarazos de niñas entre 12 y 14 años tienen su origen en un incesto o violación.

* El 75% de abuso sexual practicado contra niños y niñas se produce en la casa. El 31,5% de los agresores son parientes y conocidos por la víctima.

 

 

* En 1984, se registraron sólo en Lima, en el mes de abril, 73 casos de agresiones sexuales contra niñas y niños (64 niñas y 9 niños).

* En una investigación efectuada en una parroquia en el distrito del Agustino, reveló que en 1988, el 60% de las niñas que aistían a preparase en su primera comunión expresaron haber sido objeto de agresión sexual en sus propios hogares y generalmente el agresor era el padre, el padrastro u otro pariente cercano a la víctima.

* Según estadísticas extraoficiales, en nuestro país, una de cuatro niñas es víctima de abuso sexual antes de cumplir los 16 años.

* Según el INEI, en 1985, se denunciaron 6137 violaciones, es decir, 511 violaciones al mes, 17 violaciones diarias, 1 violación cada 90 minutos.

* El Ministerio de Justicia investigó 108 casos de niñas y niños que fueron a la policía y médicos, por maltrato físico, el resultado fue el 80% de los casos fueron por abuso sexual.

* En la última década, en el período comprendido entre 1980-1989, la policía registró a nivel nacional 59 600 denuncias. Por su parte, la policía técnica registró en el mismo período 18 509 denuncias.

(En Raguz, 1996; SI, 1995; El Comercio, 1996; MAMIS, 1996)

 

Como quiera que fuese, los crímenes sexuales presentan tales características que puede decirse que, desde su singularidad, cifran y expresan lo global. Pues, sean estas o aquellas las cuestiones específicas, lo que en el fondo y siempre está en juego, en la temática general que nos ocupa, no es otra cosa que poder y libertad. El poder que política y socialmente distribuído y administrado, en una multiplicidad de niveles y direcciones activas y variables, conforman un orden de jerarquía y subordinación de las mujeres a los hombres. La libertad que se erige como condición necesaria para la construcción de sujetos sociales autónomos e iguales entre sí, con verdadera posibilidad de desarrollo individual y grupal. (Siles, 1995,

pp. 18)

 

 

3.4 GENESIS HISTORICA DEL ABUSO SEXUAL.

 

Los roles sexuales han sido construídos históricamente. Las raíces de la violencia contra la mujer pueden trazarse en la misma historia de la humanidad, en las diferentes tradiciones y prácticas culturales, así como también en ciertas creencias de índole religioso.

Por ejemplo, tenemos que en ciertos momentos dados, la tradición cristiana mantuvo una imagen de la mujer como "intrínsecamente mala" por causa del pecado original. (Thexton, 1985; Brown, 1989) para apoyar este punto Brown (1989), cita a Tertuliano, quien escribió en el s. III: "La maldición de Dios sobre vuestro sexo continúa pesando sobre el mundo ... vosotras sois la puerta del diablo ... con vuestras palabras lisonjeras, embaucais al hombre a quien el diablo no podría vencer por la fuerza (pp. 778). Análogamente, Kramer y Sprenger (1486 / 1969) sacerdotes dominicos y autores del Malleus maleficarum propiciaron durante los s. XV y XVI, una actitud beligerante y hostil hacia la mujer. Este libro es un documento histórico e importante que llegó a convertirse en el texto oficial en las cortes europeas en la persecución de "brujas" y "hechiceras". Veamos algunas citas:

 

Por lo tanto, que otra cosa es la mujer que un enemigo de la amistad, un castigo inescapable, un mal necesario, una tentación natural, una calamidad deseable, un peligro doméstico, un detrimento deleitable, un mal de la naturaleza pintado en bellos colores ... en cuanto a su intelecto o entendimiento de las cosas espirituales, ellas parecen ser de una naturaleza diferente a la de los hombres, un hecho que es respaldado por la lógica de las autoridades y por varios ejemplos de las Escrituras ... pero la razón principal de la diferencia es que la mujer es más carnal que el hombre; y esto lo sabemos por su gusto en muchas abominaciones carnales y debemos de notar que hubo un defecto en la formación de la primera mujer, debido a que ella fue formada de una costilla virada ... y debido a este defecto ella es un animal imperfecto y por lo tanto siempre está dispuesto a engañar. (pp. 43 - 44)

 

No es casualidad entonces que diversos sociólogos o historiadores han logrado documentar que un 80 - 90% de las brujas que fueron condenadas por la Inquisición hayan sido mujeres (MacFarlane, 1970; Demos, 1982).

Por su parte, Vigil, 1986; ha documentado que durante los s. XVI y XVII varios prominentes autores recomendaban que los esposos golpearan y castigaran a sus esposas en caso de que estas no se comportaran como era "debido". Así, Francisco de Osuna explicaba que los azotes no deberían ser graves y que sólo deberían ser propinados a mujeres "incorregibles". Osuna pensaba que era correcto el castigo físico cuando ella porfía en:

Apartar cama, o no querer venir de muy enojada, muchas veces a la mesa de su marido; o cuando no quiere tener hecho o que mucho le encomendase y persevera en no barrer la casa, ni guisar a tiempo las comidas, o se hace callejera yendo donde mandan que no vaya. Ninguna cosa de estas ni otras semejantes se ha de concentir a la mujer, en los cuales se porfía y no le bastan un par de puños para hacerla andar derecha, no habría yo por inconveniente metella en el palacio ... y cerrada la puerta dalle con un cordón, media o una docena, hasta que amansase. (citado en Vigil, pp. 183)

 

Y esto lo vemos expresado en el contexto jurídico, los derechos de la mujer conquistados desde hace muy poco tiempo: Derecho al voto (1967), al ser consideradas ciudadanas. Aún así todavía se considera la violación como delito contra el honor y las costumbres contemplado en el Código Penal del

Perú, que permiten ser "compensados" con el matrimonio o económicamente.

Tradicionalmente, la doctrina y las legislaciones de América Latina establecieron que el fin de la Ley Penal en el delito de la violación sexual era proteger las buenas costumbres, tal como sucedía en el derogado código penal peruano. En Panamá, se protege más bien el pudor y la libertad sexual. En Honduras, la honestidad; y en Guatemala la seguridad sexual y el pudor (...) Tampoco es delito, para la Legislaciones Latinoamericanas, la violación dentro de las relaciones de pareja, cuando se obliga a la esposa, compañera, amante, novia a efectuar algún tipo de relación sexual determinada en la forma, momento o lugar no deseado, o sin tener en cuenta sus necesidades. (SI, pp. 29).

 

 

3.5 MITOS Y VERDADES SOBRE LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER.

 

La brasileña Nara María Batista (1993) demitifica creencias en torno a la victimización de la mujer en general, acotando que:

* La violencia contra la mujer se asocia con el alcohol y drogas en el varón. Aunque hay una relación de asociación, siendo las drogas y el alcohol desinhibidores en general, no son causa explicativa suficiente. Una prueba es que la violencia se dirige particularmente contra la mujer.

* No es cierto que las mujeres victimizadas sean masoquistas. Lo que sí prueban los estudios es que los hombres victimarios tienden a un comportamiento sádico.

* Sólo un pequeño porcentaje de los abusos en Brasil ocurren exclusivamente en niveles socioeconómicos bajos.

* El maltrao físico no es la única forma de maltrato. La mayoría de veces, la agresión verbal en forma de amenaza llega a concretarse en agresión física.

* Las mujeres maltratadas no son personas con problemas psicológicos previos al maltrato, sino que hay un estrés postraumático a raíz de la experiencia de violencia, una reación a la victimización. No se puede hablar de un perfil psicológico de la mujer que la predisponga a ser abusada. Más bien, el daño a la autoestima derivado del abuso, es similar al que sufren víctimas de otros tipos de violencia.

* Se dice que la violencia se aprende y que una exposición al maltrato en la infancia lleva a aprender que amor es maltrato. Pero, no se ha llegado a probar esto; parece que la transmisión intergeneracional de la violencia es más que un simple aprendizaje.

* En muchos lugares se sigue considerando que la violencia en la pareja es un asunto privado en el que nadie puede intervenir. Se requiere

 

de un cambio de actitud en las redes de soporte de las personas victimadas, con apoyo de su familia, amigos e instituciones, con un apoyo terapéutico social.

 

 

3.6 EFECTOS DE LA VIOLENCIA EN LA MUJER.

 

La hondureña Silvia Arce (1993), en base a su experiencia clínica con mujeres víctimas de agresión sexual, encuenta que las mujeres victimizadas presentan los siguientes efectos de la violencia:

- Quiebre del desarrollo de la personalidad, daño a la imagen corporal.

- Depresión e intentos de suicidio.

- Psicosomatizaciones, pesadillas, dificultades con el sueño.

- Alteraciones del apetito, ansiedad, miedo a estar sola, aislamiento o rechazo; falta de autocontrol y mal manejo de las emociones, en especial de la rabia y hostilidad.

- Bajo autoconcepto y autoestima; sentimientos de inadecuación; considerarse como un objeto dañado; sentimientos de culpa y vergüenza; problemas de límites, problemas en las relaciones interpersonales y sexuales, temor al rechazo, desconfianza de otros.

- Promiscuidad, drogas y alcohol.

- Alteraciones cognitivas.

Evidentemente, no todas estas reacciones aparecen en una víctima de la violencia sexual y/o doméstica. Es común que la mujer victimizada -y otros miembros de la familia- no sepan cómo parar la agresión. La mujer es, más bien, aislada, y el agresor, temiendo ser denunciado, refuerza el aislamiento de la mujer y la controla y amenaza. Usualmente la mujer se siente sola en este problema y no se da cuenta que otras pasan por la misma situación. Dado que víctima y victimario suelen tener una historia de maltrato, es un patrón establecido difícil de romper por sí mismo.

 

 

PROGRAMA NACIONAL DE PROMOCIÓN

INTEGRAL DEL NIÑO Y ADOLESCENTE

TRABAJADOR. ZONA: LA VICTORIA

(MCD. MAYORISTA)

 

PROYECTO

 

"IMPLEMENTACIÓN DE UN PROGRAMA DE HABILIDADES SOCIALES Y CONTROL PSICOSOCIAL DE LA AGRESIÓN EN NIÑOS Y ADOLESCENTES TRABAJADORES DE LA ZONA DE LA PARADA" (MCD. MAYORISTA Nº 1)

 

 

I. JUSTIFICACION O FUNDAMENTACION.

 

La zona de la Parada y específicamente alrededores del Mcd. Mayorista Nº 1 se caracteriza por su alto grado de violencia y riesgo a nivel delincuencial, prostitución, altos indicios de consumos de drogas y alcohol, y en los últimos años considerada como "zona roja" por las actividades terroristas. Toda las zona del cerro San Cosme, Av. San Pablo, Av. Bolívar, Av. Bausate y Meza, Av. 28 de Julio, Humboldt, 1ras cuadras de Aviación, zonas altamente violentas. En este medio realizan sus actividades laborales los NATS y sus familias ("recolectores", ambulantes, carretilleros, etc). Los NATS tienen como referentes modelos de socialización, comunicación, interacción a este medio.

 

Por lo tanto, encontraremos en los NATS de la Parada pocas habilidades sociales para integrarse, comunicarse en un grupo de referencia distinto al de la calle (salón de clase, centro de referencia, etc) lo cual no permite una adecuada integración a la escuela con sus pautas de interacción: orden, limpieza, puntualidad, respeto por el otro, saber escuchar, atención, concentración, organización de su tiempo, requisitos básicos en la escuela y en cualquier grupo humano. Sin estas habilidades, los NATS no estarán en las condiciones para afrontar un régimen mínimo de exigencias del sistema escolar. Esto no se debe solamente a la actividad que realizan, sino a las consecuencias que este medio determina sobre los NATS de la Parada: temerosos, resentidos, desconfiados y agresivos, infractor de las reglas mínimas de convivencia.

 

Muchos de los NATS de la Parada se encuentran entre el limbo de NATS y niños de la calle, esto se debe a la actividad y al medio donde lo realizan (por ej. "cutreros", "juntadores").

Este programa apuntará ha lograr habilidades mínimas de interacción constructiva y adecuada que debería preceder o darse en forma paralela a trabajos individuales evitando un control solamente cuantitativo: ¿cuánto refuerzo, apoyo, nivelaciones o aprestamientos escolares?

Mientras no se priorize la enseñanza de estas habilidades prosociales no se logrará una adecuada integración a la escuela, al sistema educativo y a la comunidad, y seguiremos encontrando altos grados de deserción escolar a pesar de reinsertarlos cada nuevo año escolar (encontramos varios casos en la Parada).

 

 

 

II. ANTECEDENTES.

 

Por lo antes expuesto, encontramos que las "reglas" de la mayoría de los NATS de la zona del Mcd. Mayorista son el golpe, el insulto, la burla y el robo. Existe poca tolerancia a la frustración, fácilmente alterables, falta de autocontrol para ejercer violencia ( "la relación entre ellos es violenta y/o agresiva de manera física y verbal en su mayoría (...) Se desconcentran fácilmente, observado en las actividades y trabajos planteados (...) El respeto por las normas establecidas existe, pero no de un manera deseada". (En participación de los NATS. Informe del Centro de referencia. Zona: La Victoria - Mcd. Mayorista / 08 - 01 - 1996 ). Ante un medio violento que es ejercido por los diversos factores socioeconómicos que rodean a la Parada: vigilantes, cargadores, delincuentes, etc. ¿Cómo pedir una integración al sistema educativo sino han desarrollado habilidades mínimas de comunicación e, interacción?

 

No deseamos respuestas no agresivas ante un medio agresivo, sino en qué circunstancia, situación o ante quien lo ejercen. Que lo haga en el centro de referencia, en la escuela o en la familia se plantea como inadecuado y estas conductas prosociales pueda generalizarlas a diferentes ámbitos de convivencia humana.

 

Partimos de que toda conducta es aprendida y los NATS han aprendido a ser violentos, agresivos, y/o estar a la defensiva ante un medio igualmente violento. Pero también pueden aprender a comunicarse, interactuar de una manera no violenta. Los NATS no han tenido los modelos y las circunstancias adecuadas para este aprendizaje.

 

 

III. OBJETIVOS.

 

Objetivo General:

Aplicar un programa de habilidades sociales y control psicosocial de la agresión en los NATS de la Parada.

 

Objetivos Específicos:

1) El desarrollo de habilidades sociales (capacidad del niño o adolescente para interrelacionarse adecuada y constructivamente con su grupo de referencia: familia, escuela y otros).

2) Desarrollo del autocontrol: mayor capacidad de los NATS para manejar sus respuestas agresivas o socialmente inaceptadas.

 

3) Desarrollo moral: mayor capacidad de los NATS para pensar según principios de justicia, igualdad y respeto.

 

 

IV. VIABILIDAD.

 

Cobertura y espacio adecuado.

Existen dificultades como es el poder contar con una cantidad mínima y constante de NATS (28). Esto puede explicarse por las actividades que desarrollan los NATS, lo que hace que su presencia en el centro de referencia sea "... irregular, por lo general, no tienen ni horas ni días definidos de asistencia, pueden asistir toda una semana como dejar de venir largos períodos (...) Casi siempre los NATS que asisten son los mismos" (Informe de los Educadores del Mcd. Mayorista sobre el Centro de Referencia 08 - 01 - 96).

El centro de referencia por sus características físicas, específicamente su dimensión será muy pequeña para el desarrollo de este programa. Este programa se desarrollará en otro espacio distinto al centro de referencia. Los colegios pilares donde se desarrollará este programa serán el 1111 y el 1124 (gracias a los antiguos educadores de la zona de la Victoria, se puede contar con cifras exactas sobre los NATS que asisten al colegio: 51.3% en los colegios de la Victoria y dos colegios en particular que cuentan con mayor cantidad de NATS que son el 1111 y el 1124 que representan el 74% de los que estudian en la Victoria). Por estas razones y por los espacios que cuenta se podrá desarrollar el programa.

 

 

 

V. COBERTURA.

 

Se trabajará con el 30% de la población de niños y adolescentes trabajadores del Mcd. Mayorista.

 

VI. DURACION.

 

El programa tendrá una duración de cinco meses.

 

 

VII. RESULTADOS ESPERADOS.

 

1) Capacidad de los NATS para interrelacionarse adecuada y constructivamente con sus grupos de referencia (familia, escuela, comunidad).

2) Mayor capacidad de los NATS para controlar sus respuestas agresivas o socialmente inaceptadas.

3) Habilidades para pensar según principios de justicia, igualdad y respeto.

 

 

VIII. DESCRIPCION DE ACTIVIDADES.

 

- Habilidades Sociales:

A.- Primeras habilidades sociales:

1) Escuchar.

2) Iniciar una conversación.

3) Formular una pregunta.

 

B.- Habilidades sociales avanzadas:

1) Participar.

2) Dar instrucciones.

3) Disculparse.

 

C.- Habilidades relacionadas con los sentimientos:

1) Conocer los propios sentimientos.

2) Expresar sentimientos.

D.- Habilidades Alternativas a la agresión:

1) Negociar.

2) Emplear el autocontrol.

3) No entrar en peleas.

 

 

- METODOLOGIA

Aprendizaje estructurado: - Juego de roles.

- Modelado.

- Reforzamiento.

- Generalización.

 

 

 

CRONOGRAMA DE ACTIVIDADES

 

IX. RECURSOS.

A) Humanos:

- Educadores de la calle:

* Lenin Cárdenas A.

* Anaí González.

* Fabiola Tello.

 

- Practicantes de Psicología:

* Licett Ariza Salazar. * Rosa Obregón.

* Ivonne Acero Carhuapoma. * Enrique Plasencia.

* Ana Ccallocunto Machaca. * Kety Quispe Ortiz.

* Olga Miraval Cuya. * Fiorella Ramírez.

 

- Asesoría (Capacitación): Lic. José Panduro.

 

B) Materiales:

- 11/2 millar de hojas periódicos.

- 15 cartulinas de diferentes colores.

- 25 papelógrafos.

- 8 plumones gruesos de diferentes colores.

- 4 tijeras.

- 4 frascos de goma.

- 4 estuches de plumones delgados.

- 5 folders plásticos A4.

- 4 cajas de clips.

- 4 bolsas de caramelos.

- 4 bolsas de tofees.

- 3Kg. de galletas.

- 10 sobres de refrescos.

- 100 vasos descartables.

PROGRAMA NACIONAL DE PROMOCION

INTEGRAL DEL NIÑO Y ADOLESCENTE

TRABAJADOR. ZONA: LA VICTORIA.

(MCD. MAYORISTA Nº 1)

 

 

PROYECTO

 

"EDUCACION Y ATENCION PSICOSOCIAL FAMILIAR A TRAVES DEL FORTALECIMIENTO DE LOS VINCULOS FAMILIARES Y LA PREVENCION DEL MALTRATO INFANTIL" (MERCADO MAYORISTA Nº 1)

 

RESPONSABLE : LIC. LENIN WALTER CARDENAS ANGULO

 

I. JUSTIFICACION.

La familia, uno de los ejes importantes sobre el que se debe basar nuestra intervención por ser ... "prioritaria en la vida de los NATS" y por permitirnos ingresar a otras dimensiones en razón de nuestro fin, el desalentar el trabajo infantil" (ejes de trabajo).

La familia es un espacio importante en la vida de todo ser humano, en especial en la de un niño, ya que en ella se dan los primeros modelos sociales a partir de la socialización; es un soporte emocional y afectivo. El sistema familiar brinda pautas, modelos primarios de interacción, de creencias valorativas y morales.

La familia cumple funciones únicas e insustituíbles en la sociedad como soporte social y afectivo, indispensable para la protección, desarrollo y bienestar de sus componentes y es un espacio privilegiado de convivencia..." (Cecilia Cardeña, 1995).

A través de una adecuada comunicación en su sistema familiar, los NATS se socializan adecuadamente con otros sistemas: escuela, amigos, comunidad.

Es por esto que se hace necesario trabajar vínculos ideales de comunicación y de afecto en la familia de los NATS.

 

 

 

II. ANTECEDENTES.

Las características psicosociales que encontramos en las familias pobres y en particular de los NATS son las siguientes:

 

A) Se priorizan las estrategias de sobrevivencia; la preocupación principal es conseguir dinero para alimentarse, descuidando así otras funciones, como el brindar afecto y ser elemento formativo. El dinero es el eje en torno al cual se comunican, se dan roles, alianzas, luchas y conflictos. Encontramos que los temas más frecuentes de conversación en la familia de los NATS es 45,7% para la situación económica de la familia; y las situaciones que originan conflicto en las parejas es percibida como la falta de dinero para los gastos diarios del hogar, el 54,8%. (Cecilia Cardeña, 1995).

 

Esta concentración en la supervivencia puede generar una especie de "semiabandono" hacia las necesidades del niño, aún cuando estos vivan con ellos" (Alarcón, 1993) (...) Los padres tienen dificultades en ofrecer un espacio adecuado para el desarrollo del niño, en el que se tome en cuenta sus demandas, sobre todo de cuidado y afecto" (Cecilia Cardeña, 1995).

 

B) Otra característica presente es que muchas de estas familias son reconstituídas, donde hay rupturas de vínculos afectivos, de comunicación familiar, donde el maltrato de los hijos es la constante.

A través de las formas de crianza utilizadas "... están marcados no sólo por la verticalidad y el autoritarismo, sino también por el uso de la violencia física sobre los niños. Este uso frecuente y casi "legítimo" de la violencia es fundamental en el proceso de educación y socialización dentro de la familia. El establecer la disciplina aparece desligada de cualquier tipo de razonamiento o afecto. El niño debe obedecer, básicamente por su condición misma de ser considerado como el último eslabón sobre el que se ejerce autoridad". (Cecilia Cardeña, 1995)

Este es un problema multidimensional que va desde factores culturales heredados intergeneracionalmente (las pautas de crianza en el mundo andino), hasta factores sociales: muchas familias son desplazadas, migrantes. La familia está marcada por dos elementos: el proceso migratorios y la pobreza. Esto determinaría ".... relaciones poco estables desde muy temprano, donde el vínculo afectivo estaría marcado por cierta precariedad" (Rodrigues Rabanal, 1989).

 

 

 

III. OBJETIVOS.

Objetivo General:

Fortalecer los vínculos familiares a través de la educación, prevención y atención psicosocial familiar en los casos de violencia familiar y maltrato infantil.

 

Objetivos Específicos:

1) Detectar las familias en alto riesgo: maltrato infantil, relación conyugal "inadecuada" a nivel familiar e individual (NATS).

2) Prevención del abuso físico.

3) Prevención del abuso sexual.

4) Seguimiento psicológico y social de las familias en alto riesgo.

 

5) Crear oportunidades de comunicación para que la familia reelabore y replantee su experiencia como padres en relación a otros padres y al educador.

6) Que los padres puedan enfrentar "adecuadamente la crianza y educación de sus hijos.

 

 

 

IV. COBERTURA.

A nivel familiar se espera que un 30% de familias de la población sea atendida por los educadores y a nivel de los NATS un 35% en prevención de maltrato.

 

 

V. DURACION.

El programa tendrá una duración de cuatro meses.

 

 

VI. RESULTADOS ESPERADOS.

1) Que los NATS sepan detectar y adquirir ciertas habilidades ante el riesgo de abuso físico y emocional.

2) A través del seguimiento familiar detener y controlar el maltrato infantil.

3) Enseñanza de ciertas pautas y habilidades en la crianza y comunicación "adecuada" en familias de los NATS.

 

 

VII. DESCRIPCION DE ACTIVIDADES.

SESION I: Evaluación Pre-Test

 

1) Objetivos:

- Presentación del equipo de actividades.

- Conocer el nivel de información, creencias y actitudes de los NATS frente a la violencia, comunicación familiar, derechos del niño, maltrato infantil.

2) Metodología:

- Dinámicas de animación y presentación.

- Aplicación de la encuesta.

3) Materiales:

- Encuestas, solapines, papelógrafos.

 

SESION II: Derechos del Niño

1) Objetivos:

- Informar a los niños sobre sus derechos.

- Enseñarles a reconocer cuando sus derechos son violados y las instituciones a las cuales pueden acudir en caso de que esto llegue a producirse.

2) Metodología:

- Dinámicas.

- Dramatizaciones.

3) Materiales:

- Afiches.

- Solapines.

- Papelógrafos.

 

SESION III: Prevencion del Maltrato Infantil

1) Objetivo:

- Reconocer y actuar frente a situaciones de peligro y/o abuso moral y físico.

 

2) Metodología:

- Dinámica.

- Trabajo grupal.

3) Materiales:

- Títeres.

- Papelógrafos.

 

 

SESION IV: Maltrato Infantil dentro del grupo familiar

1) Objetivo:

- Evitar circunstancias que generen situaciones de maltrato dentro del hogar.

2) Metodología:

- Dinámicas.

- Dramatizaciones.

3) Materiales:

- Papelógrafos.

 

 

SESION V: Maltrato Infantil fuera del grupo familiar

1) Objetivo:

- Identificar y prevenir las situaciones de riesgo.

2) Metodología:

- Ordenando secuencias.

- Representaciones.

3) Materiales:

- Cartulinas.

- Plumones.

- Papelógrafos.

 

SESION VI: Modos de Comunicación Familiar

1) Objetivos:

- Identificación de los elementos que entorpecen la comunicación familiar.

- Plantear habilidades que ayuden al establecimiento de una "adecuada" comunicación.

2) Metodología:

- Dramatizaciones.

- Historias incompletas.

3) Materiales:

- Papelógrafos.

- Plumones.

 

SESION VII: Violencia Familiar

1) Objetivo:

- Reconocer los factores de la violencia familiar con la finalidad de disminuir las situaciones que la originan.

2) Metodología:

- Dinámicas.

- Dramatizaciones a cargo de los educadores.

3) Materiales:

- Papelógrafos.

 

SESION VIII: Abuso Sexual

1) Objetivos:

- Conocer las diferentes formas de abuso sexual a los que se encuentran expuestos.

- Prevención y defensa frente al abuso sexual.

- Brindar información acerca de instituciones donde puedan acudir en caso de acoso y abuso sexual, ya se realize dentro o fuera del grupo familiar.

2) Metodología:

- Dinámica de las tarjetas.

- Dinámica de las caricias.

3) Materiales:

- Cartulina.

- Plumón.

- Papelógrafos.

 

SESION IX - X: Organización de Comités de aula contra el maltrato infantil

1) Objetivo:

- Organizar Comités de aula con el fin de prevenir y detectar los casos de maltrato infantil de los que pueden o están siendo objeto.

2) Metodología:

- Dinámicas de organización.

- Elaboración del periódico mural.

 

3) Materiales:

- Papelógrafos.

 

SESION XI: Nivel de reflexión y análisis sociomoral en torno al maltrato

1) Objetivo:

- Desarrollar la capacidad de reflexión sociomoral en torno al maltrato infantil en los principios de justicia, respeto y derechos.

2) Metodología:

- Planteamiento de dilemas morales.

3) Materiales:

- Papelógrafos.

 

SESION XII: Evaluación Post-test

1) Objetivo:

- Evaluar los cambios obtenidos a nivel de actitudes, creencias y habilidades.

2) Metodología:

- Aplicación de encuestas.

3) Materiales:

- Encuestas.

 

 

CRONOGRAMA DE ACTIVIDADES

 

VIII. RELACIONES.

* CEDRO (Defensoría del Niño y Adolescente: Maltrato Infantil).

* DEMUS

 

 

IX. RECURSOS.

A) Humanos:

- Educadores de la calle:

* Lenin Cárdenas Angulo.

* Anaí González.

* Fabiola Tello.

 

- Practicantes de Psicología:

* Licett Ariza Salazar. * Rosa Obregón.

* Ivonne Acero Carhuapoma. * Enrique Plasencia Dávalos.

* Ana Ccallocunto Machaca. * Kety Quispe Ortiz.

* Olga Miraval Cuya. * Fiorella Ramírez Seminario.

 

- Asesoría (Capacitación): Lic. José Luis Bartra (Consultor de CEDRO)

 

B) Materiales:

- 20 papelógrafos.

- 10 cartulinas.

- 8 plumones gruesos.

- 10 lapices.

- 20 tizas.

- 5 folders plásticos A4 .

- 4 bolsas de caramelos.

- 4 bolsas de tofees.

- 3 Kg. de galletas.

 

 

PROGRAMA NACIONAL DE PROMOCION

INTEGRAL DEL NIÑO Y ADOLESCENTE

TRABAJADOR. ZONA: LA VICTORIA.

(MCD. MAYORISTA Nº 1)

 

PROYECTO

 

"EDUCACION PARA LA PREVENCION DE ENFERMEDADES

DE TRANSMISION SEXUAL (ETS) Y SIDA

EN NIÑOS Y ADOLESCENTES TRABAJADORES

DEL MERCADO MAYORISTA Nº 1"

 

RESPONSABLE: LIC. LENIN WALTER CARDENAS A.

 

I. JUSTIFICACION:

El Mercado Mayorista "La Parada" es una zona de alto riesgo en contagio de ETS y SIDA. Esto se debe a las características propias de la zona y las pautas de interacción de sus habitantes. Es decir, situaciones de pobreza, violencia delincuencial, creencias y conductas sexuales altamente riesgosas se cruzan y probabilizan que muchos de los NATS adquieran ETS o SIDA. Este problema desborda una dimensión de salud, hay una dimensión social, psicológica, y fundamentalmente educativa que debemos afrontar.

Las pautas de interaccion, comunicación sexual (afectivo genital) no sólo de individuos particulares, sino de todo el conjunto de redes que se tejen en el sistema de "La Parada", pautas implícitas de género, poder a través del abuso, violencia y chantaje a un nivel sexual y genital. Estas pautas están marcadas por una visión patriarcal y promiscua. Estas pautas determina, probabilizan relaciones de género violentas.

 

 

II. DIAGNOSTICO SITUACIONAL:

El contexto socioeconómico y cultural de La Parada está marcado por la pobreza extrema de los habitantes de los cerros que lo rodean (San Pedro, El Pino y San Cosme), las avenidas San Pablo, Bausate y Meza; también por la violencia delincuencial y de la prostitución de mujeres adultas y niños. Esta situación social rodea al Mcd. Mayorista Nº 1, uno de los centros abastos principales de la ciudad de Lima. Es en este ambiente que desarrolla su trabajo el NAT.

 

Un gran porcentaje (30%) de niños adolescentes que trabajan en la zona lo hacen hasta altas horas de la noche y la madrugada. Pero esto no está permitido, por ello los vigilantes hacen uso de la fuerza para detenerlos y la mayoría de niños son violados/as. Estas violaciones no son denunciadas a pesar de que existe una Comisaría dentro del Mercado; al contrario, esto puede ser utilizado como una ganancia secundaria para el niño, ya que le permitirá poder trabajar con un poco más de "libertad". Lo mismo ocurre para poder entrar a vender al mercado, la niña lo hace acompañada de su madre y el vigilante chantajea sexualmente a la madre o a la hija; y tiene que aceptar pues es el único modo de poder entrar a vender su mercadería.

 

Existe un 30% de niños abusados sexualmente (los niños y adolescentes que trabajan), estos van desde "caricias" hasta violaciones.

En una taller de sexualidad se pidió a los niños trabajadores que mencionaran las palabras que recuerdan relacionadas a sexualidad, y se encontró, haciendo una síntesis de todas ellas, que las niñas ejercen su "genitalidad" como medio de relación económica con los adultos y también entre ellos.

 

 

III. OBJETIVOS:

Objetivo General:

Implementar un programa de educación sexual para la prevención de ETS y SIDA.

 

 

Objetivos específicos:

1) Lograr un cambio de actitudes y creencias frente a su sexualidad.

2) Detectar y afrontar los riesgos de ETS y SIDA a través de habilidades sociales como son la comunicación y la asertividad.

 

 

IV. COBERTURA:

A ninel de los NATS que trabajan en el Mercado Mayorista, se espera que un 35% de NATS sean atendidos por los educadores. También se apliacará en C.E. cercanos a la zona, donde se espera captar a un 30% de NATS.

 

 

V. DURACION:

El programa durará cinco meses.

 

 

VI. RESULTADOS ESPERADOS:

* Que logren reconocer los cambios que experimentarán debido a su edad.

* Que los NATS logren conocer e "informarse" de las ETS y SIDA y de esta forma poder tomar precauciones.

* Que conozcan como propia su genitalidad y que nadie puede hacer uso de ella, si es que no se lo permite.

 

VI. DESCRIPCION DE ACTIVIDADES:

* SESIÓN I: Evaluación pre-test

 

1) Objetivos:

- Presentación del equipo de actividades.

- Conocer el grado de información, así como mitos y tabúes que tienen los NATS con respecto al sexo y sexualidad.

- Conocer las emociones y sentimientos que experimentan frente a su sexualidad.

2) Metodología:

- Dinámica de animación y presentación.

- Aplicación de la encuesta.

- Testimonios grabados.

3) Materiales:

- Encuesta.

- Solapines.

- Papelógrafos.

- Plumones.

 

* Sesión II: Sexo - Sexualidad e imagen corporal

 

1) Objetivos:

- Conocer las nociones que manejan los NATS sobre sexo y sexualidad.

- Reconocer los cambios físicos y emocionales que experimentan durante la adolescencia.

- Esclarecimiento de las nociones en cuanto a sexo y sexualidad realizada por los educadores.

2) Metodología:

- Dinámica "Ayudemos al marciano".

- Trabajo en grupo.

3) Materiales:

- Papelógrafo.

- Hojas de papel.

- Lapices.

 

 

* Sesión III: Anatomía y Fisiología de la Reproduc- ción Humana

 

1) Objetivos:

- Identificar los órganos sexuales femenino y masculino.

- Definir los procesos fisiológicos de la reproducción humana.

- Reflexionar sobre la importancia del conocimiento del propio cuerpo como una manera de acceder al ejercicio de la sexualidad responsable y al placer.

- Aclarar términos y precisar definiciones de algunos órganos y funciones.

 

2) Metodología:

- Dinámicas.

- Exposición con ayuda de láminas.

- Participación de los alumnos con preguntas.

- Evaluación utilizando hojas con diagramas de los órganos sexuales.

3) Materiales:

- Afiches.

 

* Sesión IV: Mitos y creencias (Masturbación, menstruación, homosexualidad)

 

1) Objetivos:

- Conocer las creencias de los NATS en torno a la sexualidad.

2) Metodología:

- Dinámica de las tarjetas.

3) Materiales:

- Cartulina.

- Plumones.

 

* Sesión V: Alternativas de prevención en E.T.S. y SIDA

 

1) Objetivos:

- Prevenir las E.T.S. y SIDA logrando ciertas habilidades en el manejo y uso de métodos de prevención.

2) Metodología:

- Dinámica.

- Dilemas morales.

 

* Sesión VI: Autoestima y actitudes responsables en relación a la sexualidad

 

1) Objetivos:

- Que los NATS sepan valorarse a sí mismos y tener la confianza suficiente para poder decidir.

 

2) Metodología:

- Dinámicas.

- Dramatizaciones.

 

* Sesión VII - VIII: Métodos Anticonceptivos

 

1) Objetivos:

- Informarles acerca del uso de diversos métodos.

- Reconocer los lugares donde pueden acudir para informarse y adquirir cieto tipo de método.

 

2) Metodología:

- Dinámica.

- Títeres.

- Dramatizaciones.

 

* Sesión IX: Evaluación post- test

1) Objetivo:

Observar si la percepción final es la misma que al inicio, y sus beneficios para los NATS, de lo contrario, se reformulará la metodología.

2) Metodología:

- Entrevistas.

- Encuestas.

 

 

VIII.RELACIONES:

* CEDRO (Defensoría del Niño y Adolescente: Maltrato Infantil).

* DEMUS

IX. RECURSOS:

A) Humanos:

- Educadores de la calle:

* Lenin Cárdenas Angulo.

* Anaí González.

* Fabiola Tello.

- Practicantes de Psicología:

* Licett Ariza Salazar. * Rosa Obregón.

* Ivonne Acero Carhuapoma. * Enrique Plasencia D.

* Ana Ccallocunto Machaca. * Kety Quispe Ortiz.

* Olga Miraval Cuya. * Fiorella Ramírez S.

 

B) Materiales:

- 20 papelógrafos.

- 10 cartulinas.

- 8 plumones gruesos.

- 10 lapices.

- 20 tizas.

- 5 folders plásticos A4.

- 4 bolsas de caramelos

- 4 bolsas de tofees.

- 3Kg de galletas.

 

 

ANEXOS

 

VIOLACION, ABUSO SEXUAL Y CONSECUENCIAS PSICOLOGICAS

 

INVESTIGACIONES RELACIONADAS AL TEMA

 

A NIVEL NACIONAL:

 

* Estremadoyro (1992). Se estudió las posibilidades y límites en el tratamiento de la violencia de género y brinda una información actualizada sobre los abusos a mujeres.

 

* Molina (1988). Se realizó una investigación en base a 60 experticias practicadas en adultos incursos en delitos sexuales contra menores de edad, tomados del Instituto de Medicina Legal del Ministerio de Justicia; de los cuales se estudiaron las características psicológicas y socioculturales.

 

* Perales (1994). Se hace un estudio cuya muestra son los estudiantes de Lima Metropilitana, encontrándose que el 14,1% informn haber sido maltratados físicamente y el 8,9% reportaban abuso sexual. También e realizaron comparaciones con un grupo de 114 mujeres hospitalizadas en el Servicio de Psiquiatría del Hospital del Salvador.

 

* Rona (1989). Se revisaronm 15 casos de niños que sufrieron abuso sexual, cuyas edades fluctúan entre 5 y 14 años. Entre los agresores, 9 eran familiares, 5 conocidos y sólo 1 desconocido. Se observó con mayor frecuencia, trastornos del sueño, temores de diverso tipo.

 

 

* Torres y Maisch (1992). A través de la escala tipo Lickert con 36 reactivos se evaluó la actitud de la mujer maltratada por su pareja que acudieron a denunciar este hecho a la Comisaría de mujeres, encontrándose que las actitudes ante la violencia ha sido de impotencia, temor o debilidad.

 

* Vargas (1992). Se revisa brevemente algunos aspectos del abuso y el maltrato a los niños. Se describen sus antecedentes, definiciones historia natural y etiopatogenia.

 

* Yañez (1996). Realizó un seguimiento de las denuncias policiales sobre delitos sexuales y paralelamente corroboró la falsedad de los mitos existentes respecto al abuso sexual en nuestra sociedad.

 

A NIVEL INTERNACIONAL:

 

* Erdos (Chile, 1991). Se presentan 249 casos de niñas y adolescentes menores de 20 años abusadas sexualmente. Se encuentran dos categorías definidas de agresión sexual. Las agresiones únicas, correspondientes a casos de violación y las agresiones reiteradas, que correspondían a casos de incesto y abusos deshonestos.

 

* González (México, 1993). El estudio es sobre el maltrato y abuso sexual a menores, lo cual es propiciado por la falta de información sobre sus derechos y la introyección de mitos, creencias y estereotipos; también por que dependen del grupo que perpetra el abuso y maltrato y el aislamiento del niño dentro de la concepción de la familia nuclear cerrada.

 

* Hanckocks (1991). Abuso de niños, ¿sabemos como responder a este problema?.

 

* Obando (Costa Rica, 1988-1990). Epidemiología del abuso sexual en niños atendidos en el Hospital Nacional de Niños.

 

* Tiburcio (México, 1992). En este trabajo se presentan algunas características sociológicas y demográficas de un grupo de 78 mujeres. Los resultados obtenidos muestran que el grupo más vulnerable lo constituyen las adolescentes, quienes la mayoría son solteras. Cerca del 50% manifestaron conocer al agresor.

 

* Ulate (Costa Rica, 1991). Se atendieron 65 casos de maltrato, de los cuales, el 58,5% fue de tipo físico y el 41,5% de abusos sexual en sus diversas formas. No existió diferencia en la frecuencia por sexo en el maltrato físico, mientras que en el abuso sexual, la mayor incidencia estuvo dirigida al sexo femenino.

 

* Zambrana (Santa Cruz, 1990). Se estudiaron 33 casos de abuso sexual durante el período de dos años. El análisis muestra que hubo predominio del sexo femenino como el más agredido y en edades de 6 a 9 años, siendo la procedencia en la mayoría de los casos urbana.

 


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